Testamento Religioso de Juan Alsina


Reflexiones de Juan Alsina que dejó por escritas la noche antes de su detención. (18 de Septiembre de 1973)

  • Quisimos poner vino nuevo en odres viejos y nos hemos quedado sin odres y sin vino... de momento.
  • Hemos terminado un camino y hemos abierto un sendero y ahora estamos en las piedras... Seguiremos avanzando los que todavía quedamos. ¿Hasta cuándo? Ojála encontremos árboles para ampararnos de las balas.
  • Ninguno de los que mojaron el pan en las ollas de Egipto verá la tierra prometida sin antes pasar por la experiencia de la muerte" Froom.
  • Ya no hay profetas entre nosotros, solamente el becerro de oro.
  • No falta nada desde hace dos días. Y como no podemos hablar, tragamos saliva. Y añoramos el pan seco, compartido, rebanado entre sonrisas.
  • No habíamos entendido aquello de San Pablo: "Todos seremos probados al fuego". ¡Y cuanta paja se ha quemado!-¿Dónde están ahora los que querían llegar hasta las últimas consecuencias?
  • Estados Unidos nos había permitido jugar un juego tan asqueroso con unos márgenes tan limitados que nosotros mismos nos hemos asquedo. "Santa Democracia, pray for us!"
  • Es muy difícil resignarse a perder - tan fácil predicar la resignación . Porque perder significa dejar de tener y empezar a ser. Y los que más tenían y seguían teniendo eran los que menos era, pero tenían el poder y la fuerza.

¿Y Ahora?

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  • Son muchos los que han sido señalados, purificados. Setenta y dos dicen las "cifras". Cuarenta mil eran en el exodo. Y aquí también. De una y otra parte ¿Qué importa? Es pueblo, tropa. Da lo mismo. "Haremos un país nuevo, libre, independiente". - ¿Otras voces, otros ámbitos? - No, las voces son las mismas, y la dialéctica también.
  • Falta de conexión interna. No saber quién soy, de dónde vengo, ni por qué camino voy. Llegaré a casa. Uno me mira. Otro me puede arrestar. Ganas de esconderse. Depender de una clave, de una voluntad, de una intuición, de una "confesión arrancada". Sudor frío... caliente... ¿Quién está tras el fono? ¿Quién llama a la puerta a esta hora? No saber lo que haré sino lo que me harán. Y lo más doloroso: ¿por qué? Esto es la inseguridad en el miedo. Ahora entiendo a Ramón cuando nos habla de la lucha contra el miedo.
  • Y siguen los disparos. De noche sobre todo. ¿Quién contra quién? Pueblo, pueblo, pueblo. De un lado y de otro. Ellos o están muertos o huyen o están arriba. ¡Estrategias, bandos, declaraciones! Y el pueblo yace dormido o muerto.
  • Es la impotencia. La sangre que hierve. Las palabras que no salen. Y pensar que - palabras y hechos - están condenados al polvo, a la carne y a la sangre trozada y masacrada.
  • ¿Y nuestra Santa Madre...? No se puede improvisar. El equilibrio sólo sirve en tiempo de paz.

Esperanzas

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  • "Si el grano de trigo no muere, nunca da frutos".
  • Es terrible una montaña quemada. Pero es de esperar que de la ceniza húmeda, negra y pegajosa, vuelva a brotar la vida.
  • La vida la descubrimos cada día. A cada minuto. Cada momento descubrimos el valor de los pequeños actos: la sonrisa de la calle triste, la voz amiga - en clave - al teléfono, la preocupación por el caído, la mano que se alarga, la cama que se atreve a bosquejar un chiste.
  • Recuerdo un relato de "Vol de nuit" de Saint Exupéry. Sobrevolaba no sé qué país y sólo a distancia captaba el sentido de la casa solitaria en la montaña, de la luz, las ovejas, el pastor. Para captar el sentido de las cosas pequeña es necesario alejarse, o que nos alejen de ellas.
  • Ahora entiendo aquello de San Pablo : "La caridad no se hincha"

La verdad es clandestina
Porque es el Verbo hecho carne.
"Vamos de acá para allá como ovejas llevadas al matadero".
"En tus manos encomiendo mi espíritu..."

  • No es letratura en momentos de riesgo hay que emplear los símbolos. De otra forma no nos podríamos expresar.
  • Esperamos vuestra solidaridad. ¿Entendéis lo que significa ahora el cuerpo de Cristo? Si nosotros nos hundimos, es algo de vuestra esperanza que se hunde. Si de las cenizas resurgimos de nuevo a la vida, es algo que nace en nosotros.

Adiós. El nos acompañe siempre, donde quiera que estemos.

Juan.