Una viñeta
de Delmira Agustini


 Tarde sucia de invierno. El caserío,
 como si fuera un croquis al creyón,
 se hunde en la noche. El humo de un bohío,
 que sube en forma de tirabuzón;
 

 mancha el paisaje que produce frío,
 y debajo de la genuflexión
 de la arboleda, somormuja el río
 su canción, su somnífera canción.
 

 Los labradores, camellón abajo,
 retornan fatigosos del trabajo,
 como un problema sin definición.
 

 Y el dueño del terruño, indiferente,
 rápidamente, muy rápidamente,
 baja en su coche por el camellón.