Nota: En esta transcripción se ha respetado la ortografía original.

SOLEDAD DEL ALMA. editar

(PARA UN ALBUM.)


ES un desierto erial la vida mía:
No brotan á mis piés pintadas flores,
Y mi laúd envía
No del amor la tierna melodía,
Sinó el son de mis íntimos dolores.

Lució la aurora límpida y radiante
Después de larga noche de aislamiento:
Dentro del pecho amante,

Un misterioso impulso en el instante
Engendró delicioso sentimiento.

Bello fué mi horizonte, bello el mundo
Con la antorcha del día iluminado:
En placeres fecundo,
Presto en torrentes de ilusión me inundo
Y á mi ambición es pobre lo creado.

Como en óptica hermosa, un panorama
Espléndido brillara ante mis ojos:
El corazón se inflama
Del entusiasmo con la viva llama;
Ví á la mujer, y la adoré de hinojos.

Y mi vida, y mi sér y el alma mía
En delirio abrasáronse, dichoso,
Mi loca fantasía
Senda de bienandanza me ofrecía
Y puso amor y celestial reposo.

Mas de súbito ¡oh Dios! en lontananza
Aparecen deformes nubarrones:
La tempestad avanza,

Y marchita la flor de mi esperanza,
Huyeron mis doradas ilusiones!

Hoy... ¡pobre corazón! en mi camino
Es presa ya de fúnebre marasmo:
Huyó el ideal divino,
Y cada nuevo halago del destino,
En mi agudo dolor, es un sarcasmo.

Solo.... solo por siempre, abandonado,
Ay!.... nunca sufras como yo, ni veas
Tu porvenir nublado;
Olvídate del vate desdichado,
Y sé feliz cuando mis versos leas.