Y posible será que destinado
¿Y posible será que destinado he de vivir en sempiterno duelo, lejos del suelo hermoso, el caro suelo do a la primera luz abrí los ojos? Cuántas, ¡ah!, cuántas veces dando auque breve a mi dolor consuelo, oh montes, oh colinas, oh praderas, amada sombra de la patria mía. Orillas del Anauco placenteras, escenas de la edad encantadora, que ya de mí, huyeron por mezquino, huyó con presta irrevocable huida; y toda en contemplarnos embebida se goza el alma, a par que pena y llora.