Vera Violeta
En pos de su nivel se lanza el río por el gran desnivel de los breñales; el aire es vendaval, y hay vendavales por la ley del no fin, del no vacío; la más hermosa espiga del estío no sueña con el pan en los trigales; el más dulce panal de los panales no declaró jamás: yo no soy mío. Y el sol, el padre sol, el raudo foco que lo fomenta todo en la Natura, por fecundar los polos no se apura, ni se desvía un ápice tampoco: ¡Todo lo alcanzarás, solemne loco, siempre que lo permita tu estatura!