Nota: Se respeta la ortografía original de la época

§ CVI.

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Del color que no se altera con varias diferencias de aire.

Puédese dar el caso de que un mismo color en varias distancias no haga mutación alguna; y esto sucederá cuando la proporción de lo grueso del aire, y las proporciones que entre sí tengan las distancias de la vista al objeto sea una misma, pero inversa. Por ejemplo: A sea el ojo; H cualquier color, apartado del ojo á un grado de distancia en un aire grueso de cuatro grados; pero siendo el segundo grado A M N L dos grados mas sutil que el de abajo, será preciso que el objeto diste del ojo doble distancia para que no se mude el color: y asi se le pondrá separado de él dos grados A F, F G, y será el color G; el caal elevándose al grado de doble sutileza que es M O P N, será fuerza ponerle á la altura E, y entonces distará del ojo toda la línea A E, la cual es lo mismo que la A G en cuanto á lo grueso del aire, y pruébase asi: si A G, distancia interpuesta de un mismo aire entre el ojo y el color, ocupa dos grados, y A E dos grados y medio, esta distancia es suficiente para que el color G elevado á E no varíe en nada; porque el grado A C y el A F, siendo una misma la calidad del aire, son semejantes é iguales; y el grado C D, aunque es igual en el tamaño á F G, no es semejante la calidad del aire; porque es un medio entre el aire de dos grados y el de uno, del cual un medio grado de distancia ocupa tanto el color, cuanto basta á hacer un grado entero del aire de un grado que es al doble sutil que el de abajo. Figura VIII.

Esto supuesto, calculando primero lo grueso del aire, y después las distancias, verás los colores, que habiendo mudado de sitios no se han alterado; y diremos según el cálculo de la calidad del aire que se ha hecho; el color H está á los cuatro grados de grueso del aire; G á los dos grados, y E al uno. Ahora veamos si las distancias están en igual proporción, pero inversa: el color E está distante del ojo dos grados y medio; G dos grados; H un grado; esta distancia no se opone á la proporción del grueso del aire, mas no obstante se debe hacer otro tercer cálculo en esta forma. El grado A G, como se dijo arriba, es igual y semejante al A F, y el medio grado C B es semejante á A F, pero no igual; porque su longitud es solo de un


medio grado que vale tanto como uno del aire de arriba. Luego el cálculo hecho es evidente; porque A C vale dos grados de grueso del aire de encima, y el medio grado B C vale un entero del mismo aire; por lo que tenemos ya tres grados, valor del dicho aire, y otro cuarto que es B E. A H tiene cuatro grados de aire grueso; A tiene también cuatro, que son dos de A F, y dos de F G; A E tiene otros cuatro, dos de A C, uno de C D, que es la mitad de A C y de aquel mismo aire, y otro entero en lo mas sutil del aire: luego si la distancia A E no es dupla de la distancia A G, ni cuádrupla de la A H, queda solo con el aumento de C D, que es medio grado de aire grueso, que vale un entero del sutil: y queda demostrado que el color H G E no se varía aunque mude de distancia.