Si a decirte verdad voy obligado
Si a decirte verdad voy obligado, don Martín, pues sé bien la de tu pecho y estás de mi amistad tan satisfecho cuanto yo de la tuya confiado, te amonesto que dejes el errado camino por do vas, que a poco trecho, si le sigues, verás el mortal lecho que para el sueño eterno está guardado. No apacientes tu hato en la ribera del pequeño Sebeto, aunque te sea agradable su agua y campo llano; mas huye de su ninfa Galatea, que, aunque es hermosa, es cruda, ingrata y fiera. No es Silvia, no, con su pastor Silvano.