A San Pedro, en una borrasca, viniendo de Roma
III.
A san Pedro, en una borrasca, viniendo de Roma.
Pescador soberano, en cuyas redes
Los mayores monarcas han estado
Dichosamente presos, y cambiado
En gloria sus prisiones, y en mercedes;
Tú, que abrir y cerrar el cielo puedes
Con poderosa llave á tu ganado,
Y alcázar en lu tierra has alcanzado
Con colunas de pórfido y paredes,
Los ojos vuelve al mar enfurecido;
Y pues tal vez osó mojar tu planta
Aun siendo hollado de tu fe animosa.
Su hinchazón rompe, acalla su ruido,
Y enseñado discipulo, levanta
Mi fe y mis piés con mano poderosa.