Una cigarra y una lechuza
El que no se ajulsa á las leyes de la urbanidad, paga regularmente la pena de su soberbia.
Una cigarra molestaba con su canto desapacible á una lechuza, acostumbrada á buscar de noche su alimento y dormir entre dia en el hueco de un árbol. Rogóla la lechuza que callase, mas ella empezó á gritar mucho mas alto. Repetida la súplica, se enardeció, mas. La lechuza, como vió que no habia remedio, ni se hacia caso de sus plegarias, usó de este ardid contra la habladora. Ya que no me dejan dormir tus cantinelas, que parecen formadas en la cítara de Apolo, quiero beber el néctar con que poco há me regaló Palas: si no te disgusta, ven bebamos en buena compañía. Ella, que ardia de sed, luego que oyó alabar su voz voló allá exalada; mas la lechuza saliendo de su agugero, persiguió á la cuitada y la mató. Así vino á conceder en su muerte lo que habia negado en vida.
Nectar. Bebida de los dioses.
Pallas. Hija de Júpiter, nacida de su celebro, segun fingieron los poetas. Donavit. Dióle Palas el néctar á la lechuza, porque era ave consagrada á esta diosa; pues la lechuza, porque ve entre las tinieblas, era tenida por el símbolo de la prudencia, y Palas era la diosa de esta virtud.