Un alto y generoso pensamiento

Un alto y generoso pensamiento
de Nicolás Fernández de Moratín


 Un alto y generoso pensamiento,   
 inspiración del cielo soberano,   
 me puso la áurea cítara en la mano   
 para cantar el dulce mal que siento.   
 

 Y fue tan grato mi sonoro acento,  
 que la ancha vega, el apacible llano   
 y el cavernoso monte carpetano   
 mostraron compasión de mi tormento.   
 

 Turbose el río de cerúleo manto,   
 oculto entre los álamos sombríos,  
 al ver su cisne lamentarse tanto.   
 

 Moviéronse los brutos más impíos   
 y los ásperos troncos a mi llanto;   
 y no la que causó los males míos.