Tratado de la pintura/CXLVII
§ CXLVII.
editarNunca será propio ni verdadero el color de la sombra de cualquier cuerpo, si el objeto que le oscurece no tiene el mismo color que el cuerpo á quien oscurece. Por ejemplo: si en una pieza, cuyas paredes sean verdes, se pone un objeto azul, entonces la parte iluminada de este tendrá un bellísimo color azul, y la parte oscura será de un color desagradable, y no como deberia ser la sombra de un azul tan bello; porque le altera la reverberación del verde que hiere en él; y si las paredes fuesen de un amarillo anteado, sería mucho peor.