Ultrafuturismo
de Carlos Luis de Cuenca
Nota: «Ultrafuturismo» (1913) Almanaque de La Ilustración Española y Americana (XL): pp. 68-69
 ¡Hagamos añicos las antologías!

De los aborígenes hasta nuestros días,
Cuantos en Hispania cantaron poesías
No trovaron nunca más que tonterías.
Versos sin destellos y sin calorías,
   Notas sordas, frías,
   Silentes, sombrías,
Sin timbre vibrátil en las armonías,
Tan sólo en mis versos hay eucaristías!
   ¡Yo soy el Mesías!
   Yo soy el maestro,
   Porque yo demuestro
   Que en el tiempo nuestro
   Soy, de puro diestro,
   ¡¡¡El astro del estro!!!
  ¿Por qué? Porque extirpo todo clasicismo
   Y romanticismo
   Y aun el modernismo
   Y hasta el futurismo
Mi madre es la Nada: mi padre el Abismo:
   ¡Por eso yo mismo
Tengo que expedirme la fe de bautismo!
 ¡Soy el superhombre y el superartista
Supereminente por la gran conquista
Del numen poético ultrafuturista!
¡Decid francamente si hay quien me resista!
 ¡Nadie! Á todos venzo. Soy el soberano.
Y el canon artístico lo traza a mano
Con pluma de ensueño y tinta de arcano.
¡Cada rasgo mío es un meridiano!
 Y hago mi falsilla con los paralelos,
Y mi ortografía la cojo en los cielos
Y al trazar mis versos sobre la laguna,
El sol es el punto, la coma la luna,
¡Y con las estrellas de rayos más vivos
Pongo en mis estrofas puntos suspensivos!
 Esmaltan mis frases lumbres de diamante
Encima, debajo, detrás y delante;
¡Y en torno el ambiente se enciende y se anima
Detrás y delante, debajo y encima!
¿Quién hizo otro tanto del ritmo y la rima?
 ¡Oh seres yacentes en el antro obscuro
De la vieja estética! Venid. Yo os auguro
Porvenir excelso por el arte puro:
¡Yo, que he descubierto el rumbo seguro
Que lleva á las cimas del Pluscuamfuturo!
 ¡Volved boca abajo todo lo existente:
Buscad en lo negro lo resplandeciente:
Sentid la frescura de lo incandescente:
Gozad del aroma de lo pestilente,
   Y principalmente
Amad la hermosura de las cosas feas!
Hablad sin palabras: pensad sin ideas:
Pintad sin colores: cantad sin sonidos...
¡Oh vates, abajo los cinco sentidos!
Y sea el ensueño que el cosmos enfoque
El que vea y oiga, huela, guste y toque.
 ¡Derribad las moles de las catedrales,
Arruinad las urbes más monumentales,
Y haced otras nuevas con casas iguales
Que sobre el tejado tengan los portales,
Para que recuerden nuestros sucesores
Cómo protegimos á los aviadores!
 ¿Que cómo se ensueñan los versos mejores?
   Oíd trovadores:
 Todo lo inmanente y lo transitorio,
Lo real y efectivo como lo ilusorio,
Desde el megaterio hasta el infusorio,
Miradlo en lo cóncavo del espejo ustorio
Y todo revuelto en amplio envoltorio
Tome en la vorágine ritmo giratorio;
   ¡Y en una confusa
   Gama indefinida,
   Dará una difusa
   Sensación de vida
   De una ciencia infusa!
 Soltad todo vínculo: romped todo nexo:
¡Borremos las Patrias, las clases y el sexo!
¡Todo divergente y todo conexo!
¡Viva el arte cóncavo y muera el convexo!
 Y cuando el ensueño los cantos evoque
Rompa la cesura y el metro disloque,
Á fin de que en íntima y oculta armonía
Grite cada sílaba:—¡Viva la anarquía,
   Con la dinamita de la poesía!
   ¡Fuera lo tranquilo!
   ¡Abajo lo lento!
   Sea vuestro estilo
   En todo momento
   Raudo como el viento
O caballo loco que corre contento,
Y suene en los versos el golpe violento
De las herraduras sobre el pavimento.
   ¡Ande el movimiento!
    Escuchad y mi ritmo imitad,
   Que otros vates no logran aún
   Galopad, galopad, galopad...
   ¡Catapún, catapún, catapún!.,
 Á este paso llegué á merecer
De la charca vulgar emerger,
   Y hoy voy por doquier
Aspirando al renombre genial,
   Dispuesto á vencer
En un magno certamen mundial.
   Porque al ver
   Mi valer
   Colosal
   Dirá el tribunal
   Que merezco la flor natural
   Mas como la flor
   No tiene valor,
Me darán, como premio especial,

¡¡La camisa de fuerza de honor!!
    Carlos Luis de Cuenca.