Vuela y cerca la lumbre y no reposa
Vuela y cerca la lumbre y no reposa, y huye y vuelve, a su beldad rendida, figura simple suya, y encendida siente que fue a su muerte presurosa; mas yo, alegre en mi luz maravillosa, a consagrar osando voy mi vida, que espera, de su bello ardor vencida, o perderse o cobrarse venturosa. Amor, que en mí engrandece su memoria, entibia mi esperanza en lento engaño y en llama ingrata ufano me consumo. Cuidé (¡tal fue mi mal!) ganar la gloria del bien que vi, y al fin hallo en mi daño que sólo de mi incendio resta el humo.