Al mismo asunto (de Arguijo)
XX.
Al mismo asunto.
El triste fin, la suerte infortunada[1]
(Ajeno premio de la fe constante)
Del uno y otro miserable amante,
A quien perdió una noche y una espada,
Oculta en sombra obscura esta labrada[2]
Piedra. Tú, peregrino caminante.
Repara el grave caso, y con semblante
Pio suspende el curso á tu jornada;
Que darás tiernas lágrimas no dudo
A estas cenizas, donde aun dura ardiente[3]
El fuego que causó desdicha tanta[4];
Debida compasion al mal que pudo
Mudar color en la cercana fuente,
Y el de su fruto en la silvestre planta[5].