A fuerza de arrastrarse: 47
Escena XIII
editarPLÁCIDO; luego, un CRIADO; después, el MARQUÉS.
PLÁCIDO.-¡Ni alma!..., ¡ni corazón!..., ¡ni siquiera hermosura! ¡Este pasado sí que no lo redimo como el otro con treinta mil duros!... ¡Una gota, aunque no sea más que una gota de rocío! (Toca un timbre, y aparece un CRIADO.) Cuando vengan don Javier y la señorita Blanca, que pasen por aquí. Usted mismo les hace entrar.
CRIADO.-Sí, señor. (Sale.)
PLÁCIDO.-¡Cuánto tarda el marqués! ¡Fuego lento!, ¡esto es fuego lento!... Al fin...
MARQUÉS.-¿Me llamabas, Plácido?
PLÁCIDO.-Sí, le llamaba a usted.
MARQUÉS.-¿Para hablarme de la combinación ministerial? ¿Es cosa hecha?
PLÁCIDO.-Creo que sí.
MARQUÉS.-¡Gracias a Dios! ¡Creí que no ibas a llegar nunca! Y es que no tienes práctica; que te falta tacto.
PLÁCIDO.-Por eso consulto siempre con usted.
MARQUÉS.-Pero no sigues mis consejos. Eres terco..., y a veces «torpe». Cuando se entra en una familia como la mía, hay que demostrar «¡cualidades superiores!».
PLÁCIDO.-(Irritado.) No decía usted eso cuando le salvé la vida.
MARQUÉS.-Yo hubiera hecho tanto como tú; «¡más!». Porque yo no me separo del terreno sin ver sangre. O «mía» o «ajena».
PLÁCIDO.-¡No todos podemos ser héroes como usted! Pero estamos perdiendo el tiempo. Vamos al asunto. Necesito que me dé usted, en el acto, ahora mismo, treinta mil duros.
MARQUÉS.-(Retrocediendo espantado.) ¿Qué?... ¿Que necesitas...? ¿Te has vuelto loco?... ¿Y para qué quieres ese dinero?... ¡Pero, desdichado, si me pides un capital!
PLÁCIDO.-(Brutalmente.) Cuando se lo pido a usted es que lo necesito y que no lo tengo por el momento. Entiéndalo usted: es un préstamo. Se lo devolveré dentro de un par de meses.
MARQUÉS.-Pero ¿no los tienes? ¿No tienes treinta mil duros? ¿Pues qué haces de las rentas de mi hija?
PLÁCIDO.-Ella las gasta en lujo. Ya lo sabe usted.
MARQUÉS.-¡Ella necesita sostener el lustre de mi casa! ¡Poco a poco! ¡Nada de recriminaciones, señor mío!
PLÁCIDO.-En otra ocasión hablaremos de todo eso... y de «otras cosas» Pero no puedo perder el tiempo y necesito lo que he dicho.
MARQUÉS.-Yo no pienso dártelo.
PLÁCIDO.-(Amenazador.) ¿No?
MARQUÉS.-¿Amenazas?
PLÁCIDO.-¡Ese es el nombre!
MARQUÉS.-¡A mí! ¿A tu padre político? ¿Al marqués de Retamosa del Valle?
PLÁCIDO.-¡A usted! ¡A mi padre político! ¡Y al marqués! ¡Y Retamosa! ¡Y al Valle! ¡Y al mismo diablo que nos lleve a todos! (Furioso.)
MARQUÉS.-(Asustado.) ¡Plácido!
PLÁCIDO.-Oiga usted y atienda una vez en su vida. Estoy en la combinación ministerial, cosa que le agrada a usted más que a mí. Y a Josefina, más que a nadie. Pero se está preparando un folleto infame. Si se publica, me hunden. Y al marqués de Retamosa conmigo. Y a Josefina con los dos. Por esa cantidad no se publica y me entregan todas las pruebas y documentos que pueden perjudicarnos. Ahora resuelva usted.
MARQUÉS.-¡Me aturdes! ¡Me confundes! ¡A mí me va a dar algo!
PLÁCIDO.-Pues antes que le dé a usted, que a Dios gracias no le dará, déme usted los treinta mil.
MARQUÉS.-¿Y qué cuenta ese folleto?
PLÁCIDO.-Es largo de contar. Ya lo sabrá usted luego.
MARQUÉS.-Pero de mí, ¿qué pueden decir?
PLÁCIDO.-¿Qué podía decir aquel artículo que estuvo a punto de costarme la vida? Pues mucho más dice.
MARQUÉS.-¿Y de Josefina?
PLÁCIDO.-(Con ira reconcentrada.) De Josefina... no hablemos hoy. Mañana hablaremos.
MARQUÉS.-¿De modo que tú crees...?
PLÁCIDO.-No creo; sé que, si ahora mismo ¡no me presta usted esa cantidad, mañana todos nosotros seremos el ludibrio de Madrid.
MARQUÉS.-(Vacilando, pero casi vencido.) Entonces..., ¿qué remedio?
PLÁCIDO.-El que digo, y pronto.
MARQUÉS.-Me parece que dijiste que era un préstamo.
PLÁCIDO.-Nada más.
MARQUÉS.-Está bien. Allá voy. (Volviéndose.) Pero caro nos cuestas, querido Plácido.
PLÁCIDO.-(Yendo hacia él, colérico.) ¡Marqués!...
MARQUÉS.-¿Qué?
PLÁCIDO.-Nada, vaya usted. Debía estar acostumbrado, porque lo mismo me ha dicho Josefina. Vaya usted, vaya usted.
MARQUÉS.-(Saliendo.) ¡Treinta mil!... ¡Es una cifra aterradora!... ¡Preferiría batirme otra vez!... ¡Ah!..., no; es verdad; la primera se «batió» él. (Vase.)