Una indirecta del padre Cobos
Una indirecta del padre Cobos.
Costeaba la festividad de la Reina de los Angeles en la octava de su Concepción Purísima un devoto llamado D. Mateo, hombre verdaderamente virtuoso, que por humilde modestia encargó al orador que no lo nombrase en su discurso.
Hízolo el predicador, pero concluyendo así su elegante oración:
— Estrañará mi auditorio que no haya elogiado al que tan atento y reverente muestra su afecto á la Emperatriz de los cielos en lo magnífico de este culto; lo he omitido, porque lo publica el sagrado Evangelio del dia: secundum Matheum.