Soneto satírico
de Alfonso Verdugo Castilla


 Si en la hebrea hermosura que desdora   
 la memoria de Alfonso, esclarecido   
 de España, el hado infausto vio vertido   
 el encantado cesto de Pandora.   
 

 Si al copiar la beldad que lo enamora,  
 Ulloa, a mis desgracias ofrecido,   
 vio inanimado el bulto apetecido   
 que con celeste ardor se informa ahora.   
 

 Ya, mejor, Prometeo, a su hermosura,   
 da, con fuego apolíneo, ser segundo,  
 en luz, robada no, sino influida   
 

 de numen tal, que a su eficacia pura   
 deben belleza, acierto, aplauso, vida,   
 Raquel la copia, Altamirano el mundo.