«Porque dijo la venganza
lo que la ofensa no dijo».
Luego si me vengo yo
de aquella que me ofendió,
la publico: claro está
que la venganza dirá
lo que la desdicha no.
Y después de haber vengado
mis ofensas atrevido,
el vulgo dirá engañado:
«Éste es aquel ofendido»,
y no «aquel desagraviado».
Y cuando la mano mía
se bañe en sangre este día,
ella mi agravio dirá,
pues la venganza sabrá
quien la ofensa no sabía.
Pues ya no quiero buscalla
(¡ay cielos!) públicamente,
sino encubrilla y celalla;
que un ofendido prudente
sufre, disimula y calla.
Que del secreto colijo
más honra, más alabanza:
callando mi intento rijo,
porque dijo la venganza
lo que el agravio no dijo.
Pues de don Juan, que atrevido
su honor ha restituido,
no dijo el otro soldado:
«Éste es el desagraviado»,
sino «éste es el desmentido».
Pues tal mi venganza sea,
obrando discreto y sabio,
que apenas el sol la vea,
porque el que creyó mi agravio,
me bastará que la crea.
Y hasta que pueda logralla
con más secreta ocasión,
ofendido corazón,
sufre, disimula y calla.
¡ Barquero!
|