Tomé la pluma, Fabio, al gallicinio
Madruga a escribir el poeta y toma por achaque el enfadarse del mundo para volverse a dormir
Tomé la pluma, Fabio, al gallicinio,
pasada la intempesta nocturnancia,
y no para buscar pueblos en Francia
que no tengo historiógrafo desinio.
Y haciendo de las cosas escrutinio
deste mundo visible mi ignorancia,
en todo hallé disgusto y repugnancia
con tanto descompuesto latrocinio.
Intenté comenzar por desengaños,
del mar de nuestra vida breve espuma,
que a tantos necios consumió los años;
pero al mirar la inumerable suma
de inve[n]ciones, de máquinas, de engaños,
dejé los libros y arrojé la pluma.