Viaje maravilloso del Señor Nic-Nac/XXII

CAPÍTULo XXII
por fin!

En el momento en que el cicerone llegaba á su casa, miró hácia atrás y no pudo ménos de sonreir, al verme fatigado, jadeando casi, de vuelta de mi súbita carrera.

Se detuvo, y cuando yo tambien llegué á la casa:

—"Sois muy curioso, señor Nic-Nac." me dijo. "Si la causa de vuestra agitacion fuera otra, podría teneros compasion..."

—"La rechazo, vuestra compasion, amigo mio."

—"Miau! miau!"

—"Ah! infeliz!" exclamé golpeándome la frente "infeliz, mil veces infeliz! y yo que había olvidado el gato negro, el inseparable y misterioso amigo!"

—"Miáu! miáu!"

—"Ven aquí, amigo mio."

—"Miaháu!" hizo el gato en tono de profunda sumision.

—"¿Conoces este país?"

—"Miáu!" y repitió con la cabeza el mismo movimiento antero posterior que alguna vez me había hecho observar el Doctor.

—"¿Es un pais monárquico?"

Nada. El gato nada respondió.

—"Es una República?"

—"Miáu!"

—"Y el nombre? Ya sé que es Nacion..."

—"Mi-áu..."

—"Au! ah! ya caigo "Aureliana!"

—"Miáu! Miáu!" El gato desapareció.

—"Aaaah!" exclamé, interjeccion que se me hinchó en la garganta tanto como un alfabeto [1]

—"Ya veis amigo mio," dijo el cicerone, "que os habiais ofuscado. Cuando oisteis decir en la Academia 'Ley Aureliana' debisteis suponer que era lo mismo que Ley Taranteliana, ó Ingeliana, ó sea de Tarantelia ó de Ingelia."

—"Y porqué lleva este nombre?"

—"Por qué! ¿qué metal precioso abunda en este pais?"

—"El oro."

—"Oro, en latin, es aurum, y de aquí Aureliana, es decir "Nacion del Oro."

—"Tenemos que hablar mucho sobre esto, y particularmente sobre la forma de gobierno de este pais, de esta Nacion Aureliana."

—"Si amigo mio, pero entremos. ¿No veis? El pobre Doctor pretende en vano convencer á mi bella hija de que no se consuela de la pérdida del punto blanco."

—"Y vuestra hija es accesible á la conviccion?"

—"Señor Nic-Nac... en todos los planetas cada sexo tiene sus caracteres propios."

  1. Nic-Nac plagia á Dickens en esta expresion.
    El Editor.