Tu dormías
de Delmira Agustini


 Engastada en mis manos fulguraba
 como oscura presea, tu cabeza;
 yo la ideaba estuches, y preciaba
 luz a luz, sombra a sombra su belleza.
 

 En tus ojos tal vez se concentraba
 la vida, como un filtro de tristeza
 en dos vasos profundos... Yo soñaba
 que era una flor del mármol tu cabeza;
 

 cuando en tu frente nacarada a luna,
 como un monstruo en la paz de una laguna
 surgió un enorme ensueño taciturno.
 

 ¡Ah! tu cabeza me asustó. Fluía
 de ella una ignota vida. Parecía
 no sé qué mundo anónimo y nocturno.