Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1845/Sesión de la Cámara de Senadores, en 10 de setiembre de 1845
CÁMARA DE SENADORES SESION 30.ª EN 10 DE SETIEMBRE DE 1845 PRESIDENCIA DE DON DIEGO JOSÉ BENAVENTE SUMARIO. —Nómina de los asistentes. —Aprobacion del acta precedente. —Cuenta. —Presupuestos de 1846. —Compra de buques. —Acta. —Anexos. CUENTA editarSe da cuenta:
ACUERDOS editarSe acuerda:
ACTA editarsesion de 10 de setiembre de 1845
Asistieron los señores Benavente, Alcalde, Aldunate, Barros, Bello, Cavareda, Egaña, Irarrázaval, Fórmas, Ortúzar, Ossa i Solar. Aprobada el acta de la sesión anterior, se leyó un oficio del Presidente de la República en que anuncia quedar instruido en la eleccion de Presidente i Vice Presidente verificada por esta Cámara, i se mandó archivar. Continuó la discusión particular del presupuesto del Ministro de Hacienda i contrayéndose a la partida 7.ª fué aprobada por unanimidad. Puesta en discusión fa 8.ª, se tomó en consideracion la rebaja del sueldo del ausiliar i guarda de la Aduana del puerto de Constitución propuesta por la Comisión Revisora i no habiendo la Sala admitido la indicación, se aprobó la partida por once votos contra uno. Se leyó el dictámen de la Comision relativo a la partida 9.ª i consultada la Sala sobre la supresion de los 44 pesos que se destinan pata gastos de escritorio de los Tenientes administradores de los puertos de Tomé, Colcura, Lirquen i Penco, fué desechada la indicacion por unanimidad. Se desechó tambien por once votos contra uno la rebaja a trescientos pesos del sueldo del oficial ausiliar de la misma Aduana, quedando convenida la Sala que en las partidas siguientes en que ocurriese semejante observacion, no obstase para su aprobacion reservándose para cuando se discutiese el proyecto de lei iniciado por la Comision relativo a ausiliares. Con esta condicion, quedaron aprobados los dos ítems de que se compone esta partida. Las partidas 10, 11, 12, 13, 14 i 15, fueron aprobadas por unanimidad. En la 16. se tuvo presente el dictámen de la Comision relativo a las dos Factorías del Estanco en las ciudades de Santiago i Valparaiso, i fué tambien aprobada la partida por unanimidad. Las partidas 17 i 18 se aprobaron unánimemente i con respecto a la 19 el señor Presidente hizo indicacion para que se aumentase a 1,200 pesos el sueldo del Comandante del Resguardo de la cordillera de la Serena. El señor ▼Egaña propuso que ínterin el Gobierno presentase un proyecto de lei sobre el particular, se le acudiese con el sueldo de mil pesos con lo que convino la Sala por unanimidad, quedando aprobada la partida con esta variacion. Las partidas 20, 21 i 24 se aprobaron por unanimidad en cuanto a la 22 se leyó el dictámen de la Comision en que pide no se abone al Factor i demas empleados de Santiago i Valparaiso la comision que cobran por la redaccion del catastro, patentes i papel sellado; i despues de algun debate fué desechada la indicacion i aprobada la partida por ocho votos contra cinco. Las partidas aprobadas son del tenor siguiente:
A segunda hora se leyó un oficio de la Cámara de Diputados en que anuncia haber reelejido para Presidente i Vice Presidente a las mismas personas que funcionaban en el mes anterior i se mandó archivar.
▼Artículo primero. Se autoriza al Presidente de la República para contratar la construccion de un vapor de novecientas toneladas; i de dos buques de vela de porte de doscientas cuarenta cada uno. Art. 2.º Se le autoriza tambien para invertir en la construccion de los espresados buques hasta la cantidad de 230,000 pesos. Art. 3.º Se le autoriza asimismo para que pueda enajenar las dos goletas Janequeo i Magallánes." En este estado se levantó la sesion quedando en tabla el presupuesto de Hacienda, el proyecto de lei sobre arreglo del cuerpo de injenieros civiles, el en que se concede gracia a la familia del finado Ministro don Manuel Renjifo i la solicitud de don Pedro Palazuelos i demás segun la indicacion del señor Solar. —Benavente. SESION DEL 10 DE SETIEMBRE DE 1845 [1]
Aprobada el acta de la sesión anterior, se leyó un oficio del Presidente de la República en que anuncia quedar instruido de la eleccion de Presidente i Vice Presidente verificada por esta Cámara i se mandó archivar.
Se puso en discusion la partida 8.ª que se relaciona con los gastos de la aduana del puerto de Constitucion, i se aprobó tambien por unanimidad. Se puso en discusion la partida 9.ª que contiene los gastos de la aduana de Talcahuano, en la que la Comision de Presupuestos ha hecho dos observaciones: una para que se reduzca a trescientos pesos el sueldo del oficial tercero ausiliar i otra para que se quite la partida de cuarenta i cuatro pesos que se pide para gastos de escritorio de los tenientes administradores de los puertos de Colcura, Lirquen i Penco Viejo. El señor ▼Egaña. —La observacion de la Comision sobre este ítem se contrae a dos partidas: la primera es de un oficial ausiliar, que cree debe dotarse con sólo trescientos pesos, por los fundamentos que la Comision ha espuesto ya en otros presupuestos i yo como uno de sus Individuos, he manifestado a la Sala; pues no es lo mismo el sueldo que se percibe en los pueblos cortos que el que se goza en la capital. La otra observacion es sobre que se suprima la partida de gastos de escritorio que señala para unos empleados que parece no existen, pues no vienen enumerados en el Presupuesto. No creo que haya cosa mas justa que ésta porque si no hai tales Tenientes en los puertos de Lirquen, Penco i Colcura, es inútil que se señale esta partida en el Presupuesto. No hai tales empleados; i si los hubiera, vendrían incluidos en él, como vienen todos. Es, pues, mui justo que se supriman los gastos de escritorio señalados a éstos Tenientes. El señor ▼Presidente. —Sobre que el ausiliar tenga vienticinco pesos i nó treinta mensuales, debo esponer que no se ha hallado quien quiera servir por la primera asignacion, i sí por treinta pesos; con lo que no faltan personas que subroguen a los que dejan el destino por otro. La segunda observacion es sobre cuarenta i cuatro pesos señalados para gastos de escritorio de los Tenientes administradores que hai en los puertos de Lirquen, Tomé Colcura i Penco. El señor ▼Egaña. —Permítame señor, interrumpirle para no perder tiempo. En el Presupuesto no consta que hai esos tenientes administradores. El señor ▼Presidente. —Si, señor, los hai, i son precisamente los que tienen que intervenir en el despacho de los buques que arriban. Allí todos los buques van a cargar maderas i otros frutos, i estos tenientes administradores son los que hacen de factores i como a ninguno se ha señalado sueldo, se les abona siquiera esta pequeña suma para gastos de escritorio; porque debiendo despachar lo¡ rejistros, pólizas, etc., cada vez que hai un cargamento no era regular gravarlos hasta con el papel, despues que prestan sus servicios sin interes alguno. Llegan buques a esos puertos, tienen que cargar, i por la intervencion que emplean en esto debe abonarse esta pequeñez para esos gastos indispensables; porque de lo contrario mayor seria el perjuicio que hubiese, pues en tal caso seria necesario nombrar Tenientes de Ministros o administradores con un sueldo correspondiente a estos destinos. En el Tomé entran mas buques al año, i allí hai Teniente administrador rentado; pero en los demás no, i a todos los otros se les dan los cuarenta i cuatro pesos al año para gastos de escritorio; que repartidos entre los cuatro, sólo viene a ser once pesos los que toma cada uno. Yo creo que es indispensable aprobar este gasto tan necesario i tan poca monta. El señor ▼Egaña. —Me parece que dándose ahora por primera vez la esplicacion de lo que son estos funcionarios, no se puede culpar por la observacion hecha porque cosa mas justa que le que propuso la Comision sin tal dato no puede haber. Pero lo que me admira es que sólo ahora se haya venido a hacer tal esplicacion no habiéndose hecho ni por el mismo señor Ministro de Hacienda. Hasta ahora se creia que para estas ocupaciones se nombraba un guarda; mas ya ve que no es así, i no me opongo al gasto de que se trata. Esto es por lo que hace a la partida de cuarenta i cuatro pesos para gastos de escritorio. Por lo que toca al ausiliar lo que puedo decir es que no ha habido quien quiera dejar de servir por veinticinco pesos; lo que verdaderamente no ha habido es quien ofrézcalos veinticinco sino treinta. Esto no me parece justo: ni debe despreciarse la observacion por ser corta la cantidad de que se trata, porque cada vez que se encuentra una cosa inútil, es preciso no dejarla subsistir. Por esto creo justo que se reduzca a trescientos pesos el sueldo de este oficial ausiliar. El señor ▼Presidente. —Es mui sensible que no se hubiese dado esplicaciones a la Comision para haber ahorrado una observacion inútil; pero ello es cierto que entre el número de puertos menores se encuentran los de que tratamos i si los administradores no ganan nada ni ocasionan otro gasto ¿por qué no se les habia de dejar el de cuarenta i cuatro pesos al año, habiendo buques que llegan hasta esos puertos? Su negociacion en ellos deja ventajas al pais; i si es así, por once pesos al año que se pasan a cada funcionario no se deben perder. Por lo que hace al ausiliar, yo no sé si hubiera quien quisiera admitir el destino por trescientos pesos, como se dice; pero ha habido quien lo renuncie, i entónces el Gobierno ha tenido que dar la cantidad de trescientos sesenta i cinco pesos, que es lo que la lei permite. Mis en cuanto a lo primero, repito, pues, que habiendo puertos habilitados para el comercio, es indispensable el gasto que se ha querido suprimir. El señor ▼Egaña. —Si sobre esto no hai disputa; porque la Comision no sabia nada de lo que ahora se dice hai en el particular. Sabia que ocurrian buques a esos puertos, pero creia que un guarda iba a entender en la carga de ellos. Si no es así, sino que hai tenientes administradores, es justo que se abone la partida. El señor ▼Ortúzar. —Desde que se ha manifestado la necesidad, ya no hai inconveniente: la Comision creyó que era inútil este gasto pero ya que el señor Presidente ha hecho ver lo contrario, me parece que todo está allanado i creo que se debe pasar por el gasto. Se aprobó en consecuencia por unanimidad; i tambien por once votos contra uno, el de trescientos sesenta i cinco pesos señalados al oficial ausiliar; con lo que quedó aprobada la partida como aparece en el Presupuesto. Se aprobaron igualmente por unanimidad las partidas 10 que contienen los gastos de la aduana de Santa Rosa, del resguardo del Portillo i el de los Patos; la 11 de gastos de la aduana, tesorería i resguardo de Valdivia. Puesta en discusión la 12 que comprende los gastos de la aduana, tesorería i resguardo de Chiloé, se leyó la observacion de la Comision relativa a un oficial ausiliar i se puso en discusion. El señor ▼Egaña. —El colocar oficiales ausiliares en las provincias con el mismo sueldo que en Santiago, donde choca mas es en Chiloé en cuya Secretaría se acaba de ver en su misma planta de empleos que tienen igual cargo de escribientes, con ménos de trescientos sesenta i cinco pesos al año; porque efectivamente allí los sueldos son cortos, o mas bien, acomodados a lo barato de los artículos de subsistencia. Pero lo que sucede es que hai una lei para que a los ausiliares se les dé trescientos sesenta i cinco pesos en Santiago, i sin considerar que los sueldos de los empleados deben variar en razon a los puntos donde están, se les da lo que se acordó para los puntos donde todo es mas caro. De suerte que muchas plazas de dotacion están varantes i se llama a las personas a quienes se quiere favorecer, en calidad de ausiliares, dándoles los trescientos sesenta i cinco pesos. De este abuso yo no culpo a las autoridades superiores de Santiago sino a las de las provincias, i es preciso remediarlo. El señor ▼Presidente. —Me es sobre manera sensible que en cada ítem del Presuputsto haya que discutirse esta partida de ausiliares i por eso habia indicado al tratar del primer Presupuesto, que se aprobaran estos ítem sin perjuicio del proyecto de lei que ha presentado la Comision sobre los ausiliaies; porque si discutimos este punto con los demas no acabaremos nunca. Yo creo pues que sin perjuicio de ese proyecto de lei, se pueden aprobar todas las partidas de ausiliares como la presente. El señor ▼Ortúzar. —Creo lo mas conveniente el reservar este ausiliar porque, como dice el señor Presidente, de lo contrario se demorará la discusion i despacho de los Presupuestos que es tan urjente. Se aprobó la partida por unanimidad con esa condicion. Aprobóse tambien la partida trece de gastos de la Aduana, Tesorería i Resguardo de la Serena; la catorce de la Aduana i Resguardo del Huasco; la quince de la Aduana i Resguardo de Copiapó; la dieciseis de la factoría jeneral i Resguardo del Estanco; la diecisiete de la factoría del Estanco de Valparaiso; i la dieciocho de la factoría provisoria de Talcahuano. Puesta en discusion la partida diecinueve, que contiene los gastos del Resguardo de la Cordillera en la Serena dijo: El señor ▼Presidente. —En obsequio a la justicia i del mejor servicio debo hacer aquí una indicacion. En el Resguardo de la Cordillera del Norte para evitar el monopolio había allí un comandante cuyo empleo recayó en un sarjento mayor de Ejército. Salió éste i ha quedado el comandante con igual sueldo al de los demas guardas, que es de seiscientos pesos. El actual ha reclamado, i el Gobierno no ha despachado aun. Pero parece una inconsecuencia mui chocante que el comandante del Resguardo tenga el mismo sueldo que los demás empleados subalternos i yo creo que es preciso señalarle por lo ménos mil doscientos pesos. El señor ▼Egaña. —¿Pero no hai un espediente siguiéndose sobre esto? El señor ▼Presidente. —Hace mas de un año a que se ha reclamado i yo he informado sobre este asunto; pero despachados que sean los Presupuestos, ya no se podria nacer nada. El señor ▼Egaña. —Entónces podria acordarse que hasta que se presente por el Gobierno un proyecto de lei sobre el particular, se le señalan mil pesos anuales. La Sala convino en esta indicacion por unanimidad. Se aprobaron tambien por unanimidad la partida 20, que contiene los gastos del Resguardo del Estanco del Huasco Alto i la veintiuna sobre gastos en compra de especies estancadas. Puesta en discusion la veintidos, que señala los gastos de gratificaciones por la venta de especies estancadas, papel sellado, patentes, impresiones i catastro, se leyó el dictámen de la Comision acerca de que no se abonen a los empleados de las factorías de Santiago i Valparaiso dichas Comisiones, que por ahora ascienden a la suma de setenta i un mil cuatrocientos dos pesos cinco reales. El señor ▼Presidente. —Yo haré presente a la Sala el motivo de estas comisiones. En la factoría de especies estancadas, fuera del Factor, conservan los demás empleados las mismas dotaciones que tuvieron cuando el Estanco fué de cuenta particular. El Gobierno creyó despues conveniente asignarles un premio que se reparta entre todos los que trabajan; i éste es el oríjen que tienen las tales Comisiones. Pero es preciso advertir que a estos empleados se les aumentó el trabajo i la responsabilidad de fianza, por cuyo motivo el Gobierno les señaló ese premio que es diferente en muchos casos. El señor ▼Egaña. —La Comision se ha fundado para esta observación, en primer lugar, en principios de justicia, i en segundo, en motivos de conveniencia pública. No se habla de aquel premio que reciben los que sólo tienen por recompensa de su trabajo este emolumento, como son los espendedores. Se habla solamente de aquellos empleados que tienen dotacion fija, i permanente, i que a mas de su dotacion tiran una comision por la venta o recoleccion de patentes, catastro etc. Se habla del mayor trabajo en la oficina, pero es preciso ver que el trabajo que tienen los empleados en la venta de patentes, etc., no es una cosa estraordinaria; es una ocupacion ordinaria, uno de los cargos con que entran a poseer el empleo. La conveniencia pública exije que estos empleados que tienen i deben tener sus rentas permanente, no tengan tales premios. Nuestras leyes patrias quitaron iguales emolumentos de la tesorería jeneral; esta jiraba un tanto por ciento sobre varios ramos i sin embargo se halló por conveniente quitarlos i dejar a los empleados sujetos a sueldo fijo i nada mas. Así es que no se puede concebir por que en esta oficina hai unos emolumentos particulares sobre las ventas de ciertas especies, los cuales ha creído justo la Comision que se estingan. El señor ▼Presidente. —Yo siempre aplaudiré el celo de la Comision, porque aun cuando me parezcan impertinentes sus observaciones, ellas son útiles a veces al Erario público; pero hai ciertos casos en que tengo necesidad de hablar en contra. El Gobierno ha señalado el 4% por el catastro, papel sellado, etc., con concepto a que se diese un 3% para esos espendedores, quedando mui poco o nada para los rentados. Pero la Comision parece que quiere estinguir estos premios, lo que no puede ser de ningun modo. El señor Egaña. —La Comision ha querido, señor, que a los empleados que tienen dotacion fija se quite la gratificacion, i que esa parte entre al Fisco. Los que no tienen tal dotacion es justo que gocen ese premio, porque alguna cosa se les ha de dar; pero nó los empleados rentados de las oficinas. Así es que si éstos tiran un 1% se suprimirá con beneficio del Tesoro público. El señor Presidente. —Yo no sequé parte tiran estos empleados, pero ya ha espuesto el señor Senador bastante el pensamiento de la Comision. En fin se pregunta a la Sala si se aprueba o no la partida tal como está en el Presupuesto. Los señores que estén por la observacion de la Comision, negarán su voto a la partida. Se procedió a votar i fué desechada la observacion i aprobada la partida por ocho votos contra cinco. Se aprobó también la partida 23 de gastos en fletes i arrendamiento de almacenes; i se suspendió la sesion.
▼"Artículo primero. Se autoriza al Presidente de la República para contratar la construccion de un vapor de 900 toneladas, i de dos buques de vela del porte de 240 cada uno." El señor Presidente. —El año anterior fué aprobado este proyecto en jeneral, i por consiguiente se pone ahora en discusion particular. El señor Aldunate. —Si algún señor Senador quiere algunos datos sobre la materia, estoi pronto a darlos, porque los tengo a mano. El señor Egaña. —El Aquiles ¿de cuántas toneladas es? El señor Aldunate. —De quinientas. El señor Presidente. —Sobre esta cuestion tengo un modo de ver particular, que no me atrevo a presentar como indicación, porque creo que un vapor es insuficiente, i no convendria que nuestra fuerza marítima consistiese esclusiva mente en un solo buque, ni serviría por otra parte para formar la educacion de marineros i oficiales, como se propone por fundamento. La segunda parte del artículo diríjida a que se compren dos buques menores construidos en Europa, también me ofrece dificultades, porque de estas construcciones no tengo mucha confianza. La Chile ha costado mucho, un injente caudal; i aunque el individuo que la contrató estaba animado del mejor celo, no tuvo sin embargo todos los conocimientos necesarios. Así es que está en estado de considerarse inútil, i no podria hacer un viaje sin ofrecer justos temores. Si estos buques menores de que habla el artículo, se trabajasen en Chile, para mí seria lo mas conveniente i oportuno, i aunque se dice que no tenemos todos los preparativos necesarios, no creo difícil obtenerlos. Mi opinion es que un buque de vapor no es el mas a propósito para formar lo principal de nuestra marina nacional, i que los buques menores no deben hacerse sino en nuestro pais, para que reporte esa utilidad: tenemos buenas i excelentes maderas; no faltan constructores chilenos, i aunque no los hubiera, se podrian mandar traer. Estas no son mas que indicaciones; pero yo sentiría mucho que el Gobierno mandase hacer tales buques a Europa pudiendo construirse mui bien en Chile. El señor Aldunate. —Es indudable que en el pais se podrian construir buques, pero tambien es cierto que actualmente no se podrian construir buques de guerra buenos, sin estar preparados de antemano los elementos necesarios; porque, dígase lo que se quiera de las maderas recien cortadas del monte no puede salir un buque bueno, i en Europa tienen preparados estos útiles de mucho tiempo atrás como es necesario. Es cierto que no debemos perder de vista este objeto en Chile i que conviene irnos preparando para facilitarlos, pero eso quiere decir que será sólo desde ahora, para que se trabajen buques dentro de ocho o diez años; de otro modo no serian buenos, yo puedo citar un ejemplo: en Chiloé se ha construido un buque de guerra, talvez el mejor que se ha visto en nuestras costas, pero ¿que ha sucedido? que a los dos años se imposibilitó por causa de las maderas. Un caso no puede servir de regla. Es cierto que la fragata Chile ha suftido por sus defectos, pero este mal no se debe temer ahora, porque hai muchos medios para obtener estos buques tan buenos como se desean. Respecto del vapor los planes del Gobierno no son aéreo. S. O. compramos un buque como la fragata Chile o tenemos un vapor como el que se propone. Un buque como aquel costaría 400,000 pesos, un buque como la fragata Chile necesitaría trescientos marineros i se gastarían en él ochenta mil pesos al año miéntras que un vapor demandaría un gasto de treinta i seis mil pesos. Un buque de esta clase no necesita viento para navegar, como el de vela; un buque de vapor puede internar en las bahías i caletas cuando quiera; puede conducir tropas ccn mucha facilidad de un punto a otro; i en fin, por lo que hace a gastos, no hai mas que treinta i seis mil pesos anuales. El vapor no necesita mas que noventa i seis hombres, incluso un injeniero director i dos ayudantes; el vapor no necesita de reparaciones continuas i sobre todo tiene una fuerza cuatro o cinco veces mayor a la fragata Chile que tenemos ahora. En fin, todas las ventajas están a favor de un vapor. Todas las naciones se apresuran a tener marina de vapor: la tiene Méjico, la tiene Venezuela, el Janeiro i otras; i si en esos puntos la tienen, ¿por qué no la hemos de tener nosotros, siéndonos tan útil? El señor Wheelwright, ha hecho presente i manifestado que los vapores son los mas convenientes. A los jefes de las marinas estranjeras, aun a injenieros intelijentes se han pedido informes; i despues de todos estos datos, el Gobierno ha formado este proyecto de lei. La escuela práctica de marina, es verdad que no se haria en el vapor, pero la haríamos en los buques menores de vela. El vapor, por último, no gasta mas que treinta i seis mil pesos al año, como he dicho; sus operaciones no son difíciles, i viniendo las piezas necesarias, no habrá dificultad para mantenerlas en el mejor estado. El Gobierno cree, pues, que un buque de vapor es lo mas conveniente para Chile, i se empeña en que este proyecto tenga la mejor acojida en el el Congreso. El señor ▼Presidente. —Debo diferir a lo espuesto por el señor Ministro de Marina, porque no tengo todos los conocimientos necesarios de la materia. El señor ▼Aldunate. —Yo no soi marino, señor, ni tampoco puedo fiar mucho en mis conocimientos, i diré tambien que si pudiéramos tener un buque de vapor i otros de vela, seria mui bueno; pero no son nuestras circunstancias para tanto. En Inglaterra no se fijan todas las fuerzas en los vapores; pero nosotros no estamos en el caso de imitarlos en esta parte, porque no hai recursos para costear buques de las dos clases. A lo que se contrae aquí el Gobierno es a pedir lo mas necesario. Puede, es verdad, ocurrir un contraste con el vapor, pero esto podria tambien suceder con cualquier buque de vela; las máquinas del vapor tienen su duracion, es cierto, como todas las cosas de la vida, i ya hemos visto una memoria del Príncipe de Joinville en que manifiesta la necesidad de fomentar i preferir la marina a vapor. El señor ▼Presidente. —Con la misma desconfianza que al principio, sigo hablando; pero como he creido que el principal interes de Chile es tener fuerza marítima en un pié que pueda darle la dominacion del Pacífico, dirijo las reflexiones que me ocurren a este objeto. Yo no juzgo que haya para nuestra Escuadra escasez de marineros, porque hemos visto desde años atras muchos diseminados que se van del pais por algunas circunstancias; pero nuestro interes principal es formar marineros, i creo que esto no se consigue en buques de vapor. Mas prescindiré de esta cuestion, porque hai ciertas anomalías que a uno le parece que no se pueden salvar. La marina mercante ha sido la madre de la guerra en otros paises, i en el nuestro no. La marina de guerra entre nosotros (aunque esto parezca aventurado) es la que ha de fomentar la marina mercante, i por eso creia yo que los buques de vela traerían esa ventaja. No quiero entrar en cuestion con el señor Ministro, que habrá traído todos los datos necesarios, de que yo carezco; pero sobre la construccion de los buques menores si que insisto, porque no es un ejemplo sólo el de la fragata Chile, sino que todos los buques que se han construido en el esterior para nosotros han salido malos. Las corbetas Horacio i Curado se construyeron en Norte América, i no duraron arriba de seis años. La España misma mandó construir a la Rusia algunos buques i entre ellos una fragata, la que fué María Isabel i ya se sabe cómo estaba este buque i cual fué su duracion: hai muchos otros ejemplos que se podrían citar. No hai necesidad de esperar ocho o diez años para poder construir buques en Chile; i teniendo todos los medios necesarios ¿por qué no comenzamos a formar esta industria en el país? ¿por qué rehusamos las ventajas que nos ofrece nuestro suelo? ¿por qué hemos de esponernos a que nos suceda lo que nos ha pasado con la Chile? I vuelvo a decir que el comisionado para entender en su construccion estaba animado de un celo en que nadie le podía exceder, pero que por desgracia no tenia todos los conocimientos necesarios. Mas como lo que he tocado no es materia del artículo, sino sólo con el ánimo de que el Gobierno lo tenga presente, el hará lo que le parezca mas conveniente al pais. Yo creo que el artículo debe aprobarse; pero si fuera posible recomendar al Gobierno que los buques menores se construyeran en el pais, seria lo mas conveniente. El señor ▼Aldunate. —Aunque el Gobierno ha pensado hacer construir los buques en el esterior, si por los informes que tomará de nuevo resultase que es mejor trabajarlos en el pais, se hará así; porque se ha propuesto tomar en este asunto el partido que se crea mas conveniente para la República; i digo esto con el fin de que el señor Presidente no crea que el Gobierno ha formado ya una resolución decidida en el particular. El señor ▼Presidente. —¿Ningun otro señor toma la palabra? El señor ▼Ortúzar. —¿I que no es indicacion la que ha hecho el señor Presidente? Porque yo quisiera que se considerase esta cuestión algo mas, pues es un asunto de mucha importancia el que tratamos. Yo pido que se suspenda la votacion por ahora para que haya segunda discu sion, porque no estamos preparados para votar. No sabemos si los buques se pueden construir o no en el pais. En fin hai dudas. El señor ▼Presidente. —Yo no he hecho indicacion formal. Lo que he dicho ha sido, segun el modo de pensar que tengo sobre la materia, i ahora el señor Ministro dice que el Gobierno hará lo que crea mas conveniente.... El señor ▼Aldunate. —Segun la opinion del señor Senador que ha pedido segunda discusion, la gravedad del asunto es si se podrá construir los buques en Chile o no, i esta circunstancia existirá siempie porque creo que el Gobierno no podrá resolver en este punto con fijeza o exactitud. Así es que la segunda discusión no puede hacer otra cosa que retardar esta lei. El señor ▼ Ortúzar. —Mui léjos de mí la idea de que se retarde el despacho de esta lei; quiero que se lleve adelante, pero deseo al mismo tiempo que se tome el temperamento mas conveniente i acertado; i como por otra parte me han hecho fuerza las razones del señor Presidente, quisiera que se pensara mas, para que pudiésemos dar nuestro voto con seguridad. Si pido segunda discusion, es para que procuremos mas conocimiento, mejores datos. Ahora con lo que el señor Presidente ha manifestado, ha dado una luz sobre la materia: yo no sabia que en Chile se podian construir buques de guerra, i si se pueden hacer, opino que no debemos mandar por ellos a Europa. El señor ▼Bello. —Yo creo que la indicacion de que se trata no tiene conexion ninguna con el artículo, porque en él no se dice en el lugar en que deben construirse los buques. Juzgo, por consiguiente, que la Cámara podria admitir el artículo sin perjuicio de la indicacion. Puede leerse el artículo (se leyó). El señor ▼Presidente. —Yo he dicho espresamente que no he hecho indicacion formal. Sin embargo, como la lei no puede pasar ahora, si la Cámara quiere se dejará para segunda discusion; pero yo no hablaré mas sobre la materia. El señor ▼ Ortúzar. —Ya he dicho que mi objeto no es retardar la lei sino tomar todos los datos necesarios para emitir mi voto. Pero si ahora el señor Presidente dice que no hablará mas sobre la materia, por no demorar la lei, me es indiferente que haya o no la segunda discusion que habia pedido. Se procedió a votar i resultó aprobado el artículo por once votos contra cinco. Los dos restantes artículos de esta lei, sin oposicion, fueron aprobados por unanimidad en la forma siguiente: "Art. 2.° Se autoriza tambien para invertir en la construccion de los espresados buques hasta la cantidad de $ 230,000. Art. 3.° Se le autoriza asimismo para que pueda enajenar las dos goletas Janequeo i Magallanes." En seguida se levantó la sesion, quedando en tabla el Presupuesto de Hacienda, el proyecto de lei sobre injenieros civiles, el que concede gracias a la familia del finado Ministro don Manuel Renjifo i la solicitud de don Pedro Palazuelos. ANEXOS editarNúm. 102 editar▼Quedo impuesto por la nota de V. E. número 16, de que esa Cámara, en sesion de 3 del actual, ha tenido a bien reelejir a V. E. para su Presidente i para Vice al señor don José Miguel Solar. Dios guarde a V. E. —Santiago, Setiembre 6 de 1845. —▼Manuel Bulnes. —▼Manuel Montt. —A S. E. el Presidente de la Cámara de Senadores. Núm. 103 editar▼En sesion de 5 del corriente, esta Cámara ha reelejido para Presidente al que suscribe i Vice al señor don Francisco de la Lastra. Dios guarde a V. E. —Santiago, Setiembre 9 de 1845. —▼R. L. Irarrázaval —▼ Ramón Rengifo. —A S. E. el Presidente de la Cámara de Senadores. |
- ↑ Esta sesion ha sido tomada de El Progreso del 26 de Setiembre de 1845, núm. 895. —(Aota del Recopilador).