Yo vi en sazón alegre un tierno pecho
Yo vi en sazón alegre un tierno pecho ufano dulcemente con mi pena, y que anudarnos pudo en su cadena el ya cortés amor con lazo estrecho. Yo veo el bien que tuve ya deshecho, y mi segura fe de cuitas llena, y que el ingrato en impío afán condena a quien halla en su agravio satisfecho. Yo vi que no fui indigno de la gloria que en su rigor me usurpa la mudanza, y en sombra del olvido ya me veo. Entristézcome siempre en la memoria, desfallezco medroso en la esperanza, y al fin pierdo la vida en el deseo.