Aben-Humeya: 15
Acto II
editarEl teatro representa la plaza de la villa de Cádiar. En el fondo se ve una antigua mezquita, que sirve de templo a los cristianos, y a la cual se sube por unas gradas. A cada lado de la iglesia habrá una calle, larga y angosta, ambas en cuesta. También habrá otras que desembocan en la plaza.
Escena I
editarPASTORES y ZAGALAS, gente del pueblo, soldados castellanos.
Al alzarse el telón, se ve una fogata en medio de la plaza. Aparecen grupos de gente del pueblo y el coro de pastores y zagalas cantando y bailando; algunos soldados castellanos están mirando el baile.
VILLANCICO
CORO Zagalas, pastores,
venid a adorar
al Rey de los cielos,
que ha nacido ya.
ZAGALA PRIMERA La noche va apenas
su curso a mediar,
y al sol no le envidia
su luz celestial.
ZAGALA SEGUNDA Diciembre ha dejado
su fuego y hogar,
y a mayo le roba
la gala y beldad.
CORO Zagalas, pastores,
venid a adorar
al Rey de los cielos,
que ha nacido ya.
ZAGALA PRIMERA En nieve y escarcha
se ven ya brotar
claveles y rosas,
laurel y arrayán.
ZAGALA SEGUNDA Con ramas y flores
la cuna adornad,
en tanto que un ángel
meciéndola está.
CORO Zagalas, pastores,
venid a adorar
al Rey de los cielos,
que ha nacido ya.
ZAGALA PRIMERA Monarcas de Oriente
van pronto a llegar,
y ricas ofrendas
al Niño traerán.
ZAGALA SEGUNDA Del campo los dones
le placen aún más;
que en vez de palacio,
nació en un portal.
CORO Zagalas, pastores.
venid a adorar
al Rey de los cielos,
que ha nacido ya.
(Mientras están cantando y bailando por última vez óyese el toque de la campana.)
UN SOLDADO.- ¡Silencio!... ¿No estáis oyendo?...
PASTORES Y ZAGALAS.- ¡Vamos, vamos!...
OTROS.- Después bailaremos.
(Entran todos en la iglesia, cuya puerta se cierra luego; óyense al instante los ecos del órgano, y poco después los acentos de un canto pausado y suave. Cuando se haya concluido la primera estrofa, y en tanto que sólo se oye la música, se ve asomar por una de las calles del fondo a ABEN FARAX, acompañado de dos o tres moriscos, y por la otra al PARTAL y al DALAY, con otros cuantos. Vienen todos embozados en sus alquiceles y albornoces, y se acercan con el mayor recato. Así que lleguen a las esquinas de la iglesia y que ven despejada la plaza, sacuden en el aire los alquiceles blancos para llamar a otros moriscos, que vienen por diferentes puntos. ABEN FARAX y el PARTAL se juntan hacia el centro de la plaza, en medio de un grupo de MORISCOS; otros se reúnen en varios grupos y hacen ademán de estarse concertando para la empresa. Reina el mayor silencio; y sólo le interrumpe el eco lejano del canto.)
HIMNO
ESTROFA I
Cantemos al Señor, que la esperanza
del pueblo de Israel colmó clemente;
por siempre sella el pacto de alianza,
y hasta el débil mortal bajar consiente.
CORO
¡Enjuga, Sión, el llanto;
no más signos de dolor!
¡Otra vez resuene el canto,
que ha nacido el Salvador!
ESTROFA II
La cándida paloma ya aparece;
y el símbolo de paz muestra a la tierra:
receja el mar, el iris resplandece,
brama el infierno, y sus abismos cierra.
CORO
¡Enjuga, Sión, el llanto;
no más signos de dolor!
¡Otra vez resuene el canto,
que ha nacido el Salvador!
ESTROFA III
No es ya el Dios de venganza, cuya diestra
ciudades en pavesas convertía;
hoy cual astro benéfico se muestra,
y cielo y tierra inunda en alegría.
CORO
¡Enjuga, Sión, el llanto;
no más signos de dolor!
¡Otra vez resuene el canto,
que ha nacido el Salvador!