Viajar
Asimilar horizontes. ¿Qué importa si el mundo es plano o redondo?
Imaginarse como disgregado en la atmósfera, que lo abraza todo. Crear visiones de lugares venideros y saber que siempre serán lejanos, inalcanzables como todo ideal.
Huir lo viejo.
Mirar el filo, que corta una agua espumosa y pesada.
Arrancarse de lo conocido.
Beber lo que viene.
Tener alma de proa.
«Regina Elena», 1914.