OBRA: SILVA CRIOLLA A UN AMIGO - FRANCISCO LAZO MARTI



IV

La riente primavera,
primavera fugaz, del sol amiga;
la que lluvia de flores le prodiga
al monte y la pradera,
también como la hierba al pobre arbusto
la primorosa dádiva recibe,
y de su escasa floración primera
el botón más hermoso
prende sobre el cabello revoltoso
la inocente muchacha sabanera.

¡Oh!, luz primaveral! De tu alegría
el espíritu inundas.
Por ti es más bello y amoroso el día,
tú enciendes su pasión, tú la fecundas.
Tú mueves las canciones voluptuosas
Y los castos arrullos;
tú brindas al pacer lecho de rosas
tú incitas a morir las mariposas
en la dulce embriaguez de los capullos

¡Oh florida estación! Haced que nunca
turbe dolor violento
la paz de mis nacientes alegrías…
Y cuando vuele al fin mi pensamiento,
cuando vuele hacia allá, cuando yo muera,
que sea su compañera

la más brillante aurora de tus días.