Soneto continuo
Ceniza espiritada, vil mixtura, hombre de polvo, y lágrimas formado, por ley divina a muerte condenado: ¿por qué no pones freno a tu locura? Comienza ya a llorar con amargura, lo mucho que a Dios tienes enojado, la mala vida, el tiempo malgastado, si no te quieres ver en apretura. Llamándote está la sepultura, lugar estrecho, do será enterrado deleite, honra, mando y hermosura, y cuanto en esta vida es estimado: El alma es inmortal, y siempre dura, en sola ella emplea tu cuidado.