Yo os prometí, mi libertad querida
Yo os prometí mi libertad querida, no cautivaros más, ni daros pena; pero promesa en potestad ajena, ¿cómo puede obligar a ser cumplida? Quien promete no amar toda la vida Y en la ocasión la voluntad enfrena, saque el agua del mar, sume su arena, los vientos pare, lo infinito mida. Hasta ahora con noble resistencia las plumas corto a leves pensamientos por más que la ocasión su vuelo ampare. Pupila soy de amor; sin su licencia no pueden obligarme juramentos. Perdonad, voluntad, si los quebrare.