VIRGENCITA


V

irgencita, no hace mucho que viajando una mañana

de tu gruta milagrosa los prodigios de una Hermana
refirióme y, conmovida por mi mal, me dijo así:
"Ve a la Virgen que los ojos te dará si se lo pides";
Virgencita, Tú lo sabes y te ruego no lo olvides:
fué por miedo del milagro si a tu gruta no acudí.


Tuve miedo del milagro que mi fe me prometía,
sí, temí trocar las sombras por la clara luz del día.

Tuve miedo, Virgencita, Tú bien sabes el por qué.
Si a tu gruta milagrosa donde vista hallan los ciegos
voy un día, Virgencita, no me escuches si en mis ruegos
otros ojos te pidiere que los ojos de la fe.