Viaje maravilloso del Señor Nic-Nac/XIX

CAPÍTULO XIX
Una conversacion que pudo ser interminable...
si no hubiera terminado

Un momento despues, nuestro amable cicerone me acompañaba por las espaciosas calles de Sophopolis.

El Doctor había preferido quedarse en compañía de las señoras, que comprendian cuan grande era su desgracia. El, por su parte, trataba de aumentarla.

—"La Academia" me dijo aquel, "produce extraordinarios beneficios en toda la poblacion, de cualquier naturaleza que ella sea. Por su organizacion, esta Academia se divide en dos grandes secciones: la de sábios teóricos y la de sábios prácticos. Aquellos investigan, escudriñan los secretos fisicos y morales, las leyes que los rijen,—estos, su aplicacion á nuestra sociedad¡—y puedo aseguraros que son tan grandes los beneficios que esta organizacion reporta, que no sólo basta para nosotros, sino tambien para los demas paises con los cuales las relaciones geográficas ó políticas presenta el nuestro cierta afinidad.

"El Gobierno de nuestro pais, deseoso de mantener el equilibrio político-social, proteje tan benéfica institucion, y ella en cambio, es, por decirlo así, el Consejo Superior del Gobierno.—A ella afluyen sábios de todas las naciones, y contribuyen, cada uno en su esfera, á interpretar la Naturaleza."

—"¿Y quienes son los miembros?"

—"Todo el que tenga suficiente buen deseo para fomentar el contento y bienestar de los hombres."

—"De lo que me habeis dicho, se desprende que los fines de esta Academia son eminentemente prácticos, y que la teoría ocupa un lugar secundario, eh?"

—"Os engañais, señor Nic-Nac; la teoría, entre nosotros, es la base de todo progreso; y á tal extremo llevamos nuestra conviccion, en ese sentido, que por nuestras leyes municipales, antes de llevar á cabo cualquier acto de la vida, debemos someterlo á la aprobacion de los Departamentos subordinados."

—"¿Y qué fin os proponeis con eso?'

—"Ante todo mantener vivo el sentimiento de sociabilidad, y esos Departamentos que de otro modo parecerian inútiles, vienen á ser grandes centros de reunion, donde se discute, se propone, se aprueba, se rie....... en una palabra, donde se aprende á vivir."

—"¿Existen instituciones análogas en Theopolis?"

—"Latentes sí, pero inútiles, porque todos los Theopolitas prefieren el mas extraño aialamiento. El gobierno podría someterlos á la ley general, pero comprendeis bien que por antipáticos que ellos sean, no por esto se les debe obligar á modificar por completo sus costumbres; no molestan á nadie (solo una vez lo hicieron), no tratan de hacer propaganda de sus principios negativos; hé ahí por qué no se les obliga. Además, hay una circunstancia que importa sériamente en las consideraciones de las autoridades: la luz que los envuelve es algo semejante á esos resplandores fatídicos que de tarde en tarde, suelen rodear la cima del Nevado de la Consagracion."

—"El que yo denominé Nevado de Famatina?"

—"¿Verdad?"

—"Sí; Seele me propuso darle nombre, y yo adopté aquel."

—"Reminiscencias?"

—"Inevitables. Pero decidme, ¿y si algun dia los Theopolitas pretendieran iniciar la propaganda?"

—"Incendiariamos su ciudad, como la incendiaremos tambien el dia que tengamos suficiente enerjía para vengar la afrenta que nos hicieron en épocas pasadas."

—"Y eso es el cristianismo que habeis aprendido? ¿No es una de las bases fundamentales de la gran doctrina el perdon de las injurias?"

—"Hay algunas que son metafísicamente abominables."

—"Convenid conmigo en que todo es relativo, y que lo que para unos puede ser un insulto, para otros es un alhago."

—"En el fondo de nuestra conciencia no existen, relatividades de ese género."

—"Bien, dejemos eso; acato vuestras opiniones, y si he manifestado extrañeza, ha sido únicamente para reconocer vuestro temple de ánimo respecto de los Theopolitas. Soy cristiano, pero á mi modo. No acepto todo lo que Cristo ha dicho por mas metafórico que sea. 'Si te dan un bofeton en la mejilla derecha, presenta la izquierda' dijo el gran Apóstol de la redencion; pero puedo aseguraros que en la práctica, este consejo reviste los caracteres de imposible, y no hay un hombre, por cristiano que sea, que reciba uno en la izquierda y no desée aplicar doscientos en la derecha del agresor."

—"Efectivamente, señor Nic-Nac. Es una ley fatal de la dignidad humana; sinembargo, era una metáfora."

—"Bien, en último caso yo sabría aplicarlos metafóricamente. Pero volviendo á la Academia, decidme: ¿y todos esos estudios que aparentemente no presentan utilidad práctica alguna, como sería, por ejemplo, la investigacion de si en uno de los mas pequeños asteroides existe el Fósforo ó el Paladio?"

—"Vos mismo lo habeis dicho: 'aparentemente' es la verdadera expresion. Tódos los seres que pueblan el Universo, contribuyen á su armonía por su misma evolucion, y un solo átomo que de aniquilara, bastaría para romper el equilibrio. ¿No debe pues, el hombre, darse cuanta de esas misteriosas afinidades de la existencia, y dedicar á su investigacion todos los esfuerzos de su espíritu? Si el hombre no tuviera otras necesidades, otras aspiraciones que la satisfaccion grosera de los elementos indispensables á su vida vegetativa, su grande inteligencia sería absolutamente inútil."

—"Pero recordad, amigo mio, que el hombre ha formado si inteligencia paso á paso, así como el vegetal y el animal han generado célula por célula, desde la primera aislada que pobló los mares, hasta el mas hermoso de los árboles de nuestros bosques, ó de los pájaros mas lucientes que cantan en ellos."

—"Acepto la evolucion, señor Nic Nac; pero puesto que el hombre tiene hoy su actual inteligencia, es porque existía latente en la majestad del infinito, latencia que algun dia había de ser sensible. Y es porque hay un mas allá de las necesidades vegetativas, un mas allá que nos abre las puertas de la eternidad y del espacio. La inteligencia del hombre, no es pues sino una de las formas de la armonía universal. Darse cuenta de esta armonía, estudiar sus elementos, he ahí la mision del hombre; hé ahí tambien por qué no hay estudio alguno inútil. Desde la simple nota, elemento de esa armonía, hasta el acorde perfecto de los mundos, podeis recorrer la vasta escala de las creaciones, y en cada una de ellas encontrareis belleza, unidad y simpatía. Pero hé aquí que hemos llegado á la Academia."