Tlaloc?
IMPRENTA GANTE
México.
SECRETARÍA DE JUSTICIA É INSTRUCCIÓN PÚBLICA INSPECCION Y CONSERVACION DE MONUMENTOS ARQUEOLÓGICOS |
Las exploraciones que por orden de la Secretaría de Justicia é Instrucción Pública he emprendido en el Oriente del Valle de México, dieron principio en el lugar en donde está el monolito que motiva esta monografía. El monumento había permanecido casi oculto, hasta que el zapapico oficial lo vino á acabar de descubrir y á enseñarnos su verdadera forma y tamaño, y lo que junto á él se hallaba sepultado como consecuencia del fanatismo religioso.
Voy á desprender del primer tomo de "México á Través de los Siglos" la hoja que encierra el cap. XIV, págs. 663 y 664, para señalar los errores y contradicciones en que ha incurrido el señor Chavero, autor de ese voluminoso libro, al clasificar y describir el monolito de Coatlinchán, y rectificarlos para bien de nuestra arqueología.
Oigamos al señor Chavero: "simbolizóse esto de Coatlinchán levantando en la cañada del agua, que se forma por dos altas montañas entre las cuales corre la que baja de los altos montes que por ese lado rodean el Valle, siendo el principal el de Tlaloc, y que dirige su curso al lago de Texcoco, una estatua colosal de Chalchiuhtlicue, de 7 metros de altura, 3'80 de ancho y 1'50 de espesor, que es el ídolo antiguo más grande que conocemos. Desgraciadamente tiene destruidas las manos y estropeado el rostro, y yace tirada en la barranca, maltratada por las mismas aguas de que en otro tiempo fué deidad. Tiene el tocado que de costumbre se pone á la diosa, y que el señor Butler compara á la calantica de alguna estatua egipcia, pero cuyo origen entre nosotros debe tomarse de los dos monolitos que sostenían la plataforma del templo de la Cruz: lo que confirma la significación de esto como deidad de las lluvias. La parte superior del adorno de la cabeza presenta una escavación en forma de tina, de unos 50 centímetros de profundidad, que servía para depositar las aguas pluviales, como la taza superior del Tajín de Papantla. Tiene además el inmenso monolito en las manos un instrumento, que parece debía sonar soplando en él, y semejante á la estatua de Palemke. Lleva maxtli sencillo, mientras que la Palemkana presenta en su ex un instrumento que en su figura acusa un empleo para medir profundidades y que da idea del Nilómetro."
Como se ve, el señor Chavero llama Chalchiuhtlicue (diosa de las aguas) al monolito de Coatlinchán, es decir, trastorna los sexos, pues la estatua de Coatlinchán pertenece al sexo masculino y no al femenino como asegura el señor Chavero. Tan es así que la figura que el monolito representa es masculina, que el mismo autor que la clasificó femenina, asegura que lleva el maxtli, ó sea el maxtlatl como le llama Molina en su diccionario, quien traduciendo del vocabulario mexicano la palabra maxtlatl, dice que significa en español, bragas, y según el Diccionario de la Lengua Castellana última edición de la Academia, bragas quiere decir especie de cal zones anchos; y las autoridades en materia de historia antigua de México, como Torquemada, Sahagún y otros, al describirnos á la diosa Chalchiuhtlicue, no dicen que llevara calzones, sino enaguas ó camisón de color azul;(1) el monumento de que nos ocupamos no tiene más que el maxtlatl usado por los hombres(2) y visto por el señor Chavero, pero no enaguas. Por consiguiente, si aceptamos, como tenemos que aceptar, con los fundamentos indicados, que la estatua es de hombre y no de mujer, la designación que hace del monumento el señor Chavero, llamándole diosa de las aguas, viene por tierra.
Sigue diciendo el señor Chavero en la pág. 663, segunda columna: "desgraciadamente tiene destruídas las manos y estropeado el rostro," y al fin de la página 663 y principio de la 664, dice: "tiene además el inmenso monolito en las manos un instrumento que parece debía sonar soplando en él." He aquí una contradicción palmaria. ¿Si no tenía manos, porque están destruidas, cómo puede tener en ellas un instrumento?
Hablando el señor Chavero del origen del monolito dice: "pero cuyo origen entre nosotros debe tomarse de los monolitos que sostenían la plataforma del templo de la Cruz: lo que confirma la significación de ésta como la deidad de las lluvias." En esta obscura declaración no fija el señor Chavero á qué templo de la Cruz se refiere; aunque haciendo un esfuerzo adivinatorio me figuro que se trata de algunos de los templos de la Cruz de Palemke, y en ese caso, debo de hacer constar que los templos de la Cruz de Palemke no tienen monolitos simbólicos que sustenten sus plataformas, pues son simples piedras de construcción (morrillos).
Queda otro detalle, entre las afirmaciones del señor Chavero, que por su importancia no puedo dejar pasar inadvertido, y es el referente á las medidas que da del monolito, asegurando que tiene 7 metros de altura, 3'80 de ancho y 1'50 de espesor. Esto no es exacto, pues su altura es de 7 metros, su ancho máximo es de 4'41 y su espesor de 3'92.
El recipiente que tiene en la parte superior de la cabeza, de uno á otro borde exterior, longitudinalmente mide 3 metros 18 centímetros, de ancho 1'88 y de profundidad 54 centímetros.
El señor Chavero no sólo ha clasificado y descrito mal el monolito de Coatlinchán, sino que la estampa que ilustra su artículo es infiel á la verdad, pues reprodujo la que está representada en la página 27 del tomo III de los anales del Museo Nacional, dibujada por el dibujante del mismo Museo D. José M. Velasco, profesor de paisaje en la Academia de Bellas Artes, y la mencionada reproducNo. 1. Costado Norte. |
No. 2. Costado Sur.
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Frente
No. 3. Costado Oriente. |
No. 4. Costado Poniente.
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Esta estampa es copia fiel de la que se publicó en el tomo 3º de los "Anales del Museo Nacional" y después en la pág. 664 de "México á Través de los Siglos."
El dibujo de esta ilustración es meramente fantástico, obra del señor D. José María Velasco, profesor de dibujo del Museo Nacional y de pintura en la Academia de Bellas Artes.
fantástico, impropio de una publicación seria como eran los Anales del Museo. Véase lám. 1.
Para que los hombres de estudio en particular, y los lectores en general, conozcan la inexactitud de la figura hecha por el señor Velasco, la reproduzco fielmente á fin de que mis lectores la comparen con las copias fotográficas del monumento y vean la diferencia tan enorme que existe entre la producción del lápiz del dibujante y el original.
La arqueología es una ciencia que exige, en todas sus manifestaciones, la comprobación científica y repele el empirismo que tantos males ha causado y causa á la historia. Hay autores de libros de este género que, abusando de su facilidad literaria han escrito más que el Tostado, llenando centenares de páginas con relatos verdaderamente dignos de los cuentos de Las Mil y una Noches. Para desbaratar los errores que en tales escritos se asientan, se necesitaría el transcurso de muchos años y la desaparición de algunas generaciones que habrán vivido nutridas con falsos conceptos.
Es necesario convencerse de que para ser arqueólogo es indispensable perder el miedo, salir de casa y hacer estudios sobre el terreno, pero que estos estudios sean precedidos de competencia en la materia, para no tomar lo apócrifo por el original, como sucede casi siempre.
El día 10 de Junio próximo pasado, con una cuadrilla de operarios
y el empleado de la Inspección señor Salvador Batres, dí
principio á los trabajos de exploración del Oriente del Valle de
México, comenzando en el arroyo de Santa Clara, perteneciente á
la Municipalidad de Coatlinchán, Distrito de Texcoco, ubicado en
terrenos de la Hacienda de Tepetitlán, muy cerca del rancho de
Tecoac.
La altura de este lugar es de 2,600 metros sobre el nivel del mar, y 175 sobre el de la ciudad de México. El arroyo de Santa Clara nace en las vertientes de la montaña de Tlaloc, y en un recodo del arroyo se encuentra tirado horizontalmente el enorme monolito de figura de ídolo con la cabeza puesta hacia el Poniente. El cauce del arroyo sigue la misma dirección en que está la estatua y pasa á 9 metros de distancia de su costado Norte. Véase lám. 2.
El monolito se encontraba sepultado antes de hacer mis excavaciones á un metro debajo del nivel del plano de la cara del ídolo. Véase lám. 3.
Después de cavar 120 metros cúbicos en derredor del monumento, encontré el piso donde está sentada la piedra. Véanse láms. 4 y 5.
A la profundidad de dos metros, respecto del plano superior de la piedra y frente á los pies del ídolo, descubrí varias osamentas de niños, acompañadas de algunos pequeños juguetillos de barro. Véanse láms. 6 y 7.
El ídolo de la barranca de Santa Clara, rudimentalmente labrado,
no presenta en su estructura nada que lo asemeje á las esculturas
que conocemos de los pobladores precolombinos del Valle
de México.
El monumento tiene mutilado el brazo izquierdo, la parte delantera del pie del mismo lado, y el sitio en donde probablemente tenía el rostro. A la altura del cuello se halla un cilindro con dos hileras de perforaciones poco profundas: cada una de estas hileras consta de seis agujeros. Véase lám. 8.
La piedra de que está hecho el monolito es de color gris obscuro, con muy poca mica y cristalizaciones y de consistencia dura. Los cuatro costados del monumento se hallan devastados. Véanse figs. 1, 2, 3, 4, y el devaste de la piedra está hecho por secciones rectangulares.
No. 1.—Costado Norte. |
No. 2.—Costado Sur.
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No. 3.—Costado Oriente. |
No. 4.—Costado Poniente.
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La única pieza que de su indumentaria tiene bien caracterizada,
es el maxtlatl. Esa esfinge toscamente labrada se halla envuelta
en el más profundo misterio, y por lo mismo es muy difícil,
de un modo científico, hacer su clasificación; sin embargo, nuestros descubrimientos han rasgado parte del velo que lo cubría y
nos han proporcionado algunos documentos que podrán dar luz en
el terreno de la conjetura.
Los cronistas antiguos nos dicen que el dios Tlalos era deidad de las lluvias y del trueno y que en su honor sacrificaban inocentes niños. Como hemos dicho en otro lugar el enorme, monolito tenía enterrados á sus pies esqueletos de niños.(3) ¿Este descubrimiento nos dará el derecho de creer que se trata de un Tlaloc, puesto que junto á él se encontraron ejemplares del tipo del género de víctimas que le sacrificaban?....
Torquemada nos dice que el dios Tlaloc se hallaba colocado en lo más alto de las serranías del Oriente de Texcoco, llamándose Tlaloc el cerro en que estaba ese dios. Dice también que este Tlaloc era de piedra blanca, liviana, parecida á la piedra pómez; su forma era la de un hombre sentado sobre una losa quebrada, en cuya parte anterior había un vaso, á manera de lebrillo, labrado en la misma losa, y que en este recipiente colocaban los indios hule derretido, muy parecido á la brea, y muchas semillas de las que consumían para su mantenimiento, como el maíz de todos colores, frijoles, calabazas y otras legumbres.
Esta ofrenda que hallaron los primeros que vieron el ídolo, después de los toltecas, á quienes se cree que pertenecía, la renovaron cada año, terminada la cosecha, como una demostración de agradecimiento por haberles dado agua para sus sementeras.
La deidad miraba al Poniente, dando la cara á Tlaxcala. Huexotzingo y Cholula, y la espalda á Texcoco.
El Júpiter americano de que nos ocupamos, es decir el de pómez, era como hemos dicho, de la época tolteca, y admirado por ellos. Mucho tiempo después el rey acolhua Nezahualpiltzintli, monarca tezcucano, mandó hacer otro de mayor magnitud, esculpido en piedra muy grande, negra y dura para que durase muchos años, y quitó de su lugar el de pómez, sustituyéndolo por el nuevo; pero como cayera un rayo el mismo año de la sustitución, haciéndolo pedazos, los acolhuas se asustaron creyendo que la descarga eléctrica había sido una manifestación de desagrado de Tlaloc, porque no era su voluntad que se hubiese cambiado su imagen blanca por otra; repusieron en su primitivo sitio la blanca y quitaron la que había mandado labrar Nezahualpiltzintli, poniéndolola en el lugar en que estuvo provisionalmente la de pómez. Como al transladar la estatua de piedra negra y dura le quebraron un brazo, procedieron á soldárselo con tres gruesos clavos de oro.(4)
Cuando el cristianismo vino á imponerse en estas tierras, el obispo Zumárraga mandó bajar la diabólica piedra, como la llamaban los misioneros, y la hizo quebrar en su presencia, quitándole al mismo tiempo los ricos clavos de oro.
El ídolo de la barranca de Tepetitlán tiene el vaso ó lebrillo formado en piedra, pero no lo tiene colocado en la parte anterior de la losa quebrada, como lo tenía el de piedra pómez, sino que éste lo tiene en la parte superior ó vértice de la cabeza. Véase fig. 4. El franciscano nos dice que Nezahualpiltzintli mandó hacer un Tlaloc muy grande, de piedra negra y muy dura, y el de Tepetitlán es de piedra gris negra, muy dura y muy grande.
Más adelante nos dice el mismo misionero que al trasportarlo de uno á otro sitio le quebraron un brazo, y el ídolo del arroyo de Santa Clara tiene el brazo izquierdo quebrado. ¿Será acaso el monolito de que nos ocupamos el Tlaloc que mandó hacer Nezahualpiltzintli maltratado por el rayo, mutilado por sus cargadores y después destruido su rostro por Zumárraga, lo mismo que los geroglíficos que haya tenido esculpidos en los planos que formaban los cuatro costados de la deidad y que hoy en parte están devastados? He aquí la resolución del problema. Yo, por mi parte, me inclino á creer que el monumento que hemos explorado es el mismo Tlaloc que en un tiempo substituyó al de blanquecina pómez.
Parte horizontal de la mandíbula.—El agujero de la
barba lo tiene situado entre los dos premolares y no presenta ninguna anomalía.—La porción alveolar del cuerpo de la mandíbula
es enteramente plana, apenas si se nota una ligera excavación entre
el agujero de la barba y el alveolo del primer molar ó muela
de los seis años.—La porción basilar presenta en su cara anterior
una ligera excavación que después viene á formar dos bosas casi
insensibles que se pronuncian más á la altura de la base del alveolo
de la muela de los seis años.—La línea mylodiana externa no
tiene ninguna anomalía.—La eminencia de la barba está muy
poco pronunciada, y mirándola de frente presenta una anomalía
bastante curiosa, que consiste en una pequeña eminencia huesosa
de forma triangular.—La rama ascendente de la mandíbula presenta algunas anomalías respecto de la del europeo, el condilio
está menos alargado y más ancho, el apófisis coronoide mucho
más curvo y ancho, y la sesgadura formada entre el apófisis coronoide,
el punto sigmoide y el condilio es mucho más angulosa.—El punto del gonium, llamado ángulo de la mandíbula, está enteramente
curvo.—El arco dentario tiene el lugar donde estaban
implantados sus cuatro incisivos normales, sus dos caninos y sus
dos primeros premolares y primeros molares, ó sean las muelas
de los seis años.
Medidas de la mandíbula.—Parte horizontal, distancia entre el gonium y el punto synfysiano, 70 milímetros; distancia entre el punto alveolar inferior y el synfysiano, 20 milímetros; distancia entre el gonium y el condilio, 42 milímetros; distancia entre el apófisis coronoide y el condilio, 23 milímetros; distancia entre el apófisis coronoide y el borde anterior de este apófisis, 11 milímetros; distancia entre el borde anterior del apófisis coronoide y el agujero de la barba, 41 milímetros; diámetro del cuello del condilio 9 milímetros; distancia entre los dos condilios en su parte interna, 71 milímetros; altura de los premolares, 5 milímetros: longitud de la mesa de los segundos premolares, 9 milímetros y de ancho 8 milímetros. El apófisis coronoide es más alto que el condilio; la distancia que hay entre la parte superior del condilio y el synfysiano es de 42 milímetros, y del apófisis coronoide al synfysiano es de 44 milímetros. El ángulo de la mandíbula es de 134 grados.
Medidas del fémur.—Largo del fémur, 19 centímetros. Según Orfila, cuando un fémur tiene 32 centímetros de largo, la talla del individuo á quien perteneció alcanza 1 metros 38 centímetros, y por consiguiente, el fémur de 19 centímetros tendría de talla 1 metro 01 centímetros, talla de niño.
Medidas del humero.—Largo del húmero 14 centímetros. A un húmero de 24 centímetros, Orfila da una talla de 1'38, y buscando la proporción, uno de 14 centímetros debe tener de talla 87 centímetros, talla de niño.
Medidas del cubito.—Largo del cúbito, 12 centímetros. Orfila da á un cúbito de 19 centímetros una talla de 1'38: buscando la relación, un cubito de 12 centímetros deberá dar una talla de 87 centímetros, también talla de niño.
Estas medidas de los huesos largos nos han dado por resultado que confirmemos que los esqueletos encontrados enterrados en los pies de la estatua de Coatlinchán son de niños.
Medida del frontal.—El diámetro bi-orbitario de la ptera del esfenoide es de 86 milímetros.—Distancia entre el apófisis orbitario interno del frontal y el punto de intersección entre la sutura sagital y la coronal es de 96 milímetros, cráneo de niño.
Vértebra dorsal, muy singular por ser asimétrica, de niño; y la costilla, también es de niño.
(1) Torquemada, Segunda parte, libro sexto, pág. 46, col. 1ª—á la Dioſa Chalchihuitlycue, aunque los Tlaxcaltecas le llamaron Matlalcueye; que quiere decir Veſtida, ó Ceñida de vn Faldellin, ó Naguas azules, del color de la flor Matlalin.—En la 2ª columna dice; Llamaron á eſta Diosa, Matlalcueye, que quiere decir, Encamiſada de azul.—En la 3ª columna sigue diciendo: Otros muchos nombres dieron eſtos Indios á eſta Dioſa; pero el de Chalchihuitlycue, era el mas común, y viado, que quiere decir, Nahuas, ó Faldellín de las aguas.
(1) Sahagun, tomo I, cap. XI, pág. 9.—Esta Diosa llamada Chalchihuitlycue, diosa de la agua, pintábanla como á muger &&, y en la pág. 10 siguiendo la descripción dice: Tenía sus orejeras labradas de turquesas de obra mosayca, estaba vestida de un vipil y unas enaguas pintadas de la misma color azul claro, con unas franjas de que colgaban caracolitos mariscos.
(2) Torquemada, segunda parte, libro nono, pág. 182, col I.—Llamabanſe eſtos Capellanes Monauhxiuhcauhque, que quiere decir: Hombres dedicados al aiuno, y aſtinencia de quatro años. Eſtos entraban en el Templo de la manera que nueſtros Sacerdotes entran en treintenario cerrado, á cada vno de los quales, daban vna manta ſola de algodón, delgada, y vn maxtlatl, que ſirve de pañetes, con que ſe cubren las partes verendas.
(2) Torquemada, segunda parte, libro doce, pag. 396, col. 1ª y 2ª—La mujer que acuſaba, ó algún Hombre, de alguna culpa, que con ella hubieſe cometido, pretendieſe cometer, con violencia, y fuerza, no era creida, ni por ſu ſola, y ſimple palabra condenaban al acuſado; pero para conocer de eſta cauſa, havia de haver teſtigos.
Si no havia teſtigos, ni los podía preſentar la querellante, pedíanle ſeñas, eſtas no havian de ſer cualeſquiera (por razón de que el caſo era de muerte) ſino mui conocidas, y averiguadas prendas, eſtas havian de ſer del veſtuario del reo y acuſado aſi como el maxtlatl, que les ſervia de zaragueles, ó calzones &&, ſer real, y verdaderamente del dicho acuſado.
(2) Torquemada, segunda parte, libro catorce, pág. 580, col. 2ª—aſta que la Reina Serairamis inventó el calzón, ó zaraguel, con que algunos, que ſupieron, vſaron de él, y dejaron los paños, con que cubría aquellas partes, que debían de ſer como los Maxtlatl, que eſtos Indios vſaban.
(3) Fray Diego Durán. Historia de las Indias de Nueva España &&, tomo II, pag. 137 (al referirse á los sacrificios que hacían al dios Tlaloc en su gran fiesta) en amaneciendo salían todos estos reyes y señores con toda la demás gente y tomaban un niño de seis ó siete años y metíanlo en vna litera por todas partes cubierto que nadie no le biese y poníanlo en los honbros de los principales y puestos todos en ordenanza yban como en procesión asta el lugar del patio al qual lugar llamaron tetzacualco y llegados allí delante la ymagen del ydolo tlaloc, mataban aquel niño dentro en la litera que nadie no lo bia al son de muchas bocinas y caracoles y flautillas mataban este niño los mismos sacerdotes deste ydolo.
En las págs. 138 y 139 dice: Acauado de poner la comida benían los sacerdotes que auian degollado aquel niño con la sangre en vn lebrillejo y el principal dellos con un ysopo en la mano el qual lo remojaba en aquella sangre ynocente y roceaba al ydolo y a toda ofrenda y toda la comida y si alguna sangre sobraua ybase al ydolo Tlaloc y lauauale la cara con ella y el cuerpo y todos aquellos ydolillos sus compañeros y el suelo y dicen que sí aquella sangre de aquel niño no alcanzaua que matauan otro o otros dos para que se cumpliese la cerimonia y se supliese la falta.
En las págs. 141. y 142 dice: sacauan vna niña de siete ó de ocho años metida en un pauellon, que no la bia nadie tapada en todas partes a la manera que los señores hauian lleuado el niño que diximos al monte. A la mesma manera estos sacerdotes sacauan esta niña en honbros metida en aquel pabellon toda bestida de azul que representaba la laguna grande y todas las demás fuentes y arroyos: puesta vna guirnalda en la caueza de cuero colorado y al remate vna lazada con vna borla azul de plumas la qual niña metian en aquel pabellon en aquel bosque y sentauanla debajo de aquel gran árbol buelta la cara hacia donde el ydolo estaua y luego trayan vn atanbor y sentados todos sin baylar teniendo la niña delante le cantauan muchos y diversos cantares. Turaba este canto hasta que benia nueba que los señores hauian concluido con la ofrenda y sacrificio en el monte y que uajaban a se embarcar. Tenida la notocia tomaban la niña en su pabellón y enbarcauanla en vna canoa y juntamente quitauan el árbol grande tornandole a liar las ramas poniendolo en vna balsa en el agua y sin cesar de tañer y cantar con ynumerables canoas que iban acompañando de mugeres y honbres y niños para ber la fiesta la llevaban al medio de la laguna con toda la priessa possible y llegados a aquel lugar aquellos llaman Pantitlan donde la laguna tiene su sumidero y donde hace vn remolino notable de quando en quando se sume el agua peligrando allí muchas canoas que por descuido e ynadvertencia pasan por encima del llegados pues a aquel lugar los grandes señores por vna parte y los de la ciudad por otra tomaban luego aquel arbol grande tota y hincauanlo en el cieno junto al ojo de agua o sumidero tornandole a desatar las ramas y al acoparse y luego tomaban la niña asi dentro de su pabellón y con vna fisga de matar patos la degollauan y escurrian la sangre en el agua acauada de escurrir la arrojauan en el agua en derecho de aquel sumidero la cual dicen que se la tragaua de suerte que nunca mas parecia.
(4) Torquemada, Segunda parte, libro sexto, pág. 44.