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Escena V
editarREBENQUE y el MAYORAL: los VIAJEROS, que durante esta escena y la siguiente se les ve comiendo.
MAYORAL. -Alejo, despáchate a ir enganchando. (Sale por el portón.) Es preciso ganar la media hora que hemos perdido en el maldito rodeo.
TÍO REBENQUE. -Oye, Julián: el asiento que deja el marqués es preciso reservarlo para don Judas..., el de la bodega.
MAYORAL. -¡Ah!, mucho que sí; antes que a mi padre..., ¡vaya!
TÍO REBENQUE. -Me lo tiene muy encargado desde ayer, y...
MAYORAL. -Sí, sí; ¡pues no faltaba más! Y envíale a decir que no tiene que incomodarse en venir aquí, que yo pasaré la diligencia por su casa y lo recogeré (Éntrase en la posada.)
TÍO REBENQUE. -Voy a enviarle recado... (Al entrarse mira hacia el patio.) ¡Calle! ¿No es don Cenón Carcoma, el fabricante del Quintanar, ese que se apea de una silla de posta? ¡Él es!