Soy la acción
Sin mí, las concepciones del cerebro humano serían unos cuantos fósforos humedecidos en una cerillera mohosa.
Sin mí, el fuego no habría calentado el hogar de los hombres, ni el vapor habría lanzado sobre dos líneas de acero la rápida locomotora.
Sin mí, la casa del hombre sería el bosque o la caverna.
Sin mí, las estrellas y los soles serían todavía los parches brillantes que Jehová pegó al firmamento para deleite de las pupilas de su pueblo.
Sin mí, Colón hubiera sido un loco; Bernardo Pallissy, un demente; Keplero, Copérnico, Newton, Galileo y Giordano Bruno, embusteros; Fulton, Franklin, Roentgen, Mongolfier, Marconi, Edison y Pasteur, soñadores.
Sin mí, la rebeldía de las conciencias sería una nube de humo encerrada en el hueco de una nuez, y las ansias de libertad, los aleteos inútiles de un águila encadenada y presa.
Sin mí, todas las aspiraciones y los ideales rodarían en la mente de los hombres como hojarasca arremolinada por el cierzo.
El Progreso y la Libertad no pueden ser sin mí.
Soy la Acción.
Práxedis G. Guerrero
Regeneración, N° 3 del 17 de Septiembre de 1910.