Sin reparar adónde me llevaba
Sin reparar adónde me llevaba ni do parar pudiera, a Amor seguía que por una anchura y fresca vía a un muy ameno valle me guiaba. Un palacio de lejos se mostraba, al cual por acercarme me afligía, cuando sintió improviso el alma mía un lazo que seguir me embarazaba. Acudí a desprenderme y, como el ave que por huir la liga más se enreda, en trampa me miré tan dura y fuerte que por librarme de su cárcel grave la muerte sola que probar me queda, y aun pienso que no baste ni aun la muerte.