Escena III editar

ABEN FARAX y los suyos entran con ímpetu en la iglesia; óyese el estruendo; la gente quiere salir de tropel, y las dos hojas de la puerta se cierran de golpe. Al tiempo mismo se oyen estos varios acentos:


HOMBRES Y MUJERES.- ¡Piedad..., por Dios..., piedad!


MORISCOS.- ¡Mueran los castellanos!


SOLDADOS.- ¡Asesinos!



(Resuena en la iglesia el ruido de las armas; los SOLDADOS castellanos quieren abrirse paso con la espada; los MORISCOS intentan impedírselo, pero son arrollados, y los castellanos bajan por las calles del fondo, cruzan con presteza la plaza y se van por una de las calles laterales, perseguidos por los MORISCOS y defendiéndose al arma blanca.)


SOLDADOS.- ¡Al castillo!... ¡Salvémonos!


MORISCOS.- ¡Mueran los castellanos!... ¡Mueran!...


TODOS.- ¡Al castillo!



(Al punto que los MORISCOS hayan dejado libres las puertas de la iglesia, sale de tropel la GENTE del pueblo, PASTORES, MUJERES, niños... Huyen por todas partes en la mayor confusión, y se van por las diversas calles. Así, esta dispersión como la anterior refriega deben verificarse en lo hondo de la plaza, de suerte que los actores no se presenten en el primer término del cuadro.)