Sueños (Reina)
Al gran escritor José Fernández Bremón.
Cuando me encuentro solo, y los aromas del oriental dorado pebetero con sus olas azules me rodean, jinete en el bridón del pensamiento vuelo al mundo divino y misterioso de las hadas, los gnomos y los genios, a ese gigante mundo del poeta de fantásticos seres gran imperio. ¡Oh! Cómo me deleitan esos cuadros que en mis profundas abstracciones veo, llenos de luz, de vida y poesía, panoramas brillantes de los sueños... ........................................ ........................................ Esas huríes de excitantes formas en brazos de sultanes y guerreros; esas vírgenes de ojos de esmeralda, de túnica impalpable y níveo seno; esos nobles, al cinto la tizona y la pluma flotante en el chambergo; esas náyades de alas diamantinas, en cuya frente se refleja el cielo; aquellos combatientes que en las sombras cruzan desesperados los aceros; esas diosas de lujo y los placeres, con vestidos de raso y terciopelo, la copa del licor llevando al labio, mientras un trovador les da mil besos; esos palacios de coral y perlas, nidos de las ondinas; ese ejército de sátiros y ninfas bulliciosas; esos corceles de la crin de fuego; aquel lago azulado y transparente, cuyas ondas tranquilas riza el céfiro, y aquel esquife de oro que conduce a dos amantes en coloquio tierno; esos ángeles de ojos de zafiro; esos piratas de iracundo ceño; esos genios de luz, esos espíritus que pueblan los espacios y los cielos... ........................................ Todas esas creaciones del artista cuando cierro los párpados contemplo, y es que, sin duda, el mundo de esos seres, ese gigante mundo, es mi cerebro.