Nota: Se respeta la ortografía original de la época

Los Elfos


De tomillo y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alegres danzan en los prados.

Del bosque por arduo y angosto sendero
En corcel obscuro marcha un caballero.
Sus espuelas brillan en la noche bruna,
Y, cuando en su rayo lo envuelve la luna,
Fulgurando luce con vivos destellos,
Un casco de plata sobre sus cabellos.

De tomillo y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alogres danzan en los prados.

Cual ligero enjambre, todos le rodean
Y en el aire mudo raudos voltigean,
— Gentil caballero, ¿do vas tan de prisa?

La Reina pregunta, con suave sonrisa;
Fantasmas y endriagos hallarás doquiera;
Ven, y danzaremos en azul pradera.

De tomillo y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alegres danzan en los prados.

— No! mi prometida, la de ojos hermosos
Me espera y mañana seremos esposos.
Dejadme prosiga, Elfos encantados,
Que holláis vaporosos el musgo en los prados.
Lejos estoy, lejos, de la amada mía,
Y ya los fulgores se anuncian del día.

De tomillo y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alegres danzan en los prados.

— Queda, caballero, te daré á que elijas
El ópalo mágico, las áureas sortijas,
Y, lo que más vale que gloria y fortuna:
Mi saya tejida con rayos de luna.
— No! — dice él.— Pues anda!— Y su blanco dedo
Su corazón toca é infúndele miedo.

De tomillo y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alegres danzan en los prados.
 

Y el corcel obscuro, sintiendo la espuela
Parte, corre, salta, sin retardo vuela,
Mas el caballero, temblando, se inclina:
Ve sobre la sombra forma blanquecina
Que los brazos tiende, marchando sin ruido.
— Déjame, oh demonio, Elfo maldecido!

De tomillo y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alegres danzan en los prados.

— Déjame, fantasma siempre aborrecida!
Voy á desposarme con mi prometida.
— Oh, mi amado esposo, la tumba perenne
Será nuestro lecho de bodas solemne.
He muerto! dice ella — y él, desesperado,
De amor y de angustia cac muerto á su lado.

De tomillos y rústicas yerbas coronados
Los Elfos alegres danzan en los prados.