Aben-Humeya: 21
Escena VII
editarLos dichos. ABEN ABÓ, ABEN FARAX.
ABEN ABÓ y ABEN FARAX desembocan por la calle que conduce al castillo, a tiempo de oír las últimas palabras.
ABEN FARAX.- ¿A quién?
MORISCO 1.º- Al hijo de un castellano...
MORISCO 2.º- Que ha salvado Muley Carime.
ABEN FARAX.- ¡Muley Carime!
MORISCO 1.º- ¿Y por qué lo extrañas?... Nada más natural... Ha sido toda su vida el más vil esclavo de los cristianos.
ABEN FARAX.- No habléis de él en esos términos..., debéis tratarle con más respeto... ¿No es suegro de vuestro rey?...
MORISCO 2.º- ¡De nuestro rey!
MORISCO l.º- Si se vuelve como Carime poco le durará el serlo.
ABEN ABÓ.- Eso es... echar fieros a sus espaldas, y después temblar en su presencia.
ALGUNOS MORISCOS.- ¡Nosotros!
ABEN ABÓ.- ¿Pues no acabáis de decirlo?... Con una palabra de Muley Carime se os ha caído el puñal de las manos.
MORISCO 1.º- ¡Si no se hubiera tratado de un niño!
ABEN FARAX.- Tienes razón, amigo... su padre tal vez degolló al tuyo.
MORISCO 1.º- Su hijo le vengará.
(Vase al punto, haciendo seña a los demás para que le sigan; y desaparecen por la misma calle por la que fue MULEY CARIME.)