Soneto-dedicatoria

Odas, epístolas y tragedias
Soneto-dedicatoria

de Marcelino Menéndez y Pelayo



 A ti, de ingenio y luz raudal hirviente,             
 De las helenas Gracias compañera,   
 De mis cantos daré la flor primera:   
 Gane hermosura al adornar tu frente.   
   
 No de otro modo en bosque floreciente   
 Rudo y sin desbastar el leño espera,   
 O el mármol encerrado en la cantera,   
 El sabio impulso de escultor valiente.   
   
 Llega el artista, y la materia rinde;   
 Levántase a forma vencedora   
 Del mármol que el cincel taja y escinde.   
   
 Corra, en la piedra, de la vida el río;   
 Tú serás el cincel, noble Señora,   
 Que labre el mármol del ingenio mío.