Tratado de la pintura/CCCXLI
§ CCCXLI.
editarNo es posible que una pintura, aunque imite con suma perfección al natural en el contorno, sombras, luces y colorido, parezca del mismo relieve que el original, si ya no es que se mire este á una larga distancia y solo con un ojo. Pruébase asi: sean los ojos A B que miran al objeto C con el concurso de las líneas centrales de ellos A C, B C: digo que las líneas laterales de las referidas centrales registran el espacio C D que está detras del objeto, y el ojo A ve todo el espacio E D, y el B todo el P G. Luego ambos ojos registran toda la parle P E detras del objeto C: de modo que este queda trasparente según la definición de la trasparencia, detras de la cual nada puede ocultarse: y esto es lo que no puede suceder cuando con solo un ojo se mira un objeto mayor que él. Esto supuesto, queda probado nuestro aserto; porque una cosa pintada ocupa todo el espacio que tiene detras, y por ninguna parte es posible registrar cosa alguna del lugar que tiene á su espalda su circunferencia. Figura XXI.