El pozo del Yocci: 09



Cuando las dos partidas enemigas se perdieron de vista, Aurelia sintió una emoción penosa; algo indefinible, desconocido, que llevó a su alma una extraña duda. Miró a Aguilar, y lo vio sombrío; volviose a Juana, y la mirada de ésta tenía una expresión que aumentó su propia perplejidad; fue a refugiarse cerca de su madre y la encontró despierta, incorporada pero pálida y absorta en una mirada que sus grandes ojos fijaban con ansia en el camino que dejaban atrás.