<< Autor: José Batlle y Ordóñez


Jueves 1ro de Julio de 1915, EL DIA

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Voto secreto

Ahora resulta –según los opositores- que el voto secreto no constituye una garantía eficaz de la verdad del sufragio. ¿Por qué? Porque la elección no se reduce solo al voto, sino que está formada por una serie de actos anteriores, que se desarrollan en forma pública. No vemos que tiene que ver una cosa con la otra. Antes del voto, la coacción es imposible. Lo único que puede desenvolverse es la persuasión por medio de la propaganda, despertar el entusiasmo, avivar las simpatías mediante procedimientos legítimos. Una voluntad, un voto, conquistado en esa forma, no es un voto desfigurado, a no ser que la oposición pretenda limitar la libertad de pensamiento, la libertad de la prensa, la libertad de reunión, etc.

Solo en el momento del voto se concibe que un ciudadano vote por quien no quiere. Y exigiendo el voto secreto, como se establece en el proyecto actualmente discutido, hay una absoluta imposibilidad material para que la coacción se haga efectiva.