Surco
Octava XX
Párrafos de la más hiriente punta,
si la menos esbelta, como voces
de emoción, ya se rizan, de la yunta:
verdes sierpes, ya trémulas de roces
y rocíos. La mano que las junta,
afila las tajadas, sí, las hoces,
con el deseo ya, la luz en torno;
y enarca bríos, era, masas, horno.