Todas bellas
Nota: se ha conservado la ortografía original, excepto en el caso de la preposición á.
Flores que abren su cáliz
por la mañana,
cuando, de oro vestida,
despunta el alba
son la ventura
del que admira del campo
la galanura.
Niña que al mundo sale,
por vez primera,
reflejando en su rostro
pura inocencia,
es... embeleso
del padre que, en su frente,
dá un tierno beso.
Palmeras del desierto
que, tan esbeltas,
ante el simoun doblegan
su gentileza,
son el consuelo
del viajero que amparo
demanda al cielo.
Joven de negros ojos,
de gentil talle,
de corazón ardiente
y de alma grande,
es... la esperanza
del joven que por ella
suspiros lanza.
Sauce que a alguna tumba
sirve de amparo
y, llorando, sus ramas
cubren el mármol,
es... el recuerdo
que hace al hombre que exclame
«¡los años pierdo!»
Anciana venerable,
de rostro enjuto,
que llora hoy el pecado
en que caer pudo,
es... el modelo
que imitar todos deben
para ir al cielo.