Yo me adamé una amiga...
Yo me adamé una amiga dentro de mi corazón, Catalina había por nombre, no la puedo olvidar, no. Rogóme que la llevase a las tierras de Aragón. -Catalina, sois muchacha, no podréis caminar, no. -Tanto andaré, el caballero, tanto andaré como vos; si lo dejáis por dineros, llevaré para los dos: ducados para Castilla, florines para Aragón. Ellos en aquesto estando, la justicia que llegó.