Tú vienes con el alba
Tú vienes con el alba, por eso eres rosada;
tus ojos, que se acuerdan del trópico,
son dos gemelos del ensueño... Mi almita enamorada,
que la ilusión te mime, ¡que te bendiga Dios!
Mi verso fue paloma, paloma querellosa;
mas hoy turba es de abejas que giran en tropel,
buscando tus perfumes, ¿acaso no eres rosa?
libando en tus pistilos, ¿acaso no eres miel?
Un hada, mi madrina risueña y leve, un hada
que tuvo por alcázar el cáliz de una flor,
bendijo nuestras nupcias en fresca madrugada.
Yo me llamé Tristeza, me llamo hoy Alborada;
tú te llamaste Infancia, ¡te llamas hoy Amor!