Sobre "Tasso en la prisión"
El poeta en el calabozo, mal vestido, mal calzado,
Desgarrando compulsivo bajo su pie un manuscrito,
Mide con una mirada que la demencia inflama
La escalera vertiginosa donde se abisma su alma.
Las risas embriagadoras que colman la prisión
Hacia lo extraño y lo absurdo incitan su razón;
La Duda lo rodea, y el Miedo ridículo,
Horroroso y multiforme, alrededor de él circula.
Genio encerrado en un cuchitril malsano,
Estas muecas, esos gritos, esos espectros de los que el enjambre
Revolotea cual torbellino, amotinado detrás de su oreja,
Este soñador que el horror de su yacija despierta,
¡He aquí tu emblema, Alma de los sueños oscuros,
Que la Realidad ahoga entre sus cuatro muros!