Veo el ajeno bien, veo el contento

Veo el ajeno bien, veo el contento
de Fernando de Herrera


 Veo el ajeno bien, veo el contento   
 que ofrece blando amor al pobre estado;   
 y como al fin doliente, acongojado,   
 busco un liviano engaño a mi tormento.   
 

 Aparto de la pena el pensamiento,  
 y espero, osadamente aventurado,   
 nueva gloria en la fuerza del cuidado,   
 y doy valor seguro al sufrimiento.   
 

 Surte incierto mil veces mi deseo,   
 la presa desparece por quien muero,  
 y se remonta con desdén perdido.   
 

 Temo ser otro insano Salmoneo,   
 que fingió el no imitable rayo fiero,   
 y fue con rayo abrasador herido.