Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1844/Sesión de la Cámara de Diputados, en 2 de octubre de 1844

Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1844)
Sesión de la Cámara de Diputados, en 2 de octubre de 1844
CÁMARA DE DIPUTADOS
SESION 42.ª EN 2 DE OCTUBRE DE 1844
PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO ANTONIO PINTO


SUMARIO. —Nomina de los asistentes. —Aprobacion del acta precedente. —Cuenta. —Prórroga de las sesiones. —Pension a la viuda de don José Posidio Rojo. —Memoria de Guerra i Marina. —Comisaria de Marina. —Licencia concedida al señor Rosas. —Solicitud de don José Ignacio Sánchez. —Pension a la viuda e hijas de don Juan José Benavente. —Solicitud de don Tadeo Mateluna. —Acta. —Anexos.

CUENTA editar

Se da cuenta:

  1. De un oficio por el cual el Vice-Presidente de la República comunica que ha resuelto prorrogar por veinte dias las sesiones ordinarias. (Anexo núm. 212).
  2. De la Memoria del Ministerio de Guerra i Marina. (Anexo núm. 213).
  3. De una mocion presentada por don Miguel Dávila para conceder una pension a doña Paz Piñero v. de Rojo. (Anexo núm. 214. V. sesion del 16 de Setiembre último).

ACUERDOS editar

Se acuerda:

  1. Continuar en sesiones ordinarias i comunicarlo al Gobierno. (Anexo núm. 215).
  2. Pedir informe a la comision de lejislacion sobre la nueva mocion de don Miguel Dávila. (V. sesion del 11).
  3. Conceder al señor Rosas licencia para ausentarse de Santiago i llamar a su suplente señor Arlegui.
  4. Aprobar el artículo 2.º del proyecto de lei que organiza la Comisaría de Marina (V. sesion del 16 Setiembre).
  5. Aprobar el proyecto de lei que condona una deuda a don José Ignacio Sánchez. (V. sesion del 23 de Agosto).
  6. Aprobar en jeneral el proyecto de lei que concede una pension a la viuda e hijas de don Juan José Benavente. (V. sesiones del 3 de Julio i 14 de Octubre de 1844).
  7. Aprobar el proyecto de lei que permite al capitan retirado don Tadeo Mateluna gozar de su retiro i a la vez del sueldo que le corresponde como portero del Crédito Público. (V. sesiones del 9 de Setiembre i 16 de Octubre de 1844). ===ACTA===

Sesion en 2 de octubre de 1844

Se abrió a las ocho i cuarto de la noche, con asistencia de los señores Arteaga, Barra, Correa don Luis, Covarrúbias, Dávila, Eguigúren, Errázuriz don Ramon, Formas, Gandarillas, García de la Huerta, García Reyes, Gundian, Iñiguez, Lazcano, Lastarria, Lira, López, Montt, Necochea, Palacios, Palazuelos, Palma don Cipriano, Palma don José Gabriel, Pérez, Pinto, Rosas, Seco, Tagle don José Agustin, Tagle don Ramon, Toro don Antonio, Toro don Santiago, Varas, Velásquez i Renjifo.

Aprobada el acta de la sesion anterior, se leyó un oficio del Ejecutivo en que anuncia haber acordado prorrogar las sesiones del Congreso por veinte dias mas, contados desde el 1.° del corriente, i se mandó contestar.

En seguida se leyó una indicacion del señor Dávila, que tiene por objeto modificar el proyecto que presentó a esta Cámara para la concesion de una pension a favor de la viuda de don José Posidio Rojo, cuyo proyecto, habiendo sido ántes aprobado, se desechó por la Cámara de Senadores. Se mandó pasar a la Comision de Lejislacion.

El señor Ministro de la Guerra leyó la Memoria que presenta al Congreso Nacional, por lo relativo a los Departamentos de su cargo.

Concluido esto, pidió el señor Rosas, i le fué concedido, el correspondiente permiso para ausentarse, quedando en su reemplazo el señor Arlegui, como Diputado suplente por Concepcion.

A segunda hora se puso en segunda discusion el art. 2.º del proyecto de arreglo de la Comisaría de Marina, que fué aprobado sin alteracion i es como sigue:

"Art. 2.º Con arreglo al número de buques de que actualmente se compone la escuadra, la dotacion de la Comisaría i sus gastos serán como sigue:

Un Comisario $ 2,800
Un oficial mayor 1,400
Un id. primero 1,000
Un id. segundo 900
Un id. tercero 800
Un id. cuarto 700
Un id. quinto 600
Un id. sesto 500
Un portero ordenanza 150
Para gastos de escritorio 200
Para casa 700

I quedando con esto terminada la discusion del indicado proyecto, se mandó comunicar al Senado su aprobacion.

Inmediatamente se puso en discusion el proyecto acordado por la Cámara de Senadores a consecuencia de la solicitud de don José Ignacio Sánchez, i se aprobó sin alteracion en jeneral i particular, a un mismo tiempo, en la forma siguiente:

"Artículo único. Se hace gracia a don José Ignacio Sánchez de la cantidad que adeuda al Fisco como fiador de don Salvador Puga".

En virtud de lo cual se mandó comunicar.

En seguida se puso en discusion jeneral el proyecto contenido en la mocion del Diputado Secretario, para conceder una pension a la viuda e hijas de don Juan José Benavente, i fué aprobado por mayoría de veinticuatro votos contra diez.

Despues se puso en discusion el proyecto de la Comision de Guerra en la solicitud del capitan don Tadeo Mateluna, i fué a un mismo tiempo aprobado en jeneral i en particular en la forma siguiente:

Artículo único. Se concede por gracia al capitan retirado del estinguido Batallon de Infantes de la Patria, don Tadeo Mateluna, i que pueda gozar a un mismo tiempo la pension de $15 mensuales que le fué asignada en remuneracion de sus servicios, i el sueldo de $25 que disfruta como portero de la oficina del Crédito Público.

Finalmente, se designaron en tabla para la sesion inmediata, los artículos pendientes de la lei de clasificaciones militares, el de dotaciones de Intendentes i Gobernadores departamentales, el de reglamento consular para los ajentes de la República i el de honores a la memoria de don José Miguel Infante, con lo cual se levantó la sesion a las diez i media de la noche. —Pinto. —R. Renjifo.


ANEXOS editar

Núm. 212 editar

Estando al concluir la prórroga de 30 dias de sesiones que con arreglo a la atribucion concedida por la parte 4.ª del artículo 82 de la Carta Constitucional acordó el Gobierno con fecha 29 del mes pasado, i no habiéndose llenado el objeto con que dicha prórroga fué acordada, pues que pende todavía en ámbas Cámaras la resolucion de importantes proyectos sometidos a su deliberacion; en uso de la facultad que me está conferida, he acordado prorrogar nuevamente las sesiones de la Lejislatura por veinte días mas que principiarán a contarse desde el 1.º del próximo mes de Octubre.

Lo comunico a V.E. para conocimiento de la Cámara que preside.

Dios guarde a V.E. —Santiago, Setiembre 28 de 1844. —R.L. Irarrázaval. Manuel Montt. —A S.E. el Presidente de la Cámara de Diputados. ==== Núm. 213 ====

Vengo a cumplir con el deber que la Constitucion me impone de dar cuenta al Congreso del estado de la administracion pública en los ramos anexos al Ministerio de Guerra i Marina que está a mi cargo.

Ejército

Me es grato esponer, desde luego, que el Ejército de la República continúa dando testimonios inequívocos de la moralidad i subordinacion que le han merecido otras veces honrosa recomendacion del Gobierno a la Lejislatura. En la Memoria que tuve ocasion de presentar al Congreso en Agosto del año anterior, hice notar que, de algin tiempo a esta parte, habia prendido en los cuerpos del Ejército un saludable espíritu que los impulsaba gradualmente a varias importantes mejoras. Sea que el personal de los jefes i oficiales ha cambiado casi completamente en los últimos años, i con ellos los hábitos dominantes en anteriores épocas, sea que la marcha progresiva del pais haya tomado en su vuelo a la clase militar, ello es que la instruccion se difunde en los oficiales, hai mas exactitud i contraccion al servicio, las costumbres se depuran i la conciencia de las altas funciones que incumben a la profesion se las mira con satisfaccion.

Este favorable movimiento ha procurado fomentarlo, ya empleando en comisiones honoríficas i dando testimonios de estimacion a los que se distinguen por su buen espíritu, ya espeliendo del servicio a los que incurren en delitos vergonzosos, calificados por los tribunales de justicia. Con este fin ha dispuesto se le pase copia de toda sentencia en que un oficial fuere condenado a la pena de muerte, destitucion o reclusion por mas de seis meses, o a otra cualquiera de igual o mayor gravedad; i ha sido inexorable en llevar a debido efecto aquellas condenaciones en la parte que tiende a purificar de delincuentes la carrera militar.

Como uno de los mas notables efectos de este saludable espíritu debemos contar la pureza que se observa en la administracion de los intereses de los cuerpos. El Gobierno recibe constantemente noticias satisfactorias de las revistas de inspeccion que pasa con frecuencia el Inspector Jeneral, i creo que merced a ellas i a las providencias económicas que se han tomado por el Ministerio i de que di cuenta en mi anterior Memoria, han desaparecido en su mayor parte los abusos que han solido manchar el lustre de la profesion.

Los cuerpos de infantería i caballería han mejorado su instruccion militar i el mecanismo de su réjimen interior.

El Gobierno está satisfecho del estado de brillante disciplina en que algunos de ellos se encuentran.

La artillería ha logrado completar casi del todo su dotacion de oficiales con jóvenes instruidos en los principios científicos que pide aquella arma. Hasta ahora las necesidades urjentes de la guerra habian obligado a echar mano indistintamente de cualquiera que se presentaba a prestar sus servicios en aquel cuerpo, i la falta absoluta de escuelas a propósito para formar oficiales idóneos, habia hecho continuar aquel defectuoso sistema. Al celo del comandante jeneral del arma se debe la ventajosa mudanza que ha ocurrido. Reintegrando las plazas vacantes con jóvenes de aptitudes reconocidas, ba establecido bajo su inmediata direccion en Santiago i bajo la de jefes científicos en otros puntos, academias en que se cursan los ramos que la ordenanza requiere en los oficiales de artillería. Me prometo buenos resultados de esta institucion.

La Academia Militar, destinada a surtir el Ejército de oficiales capaces de llevar a la perfeccion su arreglo, es un objeto de constante i ávida solicitud para el Gobierno. No separa de ella jamas su ojo atento i velador, i tiene la complacencia de ver realizados ya sus mas exajerados deseos. Continúa sin relajarse el réjimen estricto que se estableció desde su fundacion: ántes bien, cada dia adquiete mayor estabilidad i firmeza. La subordinacion, el aseo, la exactitud en el cumplimiento de las distribuciones de la casa, que se dejan conocer a primera vista, son claros indicios del pié en que está la educacion moral; i por lo que respecta a la instruccion teórica, están en actual ejercicio clases suficientes para suministrar a los cadetes no sólo las nociones peculiares a su profesion, sino los conocimientos que convienen a un hombre ilustrado. Los ejercicios jimnásticos que deben introducirse en breve acabarán de poner en planta el sistema adoptado para aquel importante establecimiento.

Algunas dificultades han demorado la planteacion de la escuela de cabos, pero me lisonjeo de que a principios del año entrante quedarán vencidas.

Mas, por satisfactorio que sea el estado del ejército permanente, faltan aun muchas leyes que espedir para lograr su completa organizacion. El Gobierno se ha apresurado a iniciar los trabajos proponiendo al Congreso un proyecto para fijar el número de plazas de oficiales que debe haber en nuestro ejército, proyecto cuya necesidad se hace sentir con imperio i que es de gran conseuencia para el arreglo de las operaciones futuras del Gobierno en este ramo. Hasta ahora el Poder Ejecutivo, ha estado en el uso de conceder grados militares sin tasa, i esta facultad sobre ser perniciosa a los intereses económicos del Erario, es tambien un principio de relajacion en la disciplina militar, pues la posibilidad de obte ner favor, alienta siempre la esperanza i haré bullir la solicitudes en torno del dispensador de las gracias.

De algun tiempo a esta parte, el Gobierno se ha mantenido firme contra semejantes solicitudes, observando i haciendo observar rigurosamente en los ascensos el órden de escala: pero no es posible confiar este punto a la arbitraria voluntad del que esté a cargo del poder, ni es justo tampoco que la lei deje abandonado al gobernante a los embates reiterados del interes personal sin prestarle su rebusto apoyo. El Gobierno, pues, no ha trepidado en cercenar; por medio de aquel proyecto las facultades de que está en posesión i se lisonjea de que persuadido el Congreso de los sentimientos que lo animan a este respecto, se dignará prestarle cuanto ántes su aprobacion.

El efecto natural del proyecto mencionado es el de hacer mas tardíos los ascensos, porque ninguno podrá subir a un grado superior sino está vacante por fallecimiento o separacion del que lo ocupaba. De aquí la precision en que se ha visto el Gobierno de acompañar a aquella pieza, otra para aumentar los sueldos militares. Si esta medida no se calificaba por algunos de urjentes (aunque siempre ha debido parecer justa) pasaba a serlo desde que cerrándose la puerta a los rápidos ascensos, se iba a prolongar considerablemente la triste condicion del oficial en los primeros escalones de su carrera. El Gobierno ha tenido i con razon, que si la profesion de las armas no puede ofrecer entre nosotros siquiera la decente manutencion del individuo que la sigue, quedaria relegada a jente poco a propósito para conservar el sagrado depósito del órden i de la seguridad pública. Los intereses bien entendidos del Estado, no consisten en ahorrar algunas sumas de mediano valor sino en proporcionarse buenos servidores, que, por mas que se diga, no se obtienen en épocas de paz como la presente, cuando la voz del patriotismo no tiene para qué hacerse oir, sino por medio de la competente remuneracion de los servicios.

Por otra parte, la estrema exigüidad del pié que se haga actualmente al soldado, orijina mui graves inconvenientes en la milicia, las frecuentes deserciones, cáncer que mina incesantemente los cuerpos del ejército i que suele llegar a su término espantoso, son su primera consecuencia, tambien la dificultad de los enganches, i lo que es peor, las privaciones sin cuenta que hace sufrir por largo número de años a los mismos que consagrados al público en una ocupacion bajo todos aspectos penosa, tienen un derecho sagrado a ser socorridos, sino con largueza, al ménos con prudente liberalidad.

Una de las Cámaras Lejislativas se ha ocupado ya de este proyecto i le ha prestado su aprobacion.

Obtenida, como lo espero la de la otra, el Gobierno podiá exijir la uniformidad del vestuario, que hoi es difícil de guardar por la escasez de los ausilios con que cuentan los oficiales subalternos, el constante aseo de la tropa reducida actualmente a pocas i malas prendas, i sobretodo, habrá estímulo para llamar i retener en el servicio a jentes honradas cuya moralidad i fe inspiren la debida confianza.

En los planes del Gobierno al proponer el aumento de sueldos militares, entraba la idea de destinar una parte del aumento concedido a la tropa a la Caja de Ahorros con el doble fin de proporcionar a las viudas de los soldados que no gozan del beneficio del monte, algun socorro en su desamparo i de echar por decirlo así, una áncora mas al soldado mismo que asegurase su permanencia en el servicio durante el tiempo del enganche, mediante la pena que se le impondría de perder su fondo de ahorros por la desercion.

Ademas, este fondo podria valer a los que por cualquier motivo lejítimo dejaran el servicio, como un capital disponible para establecer un jiro o bien a ausilio en su invalidez o enfermedades. La Cámara de Diputados no ha acojido esta idea, peto a juicio del Gobierno promete tan señalados beneficios al soldado i tantas ventajas al servicio, que se propone insistir en ella i volverla a someter a la discreta consideracion de aquella Cámara, acompañándola de los datos e ilustraciones que ha podido echar de ménos en la discusion pasada i que contribuyan a que forme cabal concepto de su utilidad i de la posibilidad de llevarla a ejecucion, sin gravámen de las oficinas fiscales.

Los dos proyectos de que acabo de hacer mencion satisfacen desde las mas notables exijencias del ejército; otras quedan aunque en parte requieren sólo la accion del Gobierno en parte la de la Lejislatura i a las cuales se propone el Presidente de la República contraer su atencion en el año legal que comienza.

Miéntras tanto en los estrechos límites a que están circunscritas sus facultades, ha podido dictar algunas providencias en favor del bienestar del soldado. El vestuario que se ha dado últimamente es de mejor calidad que el de costumbre; se ha proporcionado a cada individuo de tropa un colchon de que hasta ahora habia carecido; i se han abierto escuelas de enseñanza mutua en los cuerpos que guarnecen la capital.

El Gobierno ha prestado en este último año séria atencion a un asunto que cree de sumo interés, el sistema de defensa para las costas de la República i fronteras de los indios bárbaros.

La sola esposicion del pais cerrado con inespugnables bañeras naturales por todos sus costados, pero abierto enteramente i espuesto a los ataques esteriores por la parte del Océano, debió haber excitado desde el principio los cuidados de los poderes constitucionales. Nada sin embargo, mas desatendido. Las antiguas fortificaciones han venido por tierra en su mayor parte i las que se conservan aun están casi enteramente desarmadas.

Los puertos habilitados de nuevo al comercio, permanecen de todo punto desguarnecidos; de manera que no en toda nuestra estensa i vulnerable costa un sólo punto que pueda llamarse fuerte, pero que ni tenga siquiera los elementos indispensables para su defensa. No teme el Gobierno de próximo ningun trance que pueda comprometer la seguridad de la República, porque el caso de guerra parece estar felizmente mui remoto de nuestra política i del estado de nuestras relaciones internacionales.

Pero las obras de que trato no son de aquellas que se reservan para emprenderse bajo el fuego de los enemigos. Son hijas de la prudencia que aconseja prepararse en las paz para estar apercibidos en la guerra; i seguramente que si hai pueblos para quienes esta razon de prudencia es poderosa, son aquellos que, como el nuestro, no cuentan en su propio seno con elementos bastantes para improvisar una defensa.

Todo lo debemos traer del estranjero: las armas, los pertrechos, la ciencia que enseña a disponer de nuestras mismas fuerzas naturales. ¡Cuan imprudente no seria, pues, esperar la hora del combate para mandar a paises estranjeros en busca de aquellos elementos! ¡Cuan criminal la imprudencia del Gobierno que, encargado de velar en la seguridad de la República, echase en olvido el primero de sus deberes i dejase inermes a discrecion del enemigo las poblaciones litorales! I por otra parte ¿tenemos acaso tanta razon para vivir confiados en la prolongacion de la paz que nos echemos con una estúpida seguridad en el porvenir siempre incierto i proceloso?

No ha habido una sola de las Repúblicas Americanas, que en los breves dias de su existencia no haya tenido que recurrir a las armas en defensa de su territorio amenazado. ¿Chile mismo no ha sido visitado pocos años ha, por una escuadra enemiga que recorrió sus puertos e intentó desembarcos, que si bien fueron rechazados por el noble denuedo de las tropas cívicas, pudieron costar muchas vidas jenerosamente espuestas sin reparo al frente de las naves bloqueadoras? La mera posibilidad de un desacuerdo con las naciones con que estamos en contacto, basta para exitar nuestros temores i hacernos precavidos.

Aun cuando nada de esto ocurriera, i lográsemos conservarnos en perpetua paz con las naciones de la tierra, habria siempre necesidad de construir fortalezas en los puertos habilitados para el comercio, a fin de hacer respetar las autoridades territoriales i observar leyes fiscales mas de una vez violadas impunemente.

Los buques surtos en nuestros puertos no tienen actualmente respeto alguno que les imponga; pueden dar la vela sin cumplir con las formalidades que les están prescritas i salvar sus responsabilidades con la fuga, libres del temor de ser detenidos.

La única garantía que las leyes i autoridades nacionales tienen en el dia para ser respetadas, es el propio interes mercantil que de ello resulta a los buques que abordan a los puertos, miéntras el curso de sus espediciones les obliga a volver a colocarse al influjo de las mismas autoridades i leyes: triste condicion, por cierto, para una nacion civilizada!

El Gabierno no ha podido volver los ojos para no ver este órden de cosas; ni debe tampoco ocultarlo al Congreso, porque ha llegado el tiempo en que los recursos del erario permiten atender a tan importante ramo i remediar los males que en él se esperimentan.

A fin de ilustrar su juicio ha consultado a los oficiales de capacidad i la memoria presentada por uno de ellos, que acompaño a esta esposicion, ha dejado satisfechos sus deseos: la recomiendo a la consideracion de las Cámaras. Ella ofrece todos los datos necesarios para resolver con acierto i sujiere mui claras i luminosas noticias. A la facilidad i sencillez del plan de fortificaciones que propone, añade la ventaja de la economía en los gastos de ejecucion, pues que la suma de $15,000 invertida durante un corto número de años es casi indiferente en el estado próspero de las rentas públicas.

Para adquirir la artillería que debe guarnecer las nuevas fortificaciones, hai el espediente, allí mismo insinuado, de venta de los cañones de bronce que tenemos en abandono, i comprar con su producto otros de fierro que siendo igualmente a propósito para el servicio en cuanto al material, reuna las ventajas introducidas por la ciencia moderna en objetos de esta clase, i sean ademas calculados para las nuevas fortificaciones.

Mui luego presentaré al Congreso un proyecto de lei a fin de que se autorice al Presidente de la la República para llevar a efecto estos pensamientos.

Con el último año legal, el Gobierno ha verificado la empresa de remitir una colonia al Estrecho de Magellánes con el mui interesante objeto de probar la posibilidad de establecer por aquella parte una vía de navegacion entre los dos Océanos, mas breve i segura que la que se practica al traves del Cabo.

Al Ministro del Interior toca esponer las miras que el Gobierno se ha propuesto con semejante establecimiento i desarrollar el cuadro de halagüeñas esperanzas que desde luego promete realizar para tiempos no mui lejanos. Yo debo contraerme sólo a la parte militar de la empresa, que ha jirado por el Departamento de mi cargo. Me es grato decir a este propósito, que los oficiales i tropa empleados en esta aventurera espedicion, se han conducido con mucho valor e intelijencia.

Despues de una navegacion penosísima i arriesgada por las costas autrales de la República, en donde tuvieron no pocas desgracias i contratiempos que arrostrar, su constancia allanó las dificultades, i el pabellon nacional se enarboló en las desiertas ensenadas del Estrecho.

La colonia se ha establecido en el puerto de San Felipe al abrigo de un fuerte suficientemente guarnecido i capaz de resistir los ataques indígenas; se le ha provisto de cuanto artículo puede necesitar una nueva poblacion naciente, así para el sustento i abrigo de los pobladores, como para la construccion de edificios, cultivo de la tierra, crianza de ganados i otras operaciones industriales.

Tambien se ha hecho conducir allí un intérprete para facilitar la comunicacion con los buques estranjeros, un médico con su correspondiente botiquin i un celoso capellan que se empleará en ganar para la fe i la civilizacion las tribus salvajes de las cercanías.

Nuestros buques de guerra menores deben encargarse de mantener las comunicaciones con la colonia, i uno de ellos especialmente debe estacionarse en el puerto de San Felipe para prestar a los colonos los ausilios que puedan necesitar i pata hacer reconocimientos i levantar planos de la costa. El Gobierno, en fin, no ha perdonado medio de obtener un resultado favorable en la empresa.

En los poco meses que la colonia cuenta, ha tenido ocasion de prestar ausilios oportunos a los navegantes que cruzan por aquellos remotos mares.

Víveres, embarcaciones i tropa para defender los efectos náufragos de la rapacidad de los salvajes, se han proporcionado a buques de diferentes naciones i se han dado instrucciones mui especiales al Gobernador acerca de la hospitalidad cordial i franca que debe conceder siempre a los estranjeros que arriben al establecimiento.

Hablándose de la colonizacion del Estrecho, es de justicia hacer un alto elojio del hábil i celoso Intendente de la provincia de Chiloé sobre quien el Gobierno ha hecho recaer con entera confianza todo el peso de los trabajos que ha requerido la empresa.

Guardia cívica

En cuanto a la guardia cívica, una de las mas bellas intituciones de los tiempos modernos que hemos podido alimentar, i sobre la que el Congreso así como el Gobierno echa sin duda miradas de interes, debo decir en gran parte lo que poco ha espuse hablando del ejército permanente. Ella continúa prestando sus servicios con regularidad i celo que le han granjeado tan justos títulos a la gratitud nacional, así en la guarnicion de las poblaciones i seguridad de los campos, como en las custodias de las cárceles i los demas asuntos de diversos jéneros en que se invoca con frecuencia su ausilio.

Su disciplina se conserva en el pié de lucimiento que tiene acreditado en varios lances de guerra; la administracion de sus fondos, desarreglada en algunos hogares, se somete a frecuentes revistas de inspeccion i van desapareciendo gradualmente las exacciones i gabelas con que se acostumbraba, no muchos años ha, reagravar la pension impuesta por la lei a los que sirven en aquella gratuita ocupacion.

A mas de la brigada de artillería, dos batallones de infantería i cincuenta i seis escuadrones de caballería mandados formar durante el período que di cuenta en mi anterior Memoria, se ha decretado la organizacion de una compañía de artillería en la frontera del sur, dos batallones de infantería i un escuadron de caballería en la provincia de Chiloé, i en las de Coquimbo, Talca, Maule i Concepcion once Rejimientos de caballería que componen entre todos treinta i nueve escuadrones.

Segun los últimos estados que el Gobierno ha recibido, la guardia cívica consta en el día de 926 hombres de artillería, 24,171 de infantería i 23,141 de caballería que forman un total de 48,238 hombres.

La República tiene en ella la matriz de un gran ejército, muchos i mui preparados elementos para una defensa jeneral i vigorosa, i un principio de poder militar que contribuye no poco a darle seguridad i prestijio.

Tan importante institucion, sin embargo, se resiente del desarreglo en que yacen otros muchos ramos de la administracion, no porque en ello tengan culpa los jefes i demas individuos llamados al servicio, los cuales están por lo comun animados de todo el celo que se podria esperar, ni tampoco por desatencion del Gobierno que, cercado de urjentes i perentorias atenciones, no puede poner el hombro como quisiera a la trascendental empresa de reformar la guardia cívica, sino por causas anteriores que obran desde la primera época de su creacion en Chile. En efecto, esa inmensa masa de batallones i escuadrones ha sido organizada sin tener a la vista un plan, sin un propósito claro i conocido, sin comprenderse talvez el espíritu de la institucion.

Decretos parciales dictados en diferentes tiempos i por diversos mandatarios, que no estaban seguramente de acuerdo con sus principios políticos, es todo lo que hai en materia de guardia cívica, i bien debe conocer el Congreso que con este sistema no se puede llegar a resultados satisfactorios. De aquí es que en la guardia cívica todo es eventual i arbitrario: la creacion de los cuerpos no tiene por base fija la poblacion sino que depende de la voluntad del Gobierno que los establece en este o aquel lugar a medida que se ofrece la oportunidad de decretarlo; tampoco está determinado el número de plazas de que debe constar cada cuerpo, ni hai regla para llamar a los ciudadanos al servicio ni término señalado para exonerarlos de esta penosa obligacion. Los batallones se surten de soldados por reclutas tomados al azar, de que el jefe respectivo entresaca los individuos que tiene a bien, remitiendo los unos en franquía i destinando los otros al servicio.

Fácil es alcanzar que semejante órden de cosas abre ancho campo a exacciones indebidas i a otros muchos abusos de que los ajentes subalternos sacan cuantioso provecho, sin que los jefes bien intencionados ni el Gobierno, por mas empeño que pongan en estirparlos, puedan arribar a mejoras notables miéntras subsista ese vicio intrínseco en la organizacion de la guardia cívica que les presta ocasion i abrigo.

No ménos digno de reforma es el sistema de subsidios o mas bien el completo desórden que se nota en punto a los ausilios con que el Gobierno contribuye a los diferentes cuerpos de la guardia. El sólo departamento de Santiago consume mayores sumas que las provincias de Atacama, Coquimbo, Aconcagua i Colchagua, cuya estension comprende casi la mitad de la República; i la remota i vulnerable provincia de Chiloé con doce batallones de infantería i varios cuerpos de diversas armas, no alcanza a percibir lo que se pasa al mero departamento de Melipilla, cuyas fuerzas son infinitamente menores i cuya posicion no puede considerarse bajo ningun aspecto como militar.

Vacío no ménos notable que los mencionados es el de una ordenanza peculiar de la milicia en que se consulten las circunstancias en gran manera diversas que la distinguen del ejército permanente. Del soldado cívico no puede racionalmente exijirse ni el conocimiento de los deberes militares, ni la pericia en darles su cabal cumplimiento, ni la ciega subordinacion i obediencia del veterano; por consiguiente no debe estar sometido a la estricta responsabilidad ni al rigor de las leyes que ligan a aquel. Ademas la diversidad de condicion social entre uno i otro hace inadaptables para el cívico muchos de los castigos que la ordenanza del ejército señala a ciertos delitos, verbi giacia, el de flajelacion que se aplica a los desertores; i contribuye tambien a establecer gran desproporcion en cuanto al mal que producen en unos i en otros aquellas especies de penas que se pueden adoptar indistintamente para ámbos.

El arresto, por ejemplo, es para el veterano un mero castigo personal, mas al cívico infiere un grave perjuicio en sus intereses pecuniarios. Parece pues indispensable establecer una nueva clasificacion de delitos, i distinta escala de penas para la guardia cívica, i modificar en proporcion una buena parte de la ordenanza del ejército.

En el dia un mismo Código rije a todos; pero el menor de los inconvenientes que resultan es el desmedro en que va cayendo la ordenanza a causa de su propia incompatibilidad.

En el actual estado de la guardia cívica, juzgo que las medidas parciales que la Lejislatura o el Gobierno tomase, serian mui insuficientes para alcanzar ventajas capaces de lisonjear a los amantes de las instituciones. Es indispensable pensar en un arreglo fundamental, trazar el diseño segun el cual debe levantarse la vasta obra cuya irregularidad presente lamentamos; porque miéntras subsistan los vicios radicales que he mencionado, toda providencia será viciosa i precaria como lo es la base sobre que ha de descanzar.

Sin duda que la empresa de organizar la guardia cívica envuelve cuestiones de alto interes social, porque la milicia es i será en lo venidero un cuerpo mui influyente en nuestra suerte política i conviene saber en qué manos habrá de depositarse los resortes que la mueven. Pero esta misma importancia obliga a acometerla cuanto ántes, i al efecto, el Gobierno ha propuesto en dos de los proyectos sometidos a las Cámaras por el Ministerio de mi cargo, algunas providencias preparatorias de no poca utilidad: tales son la creacion de una Inspeccion Jeneral de guardia cívica i la regularizacion del cuerpo de asamblea que ha de encargarse de su instruccion. La Inspeccion Jeneral es requerida por el cúmulo de atenciones que demanda la milicia de un carácter diverso a las del ejéicito permanente; no ménos que por la conveniencia de tener una autoridad especialmente consagrada a ayudar al Gobierno en sus trabajos de organizacion en este ramo: el cuerpo de asamblea existe actualmente de hecho, aunque sin reglas ni bases fijas, i el Gobierno dándole un carácter legal, se ha propuesto establecerlo de una manera que pueda producir resultados ventajosos a la instruccion i disciplina de los cuerpos. Si el Congreso les prestase su alta aprobacion, tendría yo la satisfaccion de someterle en seguida un proyecto sobre los mas importantes capítulos que he recorrido en esta parte de mi esposicion.

En todo lo que toca a la guardia cívica, creo que se puede proceder en la intelijencia de que reina en ella la mas favorable disposicion para rendir el homenaje de respeto i de obedecimiento a las delibeiaciones que emanan de las autoridades constituidas. Los defectos que he mencionado dependen sólo de la falta de reglamentos orgánicos i de medidas protectoras de los ciudadanos que son llamados a servir en ella. El pueblo acoje siempre con beneplácito todo cuanto pueda favorecerlo, i si tras el brillo con que luce a sus ojos, no descubre los vicios que afectan su existencia actual, i lo que resta que hacer para convertirla en un verdadero garante del órden i de las libertades públicas, siempre agradecerá los desvelos del Congreso por llevar tal útil institucion a la perfeccion de que es susceptible.
Marina

En el año próximo pasado el Congreso creó al lado del Intendente de Valparaiso, Comandante Jeneral de Marina, una oficina separada con el objeto de atender esclusivamente a la direccion de aquel importante ramo. Mui poderosas eran las razones que abogaban en favor de esa medida, i mui interesantes las resultados que debian esperarse de ella.

La oficina se estableció, pues, sin demora, i no bien comenzó a tomar en cuenta los elementos que estaba llamada a manejar, cuando se apercibió del espantoso vacío en que se le habia colocado. El informe que sobre el estado actual del departamento pasó al Gobierno i que acompaño a esta esposicion, es un cuadro exacto i acabado en que el Congreso verá con dolor el fruto de la inesperiencia i de la imprevision con que se ha procedido hasta ahora en cuanto toca a la marina.

El Gobierno se habia afanado en años anteriores en recojer de aquí i de allí datos siempre inexactos i truncos sobre este ramo, i por ellos habia llegado a conocer, aunque imperfectamente, el lamentable desconocimiento en que estaban nuestras fuerzas navales, i lo que es peor el abandono en que yacian dejadas de la mano vivificadora de las autoridades supremas. Merced a la Secretaría de Marina este indiscreto abandono ha tenido su término i una nueva éra parece abrirse mas favorable a aquel poderoso elemento de nuestra prosperidad.

Graves revelaciones hace en su Memoria el Comandante Jeneral de Marina acerca de los vicios que afectan el embrion todavía informe de nuestra pequeña escuadra. Los buques que existen, adquiridos bajo el influjo de circunstancias apremiantes, sin tener en vista mas que la urjencia del momento, no son a propósitos para las atenciones ordinarias del servicio. Uno de ellos, la fragata Chile, consume injentes sumas cada vez que se hace salir al mar, absorbe multitud de brazos mui difíciles de encontrar en nuestros puertos, i pone a prueba nuestros recursos marítimos para desempeñar una comision que un vapor efectuaría con infinita mas economía i presteza.

Las goletas que se emplean en ejercicios de menor importancia, no son de construccion de guerra, no tienen artillería de alcance, única que les conviene llevar, ni podrían desempeñarse con ventaja en caso de combate.

El personal de la Marina corresponde a los elementos materiales: tenemos muchos oficiales cuya alta graduacion les inhabilita para mandar las pequeñas naves de que debe constar la escuadra, i pocos subalternos que son los mas adecuados ajentes de que debemos echar mano.

La marinería, estremadamente reducida en número, no basta para dotar los buques i cualquiera ocurrencia imprevista que nos empeñase en una funcion de guerra, nos encontraría sin medios de poner en movimiento las naves. No hai ordenanza ni regla alguna a que poder estarse en asuntos de marina, porque las leyes españolas dictadas para organizar una gran escuadra, establecen un complicado mecanismo que no puede tener aplicacion entre nosotros, i los decretos del Gobierno nacional a veces inconexos, a veces contradictorios, siempre incompleto sí parciales, no han podido crear el órden i la regularidad. El Comandante Jeneral de Marina dice con fundamento que no existe el departamento de que su título parece hacerlo jefe; sus atribuciones no están detalladas, la esfera en que debe obrar es incierta, no se han deslindado sus relaciones con las capitanías de puertos que obran ad libitum independiente de toda otra autoridad ni con la escuadra ni las oficinas de hacienda del ramo. En tal estado de desórden ¿cómo ha de ser estraño que injentes sumas se hayan consumido en la Marina para desaparecer sin dejar vestijio de su inversion? Llenar estos inmensos vacíos, organizar desde sus fundamentos la escuadra, poner sobre un plan bien concebido todo lo que concierne al departamento, he aquí la tarea que el Gobierno se ha impuesto i para lo cual cuenta con el ausiliar indispensable de la oficina de marina.

Pero semejante obra no puede llevarse a cabo sino con el trascurso de los años i por trabajos sucesivos. Por ahora el Gobierno se propone solamente llamar la atencion de la Lejislatura a una providencia que es la base i fundamento de las otras. Ha sido práctica establecida hasta aquí que los buques de guerra del Estado se compren entre los primeros que se ofrecen en venta cuando un acontecimiento político o las urjencias del servicio obligan a formar escuadra; i que pasada la crisis, la tripulacion se licencie, los buques se desarmen o vendan, la oficialidad quede en tierra sin ocupacion i sin esperanza, i vuelva a colocarse la República en la nulidad marítima de que habia salido a fuerza de dinero i de constancia; es decir, que nuestra escuadra ha sido siempre eventual, siempre precaria i transitoria.

Yo no acertaré a significar debidamente cuán absurda es en política, cuán fatal a los intereses económicos semejante sistema, en cuyo favor se han querido alegar no sé qué razones de una mezquina i ciega economía. El Estado, que en circunstancias de apuro se propone crear una escuadra, no desembolsa propiamente el valor de las especies que necesita, sino que paga a caro precio su imprudencia i su imprevision. Los especuladores se aprovechan de la coyuntura favorable que se les brinda para hacer fortuna; ellos ponen la lei al Gobierno estólido que se echa en sus manos implorando los ausilios de que carece para salvar los intereses del pais que le está confiado.

No hai que buscar en semejantes circunstan cias ni la calidad ni la duracion de los buques, ni la moderacion en los gastos de avío, ni el arreglo de los consumos, ni la sistemada contabilidad que asegura la inversion lejítima de los subsidios. Como todo arreglo es obra de la práctica, sin la cual los mas bien combinados reglamentos no son nada mas que disposiciones escritas, la escuadra improvisada consume i dilapida lo que podria bastar para mantener dobles fuerzas que estuviesen morijeradas bajo un sistema cualquiera. I cuando terminada la crisis se da la órden de desarme, uno sólo de los elementos adquiridos se salva del total naufrajio.

Los estados adjuntos a la Memoria del Comandante Jeneral de Marina dan testimonio de esta verdad: sobre $1.200 000 se invirtieron en la escuadra durante los ocho años corridos de 1836 a 1843, muchos artículos navales, pertrechos i útiles de todo jénero se adquirieron en aquel período todo fué, sin embargo, consumido; de manera que los almacenes del Estado no han podido recojer cosa alguna; un solo buque siquiera hemos conservado en la numerosa escuadra que ostenta la República en 1838; i de todo aquel aparato de fuerza que se desplegó en un momento, como para hacer alarde del vigor del patriotismo, nos queda apénas el recuerdo de un tiempo.

Pero si consideramos la cuestion bajo el aspecto que debe considerarla un Gobierno, esto es, como una cuestion que afecta a los intereses políticos del pais infinitamente superiores a los económicos, habrá mayores i mas poderosos argumentos contra el sistema de eventualidad a que he aludido. Salta a la vista la consideracion de estar el Gobierno obligado a confiar sus buques a estranjeros llamados al acaso, que no tienen lazo alguno de union con la República ni otros intereses que los de sus personas. Cuando hai una causa en que la humanidad entera toma parte, es de esperarse que acudan de diferentes puntos almas nobles en cuyo esfuerzo pueda descansar la confianza de la autoridad suprema; pero si no tenemos razon alguna para creer que las contiendas en que la República se vea en lo sucesivo empeñada, tengan aquel alto carácter, es fuerza convenir en que no estarán seguros los intereses de la nacion miéntras no sean sostenidos por sus propios hijos. ¿I qué resultado podrá jamas esperarse de una escuadra compuesta de jentes enganchadas en una hora de conflicto, que no tienen hábitos de subordinacion ni disciplina ni pericia militar? Imprudente i ciego seria aquel que librase a esa obra abortiva la suerte de una nacion. El triunfo en combate, el mero cumplimiento de las órdenes que se comuniquen a un buque, depende esencialmente de la disciplina que en él se guarde, i sin ella una nave no es mas que el receptáculo de un enjambre de aventureros que debe perecer en el primer lance que se ofrezca.

A juicio del Gobierno, el actual órden de cosas no puede subsistir un solo dia. O se cria un pié de escuadra permanente i fijo, o nos resolvemos desde luego a no tener ninguna; porque es un engaño creer que los buques que existen actualmente o que se pudieran armar en la forma que se ha hecho hasta aquí, sirvan a algun fin interesante i útil, o sean dignos de que se les confie la defensa del pabellon. Pero el Congreso no puede trepidar entre aquellos dos estremos, porque para Chile la escuadra es su porvenir; a ella está vinculada la proteccion de las personas i de los intereses chilenos en el estranjero, la defensa de nuestras costas, el cumplimiento de las ordenanzas fiscales, la accion espedita del Gobierno en todo el litoral de la República. La marina está llamada a ocupar el primer rango entre las clases servidoras de la causa pública, i a ser uno de los mas eficaces promotores de la prosperidad nacional; porque no hai comercio ni proteccion real i efectiva sin escuadra. El Congreso está, sin duda, íntimamente persuadido de esta verdad, i no falta sino determinar el modo como ha de existir esta escuadra. Cabalmente es esta la cuestion que el Comandante Jeneral de Marina ha ilustrado con las mas claras i palpables demostraciones, i me complazco en creer que el Congreso, si les presta su alta consideracion, convendrá conmigo en que debe cesar para siempre el sistema de armamentos i desarmes sucesivos seguidos hasta aquí; para mantener en constante actividad un pié de escuadra que por su calidad i fuerza corresponda a los recursos de la nacion i sirva de base organizada i fija para cuando las circunstancias requieran el ensanche de las fuerzas navales.

No entraré por ahora en los detalles del plan propuesto por el Comandante Jeneral de Marina, así porque el Congreso los encontrará en la esposicion de aquel funcionario, como porque debe reservarlos, como ocasion mas oportuna, para cuando presente el proyecto que tiene preparado el Gobierno sobre el particular. Pero el Congreso reconocerá desde luego que no es posible atender debidamente a las necesidades del comercio i de la administracion en su presente estado con ménos de cuatro buques menores destinados a obrar en nuestras costas, i de un vapor que se encargue de protejer los intereses chilenos en el estranjero.

En el dia tres buques menores, si es que puede contarse entre ellos el lanchon Ancud, están en continuo movimiento i no siempre pueden satisfacer las exijencias de la administracion.

El Gobierno ha tenido a veces que fletar buques particulares, así para el trasporte de tropas como para la remision de pliegos interesantes, i no pocas providencias ha suspendido o postergado por la insuficiencia de los recursos marítimos con que cuenta.

Los cuatro buques cuya compra propone el Comandante Jeneral de Marina, de construccion adecuada para la navegacion de estos mares i del competente porte i armamento, estarán en constante servicio, i podrían destinarse al reconocimiento de puertos, formacion de planos, persecusion del contrabando i otros destinos para que no son capaces los que tenemos ahora. Un vapor es absolutamente indispensable para acudir a mil graves ocurrencias que el estado de fluctuacion en las Repúblicas vecinas i la misma estension de nuestro comercio, orijinarán con frecuencia.

Un pié de escuadra semejante daría ocupacion a nuestros jóvenes marinos que llenos de prendas distinguidas, o pierden la flor de sus años en servicios mecánicos, o andan dispersos en las marinas estranjeras sin esperanza de encontrar carrera en las menguadas naves de la patria.

La formacion de estos jóvenes marinos es un asunto que recomiendo a la consideracion del Congreso; ellas deben reconocer i examinar las costas de la República cuya defensa les debe ser algún dia encomendada i en donde tienen que perseguir el contrabando; i mal pueden cumplir estas importantes funciones si la nacion no les proporcionase buques en que hacer su aprendizaje.

Si el Congreso tuviere a bien aceptar estos indicaciones se habria dado un paso mui alcanzado en favor de la Marina.

Termino esta esposicion recomendando al Congreso las indicaciones que he tenido el honor de hacerle.

Santiago, 14 de Setiembre de 1844. —J. Santiago Aldunate.

INSPECCION JENERAL
(Número 1)

Estado de la fuerza actuil del Ejército permanente, que segun la lei de 30 de Octubre de 1843 puede aumentarse hasta 2,256 plazas:

Artillería
Coroneles 0
Tenientes Coroneles 1
Sarjentos mayores 2
Capitanes 5
Ayudantes 3
Tenientes 6
Subtenientes i alféreces 9
Sarjentos primeros 5
Sarjentos segundos 23
Cadetes 6
Tambores, pífanos, etc 14
Cabos 41
Soldados 289
Total 375

Batallon Carampangue

Coroneles
0
Tenientes Coroneles
1
Sarjentos mayores 1
Capitanes 6
Ayudantes 2
Teniente 6
Subtenientes i alféreces 6
Sarjentos primeros 7
Sarjentos segundos 23
Cadetes 6
Tambores, pífanos, etc 11
Cabos 49
Soldados 289
Total 303

Batallón lijero Valdivia

Coroneles 0
Tenientes Coroneles 1
Sarjentos mayores 1
Capitanes 6
Ayudantes 2
Tenientes 6
Subtenientes i alféreces 5
Sarjentos primeros 5
Sarjentos segundos 16
Cadetes 6
Tambores, pífanos, etc 9
Cabos 37
Soldados 200
Total 273

Batallón Portales

Coroneles 0
Tenientes Coroneles 1
Sarjentos mayores 1
Capitanes 3
Ayudantes 2
Tenientes 6
Subtenientes í alféreces 6
Sarjentos primeros 7
Sarjentos segundos 20
Cadetes 6
Tambores, pífanos, etc 13
Cabos 37
Soldados 200
Total 289

Batallón Yungai

Coroneles 1
Tenientes Coroneles 0
Sarjentos mayores 1
Capitanes 6
Ayudantes 2
Tenientes 5
Subtenientes i alféreces 4
Sarjentos primeros 6
Sarjentos segundos 12
Cadetes 6
Tambores, pífanos, etc 12
Cabos Soldados 106
Total 250
Rejimiento de Cazadores a Caballo
Coroneles 0
Tenientes Coroneles 1
Sarjentos mayores 1
Capitanes 4
Ayudantes 2
Tenientes 2
Subtenientes i alféreces 6
Sarjentos primeros 4
Sarjentos segundos 5
Cadetes 4
Tambores, pífanos, etc 8
Cabos 28
Soldados 149
Total 208
Rejimiento de Granaderos a Caballo
Coroneles 1
Tenientes Coroneles 1
Sarjentos mayores 1
Capitanes 4
Ayudantes 2
Tenientes 4
Subtenientes i alféreces 5
Sarjentos primeros 3
Sarjentos segundos 15
Cadetes 4
Tambores, pífanos, etc 8
Cabos 30
Soldados 159
Total 219
Escuadron de Guías
Coroneles 0
Tenientes Coroneles 0
Sarjentos mayores 1
Capitanes 2
Ayudantes 1
Tenientes 1
Subtenientes i alféreces. 3
Sarjentos primeros 2
Sarjentos segundos 8
Cadetes 2
Tambores, pífanos, etc 4
Cabos 14
Soldados 90
Total 120

Santiago, Agosto 31 de 1844. —Marcos Maturana.

INSPECCION JENERAL DEL EJÉRCITO
(Número 2)

Estado que manifiesta el número de oficiales del Ejército, desde jeneral a subteniente inclusive, con distincion de los que están en servicio activa i retirados temporal i absolutamente:

En servicio
Jenerales 11
Coroneles 13
Tenientes Coroneles 34
Sarjentos mayores 43
Capitanes 97
Ayudantes 25
Tenientes 63
Subtenientes i alféreces 68
Total 354
Retirados temporalmente
Jenerales 2
Coroneles 1
Tenientes Coroneles 11
Sarjentos mayores 10
Capitanes 23
Ayudantes 9
Tenientes 24
Subtenientes i alféreces 12
Total 92
Retirados absolutamente
Jenerales 1
Coroneles 7
Tenientes Coroneles 5
Sarjentos mayores 3
Capitanes 3
Ayudantes 2
Tenientes 6
Subtenientes i alféreces 1
Total 28

Santiago, Agosto 31 de 1844. —Marcos Maturana.

NOTA. —En este número están incluidos los que pertenecen a la dotacion de los cuerpos del Ejército i se comprenden en el Estado número 1. Para los pueblos nuevos, el progreso no es otra cosa que la imitacion mas o ménos perfecta, mas o ménos conveniente de cuanto inventario mejoran las naciones opulentas i poderosas de la vieja Europa. Como consecuencia de este principio, debe sentarse como un hecho que en las Repúblicas Americanas hai mucho por hacer, porque nada se hace o se quiere hacer proporcionalmente a sus recursos, a su poblacion i a su topografía.

La causa se halla en el gran empeño que hai en confiar sólo en el valor, en despreciar los medios defensivos i en hacerlo todo en una escala grande i, por falta de los medios de llegar a ese alto punto, se deja de hacer lo necesario. Cierto es que ninguna seccion americana cuenta con suficientes recursos para construir plazas, como Luxemburgo, Amberes o Lille; pero al mismo tiempo nadie se fija en que no hai necesidad de tamañas fortalezas para defenderse, i sobre todo para hacerse respetar. Sin embargo, es mision digna de un Gobierno provisor poner a cubierto a sus nacionales de insultos i ataques, como los que intentó la escuadra de la Confederacion, i que pudieran en algun tiempo repetirse. En fin, para terminar esta serie de observaciones que encabezan la Memoria que tengo el honor de elevar a manos de US., no estará de mas hablar claro i confesar que la fuerza de los Estados i el respeto que se merecen, está en razon de sus medios defensivos i ofensivos i del número de sus cañones.

Verdad es esta, por desgracia, que la esperiencia ha venido a confirmar. Mas, no bastan cañones i armas, es necesario tener en proporcion medios de defensa que estén en relacion con la riqueza, poblacion, espíritu nacional i patriotismo de los pueblos. La primera consecuencia útil de un principio tan contrario a la justicia, ha sido abrir a las naciones un vasto campo de trabajos militares i hacerlas mas cuidadosas en atesorar medios de defensa, en inventar cuanto pueda dañar al enemigo, esponiendo lo ménos posible a sus defensores. Entre las mejoras notables, hemos visto la artillería i la fortificacion llegar a un alto grado de perfeccion, tanto con respecto a los calibres i alcances de la primera cuanto al costo de ámbas.

La fortificacion ha variado desde Vauban hasta nuestros días: Cohon, Cormontaingne i otros han esmerado su injenio i logrado resultados dignos de empeño. La artillería en estos últimos tiempos ha debido al coronel Paixbans mejoras inmensas, que la esperiencia ha justificado. En efecto, este jefe logró, bajo un mismo peso, adoptando nuevas formas en las ánimas o recámaras, obtener calibres mucho mayores. Añádase a este descubrimiento o mejora, los adelantos que la química ha introducido en el beneficio i labor del fierro i la baratura de este metal, i se podrá concebir que los Estados pobres i débiles puedan tener, sino grandes plazas, al ménos los medios de hacer respetar aquellas decisiones mas comunes, impedir que los buques mercantes estranjeros se hagan a la vela, como sucede con frecuencia, cuando les dé la gana, sin embargo de órdenes de las autoridades i obligar a sus enemigos, i algunas veces a sus amigos mas poderosos, a guardarles ciertas consideraciones. A mas, por medio de las reformas que se indicarán, habrá un medio de defensa en los puertos mayores i menores de alguna importancia i en las fronteras. En la indicacion de tales medios se considerarán los recursos del pais i las localidades.

La Memoria se reducirá, pues, a indicar los medios defensivos i ofensivos con que se logran tales resultados, las obras mas adecuadas de las fortificaciones i las piezas con que deben ser armadas. Al mismo tiempo, preciso será tener presente los recursos en hombres i material con que cuenta la República, su topografía i aun el carácter de los chilenos.

Fortificacion

Chile es un pais esencialmente marítimo, i el simple aspecto del mapa lo comprueba. Con una costa inmensa i numerosos puertos, a la par de muchas salidas para sus productos, tiene tambien muchos puntos vulnerables. Es preciso, pues, indagar sobre cuál seria el medio de ponerlos, sin grandes costos, en un estado de defensa proporcional a sus recursos, a su poblacion, al jénero de vida de sus habitantes i a su mayor o menor aglomeracion. Las fronteras se hallan en el mismo caso; de consiguiente, cuanto pueda aplicarse a los puertos, podrá ponerse tambien en planta en la frontera.

En la estensa costa de Chile, que baña el Pacífico, los puertos pueden considerarse todos como puertos de comercio, i a mas clasificarse segun las circunstancias particulares de su posicion:

  1. Puertos de construccion;
  2. Puertos de armamentos;
  3. Puertos de arsenales i de conservacion.

De estas tres divisiones resulta que unos, como Valdivia, San Cárlos de Chiloé i Talcahuano son susceptibles de servir de astilleros; otros, como Valparaíso, encierran recursos bastantes para armar buques, i por fin otros, como Coquimbo i Talcahuano, ofrecen seguridades para guardar i conservar las naves que la República tenga en estado de desarmar.

Ahora, pues, a cualquier clase que pertenezcan los puertos mayores i menores, siempre conviene, es necesario, digno de un buen Gobierno, ponerlos al abrigo de un golpe de mano. El medio es el que pasamos a indicar, apoyados siempre en el ejemplo de los pueblos mas civilizados. Las costas de Inglaterra i Francia, las del Mediterráneo i las fronteras de las colonias francesas de Arjel, están defendidas por unas torres de bóveda, de mediana altura, divididas interiormente en tres cuerpos que sirven cada uno a un objeto distinto. La plataforma, a prueba de bomba, puede armarse con un cañon jiratorio de fierro de a 24; el primer cuerpo que tiene cañoneras mui inclinadas, para tirar con metralla hasta pocas varas del pié del edificio, puede armarse con carroñadas de a 12, 16, 18. El segundo cuerpo sirve de cuartel a la corta guarnicion que debe ocupar constantemente esos puestos; i en el tercero se guardarán: agua en aljibes de fierro, leña, pólvora i algunos víveres para los casos en que la guarnicion deberá encerrarse por algunos dias i resistir miéntras le llega ausilio. Estas torres o blokaus deben ser de piedra o ladrillo i cal, de bóvedas sucesivas a prueba de bomba i colocadas en una altura que no pase de 15 varas, en la mas alta marea. Con esta altura se logrará dominar bastante i el mayor número de rebotes. Al blokaus puede añadirse, en Coquimbo i Copiapó, una pequeña tenaza, con vista al mar i colocada a 30 varas del pié de la torre, armada con cuatro piezas de 24. Todos los blockaus deben estar rodeados de un foso, de 8 varas de profundidad i 12 de ancho; encerrando un cuadro de 1 cuadra de costado. En las fronteras estas torres dominarán una gran estension, servirán de faros para anunciar con fuegos la presencia del enemigo i pueden servir de recinto o ciudadela, cubriendo los pueblos fronterizos con empalizadas i anchos fosos. El armamento de estas obras no es costoso, porque existe en Chile gran número de cañones i carroñadas de fierro, que dentro de poco quizás se inutilicen. En la frontera, los blockaus pueden ser mas completos, apoyando a ellos cuarteles almenados o construyéndolos fuera de los pueblos, en puntos dominantes i cubriéndolas con fosos i estacadas; dando a éstas una banqueta para el servicio de la infantería. En jeneral pueden tener 20 a 25 varas de alto, 15 varas de diámetro; las murallas, 6 varas de grueso al pié, formando una pirámide que llegue a 4 varas arriba; pueden hacerse éstas de cal i piedra, ladrillo i cal o de un macizo de adobe con doble revestimiento de cal i ladrillo.

Estas torres son mas adecuadas que cualquiera otra obra de fortificacion, porque nuestras poblaciones están diseminadas a grandes distancias i que es preciso que el punto atacado resista al ménos algunas horas para dar tiempo a las autoridades de tomar medidas defensivas. Haciendo mas patente nuestra idea citaremos a Copiapó, cuyo puerto es de suma importancia i no pudiera tener defensores en ménos de dieciseis horas, por la distancia en que se encuentra la villa cabecera. Con un blockaus i una guarnicion de 20 a 40 hombres, cuyo número puede juntarse en el puerto mismo, que se encerrasen en él, se podria defender el puerto el tiempo necesario para que llegase una fuerza capaz de rechazar al enemigo.

Las guarniciones permanentes pueden cubrirse por diez soldados i un sarjento, cívicos o veteranos, sobre todo creando dos compañías de artillería de a pié que darían esos destacamentos. Los puertos que parecen destinados a recibir esa defensa son: Copiapó, Huasco, Coquimbo i Maule. Talcahuano, Valparaiso, Valdivia i Chiloé tienen fortificaciones que pueden refaccionarse. A mas debe tenerse presente que nuestras guardias cívicas, están prontas para un servicio de armas; pero que necesitan tiempo para reunirse en un punto determinado. En las fronteras creemos de suma utilidad la consrruccion de blockaus para protejer los pueblos existentes i la formacion de otros. Contra los indios una torre de esta clase es un recinto inespugnable. Aunque la madera es mui barata, creemos que conviene hacerlas de piedra o ladrillo para que resista al fuego. A mas ofrecerían cuarteles sanos i seguros a los destacamentos de la frontera. Los trabajos accesorios como fosos, palizadas i banquetas pueden ser obra de los mismos destacamentos.

Armamento

Las armas de fuego se dividen en dos clases: armas de fuego de grandes i pequeñas dimensiones o calibres. Las armas de pequeñas dimensiones o portátiles son: los fusiles, carabinas, pistolas, etc. Las de grandes dimensiones son los cañones, morteros, obuses, etc. De las primeras no hai nada que decir: nos contraeremos pues, a las segundos.

Estas armas o piezas de artillería se dividen en tres clases con arreglo al objeto a que se les destina; hai piezas de campaña, de sitio i de plaza; su denominacion indica bastante su objeto. Aquí se presenta una cuestion importante i que largo tiempo tuvo dividida la opinion de hombres peritos en la materia cual es la de saber si las piezas deben ser de bronce o de fierro. Esta cuestion está dividida por la práctica i, refiriéndome a la proposicion que senté al principio de esta Memoria, que el progreso es la bien entendida imitacion de aquellos paises que tienen mas motivos que nosotros para haber hecho esperimentos, ensayos costosos i sangrientos, creo que es de algun peso citar a la Francia, a la Inglaterra, a la Prusia i a la Suecia. Las tres primeras potencias marchan a la cabeza del mundo civilizado, con respecto a milicia i la última tiene voto decisivo, porque es el pais en donde se ha trabajado con mejor éxito en la mejora de los procedimientos para elaborar el mineral de fierro i utilizar el metal. Todos estos paises, en la marina como en las plazas i costas, han esplotado el fierro para las piezas de grandes calibres. Los americanos distarán en jeneral del uso de los cañones de fierro, porque habiendo nacido i vivido bajo el dominio español se acostumbraron desde la infancia a ver los largos i laboreados cañones de bronce; pero ya es tiempo de dejar las piezas de a 24 que es el mayor calibre que existe en Chile i adoptar las piezas de fierro. Esta opinion es tanto mas fundada que es mui sabido que mas efecto produce un cañon de a 64 que varios de a 8. En efecto, si los tiros se dirijen a un buque, las balas de a 8 sacan astillas miéntras que la de a 64 le aportilla el costado. Si es a una plaza, una pared de piedra sin mezcla resiste a las primeras; una de a 64 conmueve hasta los cimientes de los parapetos mejor establecidos.

Por fin, puede citarse un ejemplo mui moderno de la introduccion de las piezas de fierro en los equipajes de sitio. Los franceses, en 1833 sitiaron a Anvers i lo rindieron con un equipaje de 90 piezas entre cañones, obuses o morteros, cuya mayor parte era de fierro del modelo del coronel Paixhans i con ellas han hecho trizas las mejores obras de albañilería conocidas cuales son las españolas del siglo XVII. A mas no hai motivo para que, en las escuadras, la artillería de fierro haya dejado de ser, como se alega, peligrosa o de mucho costo, por su poca duracion. En efecto, el sonido penetrante del bronce no puede equipararse al peligro a que se supone que están espuestos los artilleros en el servicio de las piezas de fierro, ni tampoco puede caerse una posicion ménos ventajosa para los cañones de este metal que la de a bordo, porque allí están como en ninguna parte, espuestos a la oxidacion i sin embargo se puede asegurar que pueblo alguno tiene sus bajeles armados con piezas de bronce.

Los artilleros o marineros merecen las mismas consideraciones de humanidad que los soldados de tierra, i sin embargo, los navios franceses, ingleses, norte-americanos i aun abordo de los españoles hai i han habido cañones de fierro.

Sin embargo, trataremos con mas especialidad la cuestion de saber si el fierro es de mejor servicio que el bronce en la fabricacion de piezas de artillería de grueso calibre.

Las propiedades o cualidades que debe tener el metal de que se fabrique las piezas de artillería son:

  1. Que tenga suficiente cuerpo, tenacidad i adherencia entre sus partes para poder resistir, con mediano espesor, la fuerza de espansion de la pólvora i a los gases que se forman por su combustion.
  2. Que tengan bastante dureza para no surcarse, ni golpearse considerablemente con el rozamiento de los proyectiles i para no encorvarse, aun cuando esté mui caliente por una larga serie de tiros.
  3. Que no sea mui costosa.

Teniendo presente estas tres condiciones, deben eliminare todos los metales i discutir tan sólo las propiedades del fierro, del cobre i de la liga de éste con el estaño, que forma el bronce.

De estas tres debe tambien eliminarse el cobre, porque es ménos duro, mas oxidable, ménos denso i mas sonoro i costoso que el bronce.

La discusion queda, pues reducida a las ventajas que presentan para el servicio de la artillería de grueso calibre el bronce i el fierro.

La liga admitida para el bronce, en Francia, en España i en Inglaterra es de 11%, aunque se encuentran piezas de 7, 9 i 11%.

Los defectos de las piezas de bronce son:

  1. Que por el hecho de ligar o mezclar el cobre con el estaño, pierde su tenacidad i cuerpo.
    En efecto, no habiendo aun la esperiencia enseñado la proporcion justa de la liga, hasta ahora se están haciendo ensayos, cuyos resultados han probado que, siendo mucha la mezcla de estaño, el bronce viene a hacerse agrio i si es poca, por el contrario, carece de la segunda cualidad necesaria a una buena artillería.
  2. El estaño no se liga e incorpora íntimamente con el cobre: se mantiene líquido a una temperatura muí moderada en comparacion de la que se necesita para fundir el cobre i se reune en el centro de la pieza.
    El resultado de estas particularidades es que, el calor que tenían las piezas con un fuego continuado i vivo, basta para liquidarlo en parte i quizás al traves, en cuyo caso el cobre, quedando sin dureza, aquellas se tuercen i las balas golpeándolas, las inutilizan mui luego.
    El teniente coronel Olivier cita algunos casos de esta naturaleza, en que a los cincuenta tiros ha quedado una pieza inútil, porque a los efectos producidos por el calor, se ha reunido la accion corrosiva de ácido nitroso, que forma la pólvora inflamada.
    Hablando este fenómeno se dice: sudan las piezas; lo que sucede despues de un largo fuego, sus resultados son dejar las piezas llenas de cavidades i esponjosas.
    Por fin, se notan accidentes análogos i que prueban la no incorporacion del estaño cuando se inutiliza una pieza con fuego, porque aun cuando no se ha hecho pastel el metal, se ven filtrar gotas de estaño cargadas de un poco de cobre.
  3. La oxidacion.
  4. Los resultados del servicio que hemos indicado en parte; el aumento del diámetro del ánima; las grietas, vientos i escarabajos; los surcos, asientos de balas i torceduras i el accidente mas comun, la pérdida del fogon.

Por fin, no estará de mas indicar tambien de una vez, que el bronce cuesta tres tantos mas que el fierro.

Los defectos de las piezas de fierro dependen del metal con que se fabricaban. El fierro puede dividirse en cuatro clases:

  1. Fierro colado.
  2. Fierro régulo.
  3. Fierro forjado.
  4. Fierro acero.

Hasta ahora pocos años, las piezas de artillería eran de fierro colado, por cuya razon a mas de algunos defectos comunes con los de bronce, tenian el mui notable de reventar artillando.

Mas, este defecto no es inherente al fierro, sino a la clase de metal con que se fabricaban. En efecto, el fierro colado no es puro; en jeneral contiene azufre, arsénico, yodo, silicio, carbon, etc., i la química demuestra que el fierro pierde su tenacidad con la presencia de estos cuerpos estraños.

Los autores que han escrito sobre artillería, Grignon d'Arcy i nuestro clásico Moría, desde el siglo pasado, estaban acordes sobre la superioridad de las piezas de fierro. No conociendo entónces los medios de fundir el fierro con un grado de pureza bastante, quisieron por analojía con la construccion de los cañones de fusil, soldar grandes masas de fierro sólido para fabricar piezas de artillería. Mas ahora, es comun la industria de fundir el fierro, es decir, de purificarlo i se puede dar por resuelto el problema.

Las piezas de régulo o de fierro purificado reunirán las condiciones de duracion, de menor costo i mayor lijereza, porque el colado, al llegar a régulo aumenta su gravedad, es dócil, de difícil fundicion i no teniendo materias heterojéneas, en una proporcion sensible, viene a componerse de partes homojéneas, bien trabadas i capaces de resistir a los mas violentos esfuerzos de torsion, de tracción i de espansion.

Los defectos de las piezas de fierro son los mismos que los de las de bronce. La esperiencia, sin embargo, ha demostrado, en favor de los de fierro, que los ángulos interiores del fogon en los cañones i obuses i en la recámara de los morteros son ménos susceptibles de desgranarse. Tambien se nota que es mucho menor el aumento del diámetro del ánima, con cualquier clase de bala que se tire, sea ensalerada o suelta; asimismo en las piezas de fierro son apénas sensibles los asientos de bala que en las de bronce destruyen toda exactitud en las punterías. Por fin, el líquido destructor que produce la pólvora inflamada tiene ménos accion sobre el fierro que sobre el bronce.

Por otra parte, no cabe duda que en una pieza de fierro ha menester para su conservacion, mayor cuidado, porque se oxida con mas facilidad que la de bronce. Pero seria vergonzoso desechar una mejora por razon del cuidado que exije su servicio i conservacion. Lo volveremos a repetir, en ninguna parte, como a bordo, los cañones de fierro están espuestos a la oxidacion, i sin embargo, no hai en tierra piezas mas limpias i tersas que las de fierro de nuestra fragata Chile. Creo que no hai motivo razonable para que en tierra no se conserven en el mismo estado. De todo lo espuesto resultan ventajas a favor de las piezas de fierro, cuyo costo es de dos terceras partes ménos.

Una mejora llama a otra. Una innovacion incompleta ni conviene, ni es prudente, porque no resultando todas las ventajas que de ella se esperaban, cae luego en olvido, i lo que es peor, sus autores cargan con una responsabilidad injusta. Creemos, pues, que para hacer completa la mejora, es preciso tambien innovar en los montajes i hacerlos de fierro. Su duracion, i buen servicio dependen de un poco de cuidado. A mas, hai economía en adoptarlos. En la actualidad no existe una batería en estado de servir de un modo eficaz, porque desde la guerra de la Independencia no se han removido los montajes de madera. Su reposicion demanda costos considerables i estamos convencidos de que teniendo, por decirlo así, que crear el material de la artillería de nuestras costas i fronteras, la cureñas de fierro son económicas por su duracion. Pintada la artillería i las cureñas una vez al año, no hai temor de oxidacion.

Ahora, pues, para llevar a cabo este proyecto sin desembolso, para costear el armamento que proponemos, no hai mas que echar mano del capital improductivo que tenemos en piezas de bronce. Véndase toda la artillería de este metal de a 6, 8, 12, 16, 18 i 24 que exista en Chile i con su producto cómprense piezas de fierro de grueso calibre, 48 o 68 para las baterías de Valparaiso i Talcahuano; cureñas del mismo metal tanto para esta cuanto para las piezas de a 24 que pueden emplearse en los blockaus, sus terrazas i otras obras de los puertos de Valparaiso, Talcahuano, Valdivia i Chiloé. Para calcular el producto de la venta, seria preciso saber, a punto fijo, el número de cañones de bronce existentes; mas aun sin ese dato desde luego pueden tenerse presentes los siguientes apuntes:

Término medio
  1. Un cañon de a 68 de fierro pesa... 69 qtls.
  2. Un cañon de a 24 de bronce. 64 qtls.
  3. El quintal de fierro vale hecho cañon... 5 pesos
    En cureñas... 4 pesos
    En balas... 2 pesos.
  4. El quintal de bronce se venderá a 17 pesos
    De lo espuesto resulta que un cañon de a 48 de fierro, con 52 quintales valdrá... 260 pesos
    Uno de a 68 con 69 quintales valdrá... 345 pesos
    Uno de a 24 de bronce con 64 quintales se venderá... 1,088 pesos.

De consiguiente no parece aventurado decir que con el producto de una pieza de bronce a 24 se comprarán dos de fierro montadas i de doble calibre por lo ménos.

Las carronadas que servirán en los blockaus deberán montarse en cureñas de marina, porque así se economizará espacio i que segun entiendo, existen en el arsenal algunos que pueden utilizarse con mui cortas refacciones.

Las piezas espuestas a la intemperie deben cubrirse con garitas movibles. Esta medirla debe recomendarse en todos los puntos de la República, unos por lluviosos i otros por secos, encareciendo en todas partes el aseo i el cuidado.

Construyendo las esplanadas de piedra, no hai inconveniente para lavar las piezas i las cureñas i habiendo cuidado de pasar una brocha tan luego como se manifiesta mancha de moho, piezas i cureñas durarán, con economía del erario, cincuenta i mas años. Al efecto, el comandante del blockaus deberá tener un poco de betun i lampasos.

En cuanto al costo del armamento parece que la venta de las piezas de bronce alcanzará a darlo.

Con respecto a los blockaus no podemos hacer indicacion alguna porque no conocemos el precio de los materiales ni el de los jornales en los diferentes puntos de la República.

En resúmen: Los puertos de la República necesitan una defensa i parece que los blockans son la obra de la fortificacion mas adecuada.

Las piezas de fierro son de mejor servicio que las de bronce i conviene que tengamos gruesos calibres en los puertos principales, Valparaiso i Talcahuano. La frontera ofrecerá seguridad a los moradores, con diez puertos fuertes inespugnables si se atiende a la clase de enemigos que hai que temer; al mismo tiempo los destacamentos tendrán cuarteles sanos i seguros.

La demarcacion de estos diez puntos debe hacerse previo un maduro exámen de las localidades, teniendo presente que las blockaus deben fomentar las colonias nuevas, defender las fronteras, servir de puntos estratéjicos i reunir todas las condiciones de unas posiciones militares, destinadas con el tiempo a ser centro de grandes poblaciones agrícolas i manufactureras cuyos productos bajarán seguros a la costa por los rios que riegan aquellas comarcas o por caminos de hierro.

En fin, aun cuando estas obias sin armamento ni el aumento de fuerza-veterana, causen al fisco durante cinco o seis años un desembolso anual de 15,000 pesos, los resultados harán honor al Gobierno, podrá decir que la República le debe una garantía de paz para el porvenir. En efecto para gozar los beneficios de la paz, es necesario estar pronto para la guerra.

Piezas para el armamento de los pueblos i fronteras

CAÑONES
PUNTOS 24 180.12
68
48
C
A
R
R
O
N
A
D
A
S
 
D
E
T
O
D
O
S
 
C
A
L.
Copiapó 1 4

4
Huasco 1


4
Coquimbo 1 4

4
Valparaiso 16
8

Maule 1

6 4
Talcahuano 6



Valdivia 4 4


Chiloé 4 4


Fronteras (considerando
10 bloc kaus)
4 6

40

38 22 8 6 56

Esta distribucion se ha formado de modo que se utilice el gran número de piezas de fierro que existen en diferentes puntos de la República.

En Valparaiso, para salvas, pueden montarse cañones de a 6 de fierro, consultando la economía i el uso recibido de hacer esa clase de honores en el citado puerto.

Una libra i media de pólvora será el costo de cada tiro, miéntras que ahora se gastan cuatro libras.

Valparaiso, Mayo 15 de 1844. —José E. Fáez.


En la Memoria que presentó V. S. al Congreso en el año pasado, notó con sobrada razon que el Departamento de Marina se hallaba en cierto me do acéfalo; que no habia en él un centro de accion, ni una autoridad en aptitud develar inmediatamente sobre la ejecucion de las leyes o reglementos, siendo éstos por otro lado inaplicables en mucha parte a los informes elementos de marina que hai en el pais.

I para remediar estos males i preparar una nueva época a la marina nacional, obtuvo de la Lejislatura la creacion de una nueva oficina que prestase al Comandante Jeneral un auxilio especial, con el que pudiese consagrar a la marina esfuerzos mas eficaces e iniciar los serios trabajos que ella demanda.

Con arreglo a estos objetos, de mi deber era, desde que se planteó la nueva oficina, comenzar por hacer efectiva mi autoridad en todo el Departamento, i contraer mi atencion al exámen i ejecucion de las leyes vijentes. Pero desde lue go me he apercibido de que no me es dado satisfacer estas exijencias ni salir de la embarazosa posicion en que se han hallado hasta ahora los Comandantes Jenerales sin el auxilio del Lejislador, i sin que se funden de antemano las bases sobre que se apoya toda administracion.

He creido, por lo tanto, que el primer paso que me toca dar, es preparar i facilitar en lo posible tales antecedentes, informando a V.S. con alguna detencion sobre el estado del Departamento, e indicando segun mi opinion i la de los marinos instruidos que he consultado, las leyes i medidas que son necesarias para introducir el órden en este importante ramo del servicio público. Las esplicaciones que me incumbe dar con este motivo, conozco que salen de la esfera de mi correspondencia ordinaria, i que por prolijas o por versar sobre los mas altos objetos de la Marina, podrían parecer inoportunas o espresadas por un órgano incompetente, si no me escusará la consideracion de que todo está por crearse en ella, i que sus menores detalles se hallan íntimamente enlazados con sus superiores objetos.

Entro, pues, a llenar mi propósito comenzando por la Lei Orgánica del Departamento de la Marina.

Esta lei no existe i la necesidad de darla es urjente.

Concibo muí bien que puede rejirse interinamente un pais por leyes estranjeras, en cuanto a aquellas materias sujetas a principios jenerales o a doctrinas que hasta cierto punto son inseparables del ramo a que pertenecen. I aun racional es que los Estados nacientes no se apresuren a darse códigos sobre cada ramo i de administracion, teniendo en vista que esta clase de obras, de suyo árduas, i difíciles, llevan consigo un carácter de permanencia que mal puede aplicarse a paises sin fisonomía aun, i sujetos al empuje del primer desarrollo. En esta virtud, no creo que se halla la República en el caso de repudiar del todo las leyes españolas sobre Marina, ni en la necesidad de darse una ordenanza completa sobre este ramo. Pero en cuanto a su réjimen, en cuanto a aquellas leyes sucintas i jenerales que fijan la contestura de la organizacion i señalan el órden de las autoridades i sus deberes i atribuciones; para esto no pueden servir ni por un momento leyes prestadas. Esto es enteramete local i tan peculiar en este pais como la configuracion de su suelo, i el grado de recursos i de necesidades con que cuenta. Esto es tambien por fortuna mas fácil i hacedero i ménos sujeto a inconvenientes.

De esta clase de leyes necesita el Departamento de Marina; i a tal punto carece de ellas, que basta esta voz Departamento i el título de Comandante Jeneral, no tienen un sentido practico i lejítimo. No hai lei patria que declare la estension i límites de la autoridad que ejerza, ni si comprende, o nó, todas las costas i puertos de la República; i para que esta duda no se crea exajerada, citaré el decreto de 13 de Mayo de 1829 que creó un Comandante de Marina en el puerto de Constitucion, i citaré tambien la práctica constante i de muchos años atras, de no entenderse jamas con el Comandante Jeneral de Marina otro capitan de puerto que el de Valparaiso. Pero aun cuando no hubiese duda sobre esto, era preciso que hubiese una lei que designase sus deberes i atribuciones con arreglo al personal de la Marina que tiene el país i a sus peculiares necesidades; que fijase sus relaciones con la escuadrra, con los capitanes de puerto i con las oficinas de la hicienda del ramo; que dispusiese, en fin, el réjimen del Departamento i declararse si debia observase o no la Ordenanza española, cuando menos en ciertos puntos mui esenciales; porque, es preciso decirlo, este código se respeta en una pequeña parte i se rechaza en mil, sin mas regla que el dictado de la razon.

A bordoo se lee i enseña a los oficiales la Ordenanza llamada de Grandallana que es un estracto de la Ordenanza Jeneral de la Armada, mandado hacer por el Rei de España Carlos IV, pero esta práctica no puede producir una sólida instruccion ni sujetar el servicio a reglas fijas, a falta de leyes patrias que señalen la parte que debe estar vijente de ese código o hagan algunas declaraciones jenerales sobre su observacion.

Habia en España, segun la Ordenanza, tres Departamentos mandados cada uno por un Comandante Jeneral; el de Ferrol, el de Cádiz i el de Cartajena. Habia ademas, un Director Jeneral que rejia toda la Marina i servia de órgano i de autoridad intermedia entre los Comandantes Jenerales i el Secretario de Estado en el ramo de Marina. Existía tambien en cada Departamento una oficina llamada del Ministerio, cuyo objeto principal era la contabilidad del ramo i que tenia muchas atribuciones judiciales i gubernativas.

Habia, en fin, matrículas que era un sistema complicado servido por muchas autoridades i habia juzgados de marina i habia una larga lista de oficinas i de empleados. Con medios, i sobre tales bases, se levantaba la organizacion de la marina española, donde por supuesto que en ella se revelan no pocas veces los principios de las monarquías absolutas. ¿Cómo podria aplicarse semejante sistema de administracion, con tantas ruedas i resortes a la informe marina del pais?

Imposible ha sido el hacerlo i la confusion i el arbitrio han reinado en su lugar. Las leyes reglamentarias que se ha dado el pais sobre este ramo, se reducen al reglamento de cuenta i razon sancionado en 1837; reglamento que teniendo por único objeto la contabilidad de la escuadra con abstraccion absoluta del Gobierno del Departamento, no ha podido surtir todos sus efectos, ni aun sobre su mismo fin, aunque mucho ha servido para regularizar el servicio de la comisaría.

Creo, pues, indispensable que el Congreso considere con especialidad al Departamento de Marina i dicte las bases de su organizacion; aun cuando se dejen los puntos ménos esenciales del servicio sujetos a la Ordenanza española, en cuanto sea aplicable; esperando que el tiempo irá enseñando mejor aquellas disposiciones de ella que merezcan correjirse espresamente. Para dictar una lei tan poco ambiciosa como ésta, i susceptible por otra parte de ser gradualmente mejorada, no se necesitan mas lecciones que las que ya ha dado la esperiencia, i aun me prometo trasmitir a V.S. las bases sobre que convenga sancionarse, uniendo a mi opinion la de los marinos mas ilustrados, cuyo dictámen creo indispensable oir en estas materias.

Material de la Marina

El sistema que hasta ahora se ha seguido respecto a la Marina de Guerra es el de no armar uno o mas buques de la escuadra, sino para satisfacer una necesidad eventual en el esterior, desarmándolos en su totalidad tan luego que ella pasa. Esto se ha llamado economía.

Comprendo mui bien que este sistema es útil para un pais que no aspira a tener marina i que sólo se propone hacer creer que la tiene en ciertos momentos, pues no puedo pensar que una escuadra siempre improvisada i siempre servida por reclutas, tenga fuerza real ni pueda hacer fundar esperanza alguna para el porvenir.

Comprendo que la presencia de una guerra puede exijir el aumento de la fuerza naval, i que cesando esta circunstancia, conviene reducirla. Esto es en verdad economía. Pero desarmar toda la escuadra sólo porque no hai una guerra presente o un peligro próximo de ella, es constituirse en el afan de crear i destruir alternativamente uno de los elementos que ménos admite tan violentas transiciones.

Mas, dejando a un lado los raciocinios, voi a esponer a V.S. las consecuencias prácticas que produce este sistema de eventualidad en la administracion i gobierno del Departamento. Sírvase V.S. pensar un momento en lo que sucede cuando se imparte la órden de armar uno o mas buques de la escuadra. Esta órden que casi siempre es dada por un motivo urjente, se ejecuta tambien con precipitacion. Se buscan marineros donde los halla i de cualquier nacion que sean, sin poder elejir ni desechar con severidad, pues no hai tanta abundancia de marineros ni son tan ventajosos los sueldos como para que haya muchos voluntarios. Se admiten, pues, casi a los primeros a quienes se logra inducir al servicio i se les contrata por el término de seis meses, segun la práctica. Hai entre ellos, como es de suponerse, muchos que son bisoños en la profesion, algunos tambien que nada saben, mucho ménos son conocidas las aptitudes de cada uno, ni cuál sirve para grumete i cuál para guardian.

Con semejante tripulacion, fácil es apercibirse de cuántos esfuerzos tienen que hacer el comandante i oficiales de un buque recien armado para ordenar el servicio e introducir la disciplina.

No sólo deben luchar con la impericia, sino lo que es mas contra el espíritu de insubordinacion i contra los hábitos de la ínfima clase del pueblo, tan opuestos al estricto órden i aseo que deben reinar a bordo. Estas contrariedades son inevitables en un buque recien armado i es forzoso contar con el tiempo para vencerlas. ¿I es suficiente el término de enganche para obtener el resultado? No lo creo, pero supóngase que baste; ¿qué se habrá adelantado si en el momento de haber logrado el fruto de tantos esfuerzos, viene la órden de desarme i se dispersa la tripulacion para no volver mas a bordo o para volver con nuevas resistencias i con los mismos hábitos ántes correjidos?

El término del enganche es sin duda mui corto, pero no es éste el oríjen del mal, sino el sistema de los desarmes. Por el contrario, el término del enganche no es sino una consecuencia forzosa de ese sistema, i aun sucede con frecuencia que el plazo por el que se obliga a servir el marinero sea mayor que el que permanece armado el buque; i en este caso, se le deja ir, aunque esté debiendo las anticipaciones de sueldo que se le hacen en vestuario.

I aquí es ocasion de indicar que en la marina no hai enganche propiamente dicho: es decir, no hai gratificacion alguna para obtener el compromiso de servir.

De modo que no sólo pierden los oficiales su trabajo i la marina su tiempo, sino que pierde tambien el tesoro una cantidad no despreciable.

No son estos los únicos efectos del sistema de la eventualidad. Agréguese que no puede inspirar mucha confianza a la nacion una escuadra cuya tripulacion es siempre improvisada i destituida de toda disciplina.

¿Cómo confiar a esta clase de fuerza la defensa del pabellon?

Tampoco es posible bajo este sistema regularizar el servicio, ni en tierra, ni en mar. Cualesquiera leyes que rijan se harán inaplicables por el exceso de movimiento i falta de una base fija i constante: la contabilidad se complica, i sus trámites se vuelven tan vacilantes como la escuadra misma: el material de la marina padece, pues su vaivén incesante entre la apatía i el movimiento, entre el arsenal i los buques, es mas destructor que actividad sistemada. En fin, bajo este órden de cosas, no se forma hábito alguno, sino es el de la incertidumbre i del desórden.

Ese sistema es tambien el que despoja a la escuadra del carácter de una cosa existente, i el que ha hecho que de cuatro años a esta parte, no se presente ningun joven a servir en sus filas, sino uno sólo que US. impulsó a hacerlo poco ha.

Ese sistema es el que ha sembrado el desaliento en nuestros marinos, haciendo concebir la idea de que su carrera es de meras comisiones i sin porvenir, el que no les permite progresar sino mui lentamente en sus conocimientos profesionales, porque el Océano es el mejor maestro de un marino, i la armazon de un buque su mejor escuela; i en fin, el que ha obligado a V.S. a emplear el débil recurso de las banderas estranjeras para proporcionar un teatro de accion a nuestros oficiales.

Por último, la práctica de armar los buques, sólo para satisfacer una exijencia, en el esterior hace que la fuerza moral no haya tenido hasta ahora una aplicacion séria al comercio. No tengo noticia en efecto de que nuestros buques hayan evitado nunca el contrabando ni que hayan hecho acto alguno en favor de la observancia de la lei de navegacion, ni del órden ni policía de los puertos ni de ninguna de las leyes protectoras del comercio.

Su mision ha estado reducida hasta aquí a imponer respeto en el interior, lo que ha logrado felizmente, debido mas bien a ciertas circunstancias accidentales que a su verdadera fuerza.

De todo esto concluyo que el sistema de armar o desarmar la escuadra, segun lo exijan ciertas circunstancias en el esterior, es un sistema que nada siembra para el porvenir de nuestra marina; que no permite ningun jénero de organizacion en el departamento: que hace improductivos i estériles los gastos que emplea en ella la nacion; i que priva al comercio i a la navegacion nacional del apoyo poderoso que deberia prestarle la fuerza naval.

A vista de estas lecciones de la esperiencia creo que por fin ha llegado el tiempo de considerar la marina nacional como un elemento permanente de los que componen la fuerza pública, destinada a crecer i desarrollarse gradualmente a la par de todo lo que hai en el pais.

Por lo tanto, la partida del presupuesto que votan anualmente las Cámaras para el sostenimiento de tres buques armados, convendría fuese invertida rigorosamente, aun cuando no se presentase exijencia alguna del momento, sino las permanentes de la marina, resistiendo con firmeza al trabajo de una economía que no es tal en realidad, i que envuelve el abandono de intereses mui caros para la nacion.

Mas, no sólo conviene renunciar al sistema de la eventualidad respecto al armamento de la escuadra, sino tambien respecto a la clase i número de buques que deben componerla.

Es menester que haya cálculo en su adquisicion, i que no sean comprados segun se presente su venta, o segun lo requiera un objeto transitorio, como se ha hecho hasta ahora. Por esto es que los tres buques que existen actualmente son inadecuados por su número, clase i armamento a los recursos i necesidades del pais: sobra la Chile i faltan buques de otra clase; i de esto previene que el gasto que hoi hace la escuadra, aunque moderado, es excesivo en proporcion de los servicios que presta. Por lo tanto, el primer paso que deberia darse para organizar el departamento, i fomentar la marina, es calcular el número i clase de buques que pueden formar una pequeña base de escuadra correspondiente a los recursos i necesidades de la República, i adquirirlos desde luego sin esperar apremios de circunstancias.

Sólo así creo posible preparar con acierto el porvenir de la marina, i marchar bajo un sistema regular.

Con arreglo a estas ideas, soi de parecer que el material de las escuadras debería fijarse en cuatro bergantines-goletas de a 240 toneladas i en un vapor de hierro de 900, de la construcion i armamento que se determinan en los cuadros número 3 i 4 que acompaño a usted.

Me he fijado en este número i en esta clase de buques, por las razones siguientes:

Primeramente en cuanto a su número, he tenido presente que son cuatro los principales puertos de la República desde donde puede ocurrirse con prontitud a cualquier punto de sus dilatadas costas, a saber: el de Ancud, Talcahuano, Valparaiso i Serena.

Al ménos no es fácil que abrazando ménos puertos, pudiera la escuadra estar presente a toda la costa.

En cada uno de los puertos nombrados podria tener su estacion ordinaria un bergantín, añadiéndose el vapor en el de Valparaiso; i al decir estacion, no es para indicar que cada buque deba residir i permanecer inmóvil en el puerto a que se le destina, sino para señalar un centro que indique el radio de sus escursiones ordinarias. Estas deben tener por objeto vijilar las costas, levantar planos de ellas i favorecer el comercio i las comunicaciones en cuantos casos ocurran. Esta ocupacion ordinaria no se opone a que todos los años se presenten algunos de los bergantines, por turno, en los principales puertos del Pacífico, ya para ejercitar la marinería i reconocer las costas, como para protejer el comercio i los ciudadanos chilenos donde fuere necesario.

Me he fijado en bergantines-goletas de a 240 toneladas, porque de esta clase he considerado los mas a propósito para recorrer nuestras costas, siendo ademas de bastante capacidad para servir de trasportes i de armamento tal, segun aparece de su descripcion, que reunidos los cuatro buques i el vapor, forman una escuadrilla capaz de satisfacer las exijencias mas probables del pabellon, no sólo en tiempo de paz sino tambien de guerra. La idea de tener un vapor pertenece a usted, i me escuso, por lo tanto, de re comendarla; a mas ella se recomienda por sí misma, pues sus grandes objetos son bien manifiestos. Solo diré que la clase i fuerza de que he tenido en vista, son las condiciones mas adecuadas al servicio a que debe destinarse, segun los prolijos informes que he tomado sobre este punto.

No se me ocultan las dificultades que pueden oponerse a la adopcion de semejante proyecto, pero las creo mas que reales que rentas. La principal que se objete será, sin duda, que el mantenimiento de los cinco buques mencionados exije mas fondos que los que puede destinar el Tesoro a este objeto, sin desatender otros ramos mui importantes de la administracion. A fin de que pueda US. valorizar mejor la fuerza de esta objecion, le acompaño varios cuadros que he mandado formar prolijamente a la Comisaría con presencia de sus libros. Los dos primeros contienen la cuenta del caudal gastado esclusivamente en el servicio de la Escuadra durante los últimos 8 años, i asciende a 1.157,256 pesos 2 reales; cantidad que, dividida en los 8 años, toca a cada uno de 144,657 pesos.

He tomado este período en que ha habido 3 años de guerra i 5 de paz, averiguado el gasto hecho durante ellos en sueldos, víveres i pertrechos de la Escuadra solamente, a fin de deducir para el presente, una leccion de lo pasado. Esta cuenta manifiesta las prodigalidades que tiene que pasar un pais esclusivamente marítimo como Chile, cuando le sorprende una guerra esterior, sin poseer ningun elemento de fuerza naval. I es de notarse que estos desembolsos son tanto mas sensibles cuanto que no dejan tras sí el fruto que debia esperarse a causa de ser hechos bajo el apremio de exijencias momentáneas, i sin mas miras que la de llenarlas. Satisfechas fueron éstas, en efecto, en la guerra con Santa Cruz, pues la República conservó su dignidad i sus derechos; pero algo mas habia razon para esperar. Debió quedar algun cuadro de oficiales instruidos, algunos marineros formados, un arsenal mejor previsto, i sobre todo algunos elementos morales de marina, i no ha sucedido así.

Presenta tambien esa cuenta los fondos que el Congreso ha votado para la Escuadra durante los últimos ocho años, i resulta que ha autorizado un desembolso medio anual de 144,675 pesos; cantidad que seria justo esperar que destinasen las Cámaras de hoi en adelante, al mismo objeto; ahora que el Tesoro nacional se halla en mejor estado, i ahora que se trata, no de llenar una necesidad transitoria, sino de fundar para siempre la fuerza real, i el órden i la disciplina en el Departamento de Marina; de hacer mas improbables las guerras, o ménos dispendiosas cuando sean inevitables, i de servir eficazmente al comercio i a las comunicaciones marítimas.

Mas, no es tanto el sacrificio que necesita hacer el Erario para sostener, constantemente armados, un vapor i cuatro bergantines. Segun los cuadros 3.º i 4.º, estos buques consumirían anualmente cuando mas 113,028 pesos, cantidad mucho menor que la gastada comunmente en el período mencionado, i que sólo excede en 14 mil pesos a la botada en el año de 1843 para el mantenimiento de la Chile i de dos buques menores. No es, pues, el gasto anual que harian los cinco buques propuestos, superior a los recursos del pais, ni aun puede considerarse como una innovacion en las salidas ordinarias del Tesoro.

El sacrificio mayor o el único, diré, que exije del Erario el proyecto de que trato, es la adquisicion de los cinco buques. Costarían ellos en Inglaterra, viniendo bien provistos de artículos de reemplazo, 310,000 pesos segun el presupuesto del cuandro número 5.º, i como, a mi juicio, este desembolso convendría hacerlo de una vez, seria por esto algo gravoso.

Podria creerse que existiendo la Chile, la Yanequeo i el Magallánes, sólo deberían comprarse por ahora el vapor i dos bergantines, por ejemplo, ahorrando de este modo 80,000 pesos; mas yo pienso que esto seria hacer las cosas a medias, i que resultaría de ello varios inconvenientes.

En tal caso vendria a costar mucho mas el sosten de la escuadra, constantemente armada; pues la Chile sólo consume, casi tanto como los cuatro bergantines propuestos, a pesar que no pueden prestar iguales servicios.

I así por este motivo se habia de conservar desarmado, este buque, entónces nada supondría su existencia para el fomento de la marina.

¿No seria conveniente negociar la venta de los buques, que existen como inadecuados, para el servicio de que el pais necesita, i contar con su producto para la adquisicion de otros mas útiles i ménos gravosos a la nacion?

Por considerable que fuese el quebranto con que Chile vendiese la Chile daria mas de la mitad del importe de los cinco buques propuestos.

I si nó se consiguiese venderla, mas convendría entónces conservarla en estado de desarme, formando ella sola, una reserva respetable de la escuadra, que hacerla servir activamente e imponer al tesoro un gravámen que no es compensado con sus servicios; pues, en efecto, los que presta la Chile no corresponden a sus gastos, exíjiendo ademas una tripulacion numerosa, i siendo su armamento superior talvez a los medios con que cuenta el Departamento.

Basta decir a este respecto, que miéntras la Chile necesita para moverse de 215 hombres entre marineros i grumetes solamente el Vapor i los cuatro bergantines juntos requieren 100.

Creo, pues, que los buques existentes no deben ser un embarazo para la adopcion total del proyecto que trato.

Por lo que hace al desembolso que exije de 300,000 pesos, siendo su objeto proporcionar al pais para doce o mas años un pié de escuadra sin el cual no puede formarse una marina nacional, i que debe bastar para las necesidades mas probables en tiempo de paz i de guerra, no lo reputo en manera alguna de menor importancia que cualquiera de las partidas de presupuesto.

La formacion de este juicio depende del modo cómo se considere a la marina de guerra.

Los espíritus preocupados que no miran en la escuadra sino un elemento de que se puede abusar en el interior i el esterior o los que creen posible que Chile se engrandezca en industria i comercio, sin necesidad de marina, exajerarán el gasto de los 300,000 pesos, i desearán aplazarlo indefinidamente.

Mas si echan la vista sobre el resto del mundo i observan que las naciones mas libres e industriosas son justamente las que tienen mayor fuerza naval, se tentarán talvez a estudiar las relaciones íntimas que hai entre la marina de guerra i la mercante; i entre éstas i el engrandecimiento de un pueblo, principalmente cuando su situacion es tal, que todo le viene por el Océano.

Entónces se verá quizá que el porvenir de Chile está todo entero en sus comunicaciones marítimas; que el Pacífico guarda las llaves de su prosperidad, i que la marina de guerra es quien debe apoderarse de estas llaves, dando impulso i proteccion a la mercante i llevando la seguridad donde quiera que vaya su pabellon. Sobre todo, habiendo como no puede dejar de haber la conviccion de que Chile por la configuracion de su suelo no puede pasarse sin marina, i que cada dia será esta necesidad mas imperiosa, es forzoso comenzar desde ahora a echar sus bases, pues la marina no es un elemento improvisable.

Despues de pensar detenidamente sobre este punto pienso, señor, que el desnivelamiento tan notable que existe entre la fuerza de tierra i la de mar, señala un error de trascendencia en la direccion dada hasta que la fuerza pública, i que es tiempo ya de preparar en Chile un cambio esencial respecto al fomento de su poder militar.

Siguiendo mi propósito, paso ahora a manifestar otros vacíos que presenta al lejislador el Departamento.

Sobre el personal de la Marina

He hablado ya de la necesidad de tener una base de escuadra constantemente armada, i esta necesidad es correlativa de la que el estado mantenga siempre un cuadro activo de marinos, con arreglo a los recursos i necesidades del pais.

Hoi mantiene un cuadro pasivo de oficiales; pero no cuenta con un solo marinero, pues ya he manifestado que respecto a las tripulaciones, rije la práctica de contratarlos cuando necesita armar un buque, despidiéndolos del servicio desde el momento en que se desarma.

Si las ideas anteriormente espustas sobre el material de la marina fuesen adoptadas, entónces tendría el gobierno a sus ordenes 296 marinos, correspondientes a la dotacion de cinco buques, miéntras su ejército de tierra cuenta mas de 2,003 soldados. I solo entónces se podria dictarse una lei de reclutamiento para la marina, que lijase la forma de los enganches i el tiempo i condiciones del servicio.

Para el reclutamiento de marineros, existe en España, i aun se ha trasmitido a algunas de sus ex-colonias, el sistema de la matrícula, segun el cual, la obligacion de servir al pais en la marina solo pertenece a los que se ocupan en las costas, en el oficio de lancheros i pescadores, dándoseles por recompensa de esta carga, un fuero aparte i varios prívilejios.

Semejante base, i la circunstancia de que para hacerse efectiva la matrícula se requiere un mecanismo especial bastante complicado por su número de empleados, hacen, a mi juicio, inaplicable a Chile este sistema de enrolamiento.

Mas sencillo i mas conforme con las instituciones de la República es el enganche, que es el sistema que se observa para proveer el ejército.

Pero al aplicarlo de una manera formal a la escuadra, era preciso hacer en él ciertas modificaciones con arreglo a las especiales exijencias del servicio de mar.

Son ellas mui obvias, i sólo indicaré que el tiempo de las contratas no deberia ser menor de tres años, i que el reemplazo de las tripulaciones no deberia ser simultáneo, sino por partes, a fin de que siempre hubiese en la escuadra, cuando ménos, dos tercios de marineros esperimentados.

Con respecto a los oficiales convendría tambien establecer nuevas condiciones que guardasen armonía con la fuerza naval que tiene el pais. Por haberse seguido ciegamente en esta parte la lejislacion de otras marinas jigantescas, existen en la nacional impropiedades i vicios considerables.

El cuadro número 6 que acompaño a V.S. contiene un estado exacto de los oficiales de uerra mayores i guardias marinas que tiene a sueldo la República, i por él se ve que mantiene trece jefes como si hicieran servicio activo miéntras sólo posee un buque para su clase precisamente el que con mas frecuencia está desarmado. En cuanto a los oficiales subalternos se ve que apénas hai el número suficiente para los buques existentes, miéntras no hai como reemplazarlos por falta de un número bastante de guardias marinas.

De este estado de cosas se sigue que es indispensable alterar esencialmente la forma que hoi tiene el cuerpo de oficiales. No señalaré todos los puntos reformables, pero sí haré resaltar uno que se presenta a mi vista como mui principal, i es el de favorecer la clase de teniente en cuanto sea posible, a fin de hacer este empleo mas duradero en las personas. No debiendo constar la escuadra de Chile de fragatas ni de corbetas, la clase de teniente está llamada a ser la mas activa, i aun en cierto modo, la que todo lo haga. De modo que se puede considerar el ascenso de un teniente como una pérdida para la escuadra, i conviene por lo tanto hacerlo difícil contando con que los de esta clase permanecerán en ella muchos años.

En la marina inglesa se cubren de canas las cabezas de centenares de tenientes, i aun muéren muchos en esta clase despues de treinta años de servicios. No diré que otro tanto deba suceder entre nosotros, aunque mayores razones haya talvez para ello que de Inglaterra; pero si miéntras no tengamos fragatas ni corbetas el ascenso de un teniente no debe ser prodigado. Para adoptar este sistema, es menester realzar esta clase i darle un sueldo que pueda bastar a las modestas necesidades de un decente padre de familia, tal por ejemplo, como el que disfrutan los tenientes de la marina de los Estados Unidos.

El estímulo que les quedará entónces a los de esta clase (pues el oficial conviene siempre que tenga estímulos para adelantar en su profesion) será el de obtener el mando de un buque, i la competente gratificacion, en razon de sus méritos, i a eleccion del Gobierno, pues sólo los ascensos forzosos, para llenar vacantes, convendrían que fuesen hechos por antigüedad. Tambien podria concedérseles un pequeño aumento de sueldo, segun los años de servicio, como se hace en la marina inglesa; asígnándoles, por ejemplo, cinco pesos mas por cada cinco años de servicio activo a bordo.

En resumen, muchos guardias marinas, suficiente número de tenientes de ámbas clases, pocos capitanes de corbeta i de fragata, un solo capitan de navio, nada de almirantes ni contraalmirantes, éstas son, a mi juicio, las bases sobre que debe fijarse el cuadro activo de la oficialidad de la escuadra. I hago presente a V.S. que para realizar las modificaciones que he indicado i otras de igual jénero, no considero preciso aumentar los 32,3 52 pesos que hoi consume al Erario la oficialidad, sino distribuir esta misma suma, mas o ménos, de una manera análoga al servicio i a las circuntancias especiales de la marina del pais.

El Arsenal

En el año de 1825 se dió al Arsenal una planta que hoi podría pasar justamente por lujosa, sin embargo de que entónces se adoptó, segun lo espresa el decreto, para economizar 5,000 pesos anuales, en los sueldos de sus empleados. Fueron éstos reducidos al número de veinticinco, sin entrar entre ellos un comandante, un guarda-almacenes, un contador i un constructor naval.

Posteriormente, en el año de 1828 fué suprimido el Arsenal lo mismo que la Comisaría de Marina, por el Congreso, mandando desempeñar sus funciones que debieron quedar reducidas a mui poca cosa, por empleados de otros ramos.

Por último en el año de 1838 fué restablecido i se le dió la forma que hoi tiene, con diferencia sólo de la plaza de comandante de Arsenal, que se ha agregado recien en el año pasado, siendo actualmente su gasto anual no mas que 5,491 pesos 4 reales. Es claro que con esta planta no puede el Arsenal desempañar todos los objetos de su instituto, a saber: servir de almacen de pertrechos para la escuadra i recibir en depósito los escluidos de ella. Tampoco hai en él maestranza alguna, i cuando se ofrece hacer una reparacion o cualquiera obra en los buques se acude a los talleres públicos de esta ciudad, se contrata los artesanos que se requieren.

Se halla pues reducido el servicio del Arsenal a recibir i conservar en depósito, bajo de cuenta i razon, los artículos escluidos de los buques. No hai en él provision de pertrechos nuevos, i siempre que se necesitan se ocurre a los almacenes de esta plaza.

¿Es bueno este sistema? ¿Lo será en el caso de formar una escuadra compuesta de cinco buques constantemente armados? Bien examinado todo creo que sí. Primeramente, raro es el artículo que se necesita en nuestros buques, que no se encuentre en venta en esta plaza. En segundo lugar no son tantos los que consume una pequeña escuadra que sea considerable, la ventaja de comprarlos por mayor; i aunque lo fuera estaría contrapesada con el gasto que se haria en conservarlos i con el deterioro que sufririan en caso de estar depositados oor mucho tiempo.

Digo lo mismo acerca de la maestranza. No son tantas las obras que exijen nuestros buques, como para tener artesanos constantemente a sueldo. Por lo tanto creo que nuestra Escuadra debe ser asistida en sus pertrechos i reparaciones como lo son los buques estranjeros que hacen estacion en el Pacífico, a saber con sus propios recursos i con los que presenta esta plaza, bastante activa i mercantil para llenar tales objetos; siendo por consiguiente bien calculada la planta económica que hoi tiene el arsenal. Sólo dos exijencias presenta, a mi juicio: la de un almacen sólido i conveniente para conservar sin deterioro los artículos escluidos, i un aumento de siete marineros en la tripulacion del bote arsenal.

Acerca de la primera necesidad debo hacer presente que el arsenal que existe es un mal galpon, pequeño, sin seguridad i donde penetran las aguas i el viento, i que hace ocho años que votaron las Cámaras 16,000 pesos para la construccion de un almacen de arsenal sin que hasta ahora se haya realizado una obra que no sólo es útil i necesaria, sino tambien económica.

Capitanías de puertos

Voi a hablar en jeneral de las capitanías de puerto de la República, pues ya he manifestado a US. que la Comandancia jeneral hasta ahora ha estado en contado con ellas. Desearia conocer con exactitud el material i el personal de que constan i saber tambien el producto que rinde al Tesoro los derechos de toneladas, de anclaje i del rol en todos los puertos para proponer al Gobierno las reformas que creo urjentes en estas oficinas.

Sólo diré en jeneral que hai puertos menores i habilitados que ya necesitan, por su concurrencia de naves, tener un capitan o teniente de puerto que cuide de su policía i ejecute órdenes de la Comandancia Jeneral, no ménos importantes para la Marina que para el Tesoro. Tales son, por ejemplo, el Huasco i el Papudo, donde se hace cada dia un tráfico mas considerable. Añadiré tambien que tengo motivos para creer que no todos los puertos de la República que tienen capitan se hayan servidos como era de desearse; i por último, que estos empleados no tienen mas leyes ni mas responsabilidad que las que les impone la censura pública, hallándose hasta este puerto de Valparaiso, el principal de la República i del Pacífico sin reglamento alguno.

Esta revelacion tan grave, basta mostrar cuántas reformas i cuántas medidas son necesarias para regularizar el servicio de las capitanías de puerto.

Por lo que respecta a la de Valparaiso, mucho hai por hacer. Su oficina es servida por un sólo oficial con el sueldo de 25 pesos; i las operaciones numerosas e importantes del puerto las desempeña un sólo ayudante, por lo regular el cual es un oficial de la Escuadra con su sueldo de tierra i sin gratificacion alguna. Entre tanto el jefe tiene que estar dia i noche en su despacho para dar i recibir las órdenes que ocurran, asediado por las demandas continuas que llevan a su tribunal las tripulaciones de sesenta u ochenta buques surtos en la bahía.

Siendo el capitan de puerto el único jefe comun de este pueblo flotante, fácil es apercibirse de cuanto conviene, fijar sus atribuciones i darles los ausilios necesarios para cumplir sus deberes. Numerosos son los que le impone la ordenanza española, pero este uno de los ramos del Departamento, que no puede rejirse sino por leyes propias.

En todas partes del mundo cada puerto tiene su reglamento especial dictado con arreglo a su configuracion, a la calidad de su fondeadero, a los vientos reinantes, a su concurrencia de naves i en fin, a todas las circunstancias locales.

Ademas la Ordenanza Española da a las capitanías de puerto una organizacion que no se ha planteado nunca en la de Valparaiso por falta de empleados i de sistema en su provision. Dejando al reglamento, que a mi juicio conviene dar cuanto ántes a este puerto el arreglo de su servicio, i la adopcion de un sistema cualquiera orgánico, haré sólo una indicacion sobre uno de los puntos mas importantes de esta materia. Tal es el de la colocacion de las naves en el puerto. De ella depende esencialmente la represion del contrabando i el cumplimiento de todas las disposiciones que tienen por objeto la conservacion del óiden i buena policía en la rada.

Con conocimiento, sin duda, de la importancia de este punto, se espidió el decreto de 8 de Agosto de 1825, en que se detalla el órden en que deben colocarse las embarcaciones; pero desgraciadamente nada se dispuso acerca de los medios de llevarlo a ejecucion i queda hasta ahora sin efecto a pesar de los esfuerzos que han hecho para darle cumplimiento. Porque debe tenerse presente que la colocacion ordenada de las naves es una operacion mas difícil i larga en este puerto que en ninguno otro, a causa de la profundidad de su fondeadero i del movimiento continuo en que tienen a la bahía la entrada i salida diaria de embarcaciones. Habiendo tales inconvenientes i aun cuando no los hubiera, no puede ser desempeñada la operacion de dar colocacion a los buques por los empleados ordinarios de la Capitanía, los cuales apénas bastan a llenar sus propios deberes; i es indispensable por lo tanto proveer una de las plazas que señala la Ordenanza española para este esclusivo objeto, con el título de práctico mayor. Este empleado que deberia ser un marino intelijente, que podia talvez ser costeado con un módico aumento, hecho a la imposicion de anclaje, servirá sobre manera para asistir los trabajos profesionales del puerto, i desempeñaría todas las comisiones pertenecientes al ramo de práctico que no hai actualmente a quien conferirlas.

Comisaría de Marina

Si se tratase en esta ocasion de apreciar los servicios que presta esta oficina al Departamento, no emplearía palabras en su elojio, sino que citaría hechos notables. Pero mi propósito se reduce ahora a manifestar los vacíos i necesidades que se notan en las secciones de este ramo, a fin de que sean llenados por el lejislador; sólo voi, pues, a hablar de la Comisaría bajo este aspecto.

Los comisarios me han hecho presente, que el reglamento de cuenta i razon es bien concebido confirmando cada dia la esperiencia la justicia de sus bases.

Es sin embargo susceptible de algunas mejoras, que pueden hacerse gradualmente, i si alterar su esencia. Las disposiciones por ejemplo relativas a la compra de pertrechos navales, i a la junta económica, admiten a mi juicio algunas reformas, que no creo aun llegado el tiempo de esponerlas, porque deseo que mis ideas sean mas maduradas por la práctica.

La provision de víveres a la Escuadra se hace por contrata, i bajo la inmediata inspeccion de los comisarios; sobre este punto no tengo mas que observar sino que conviene reducir los artículos que se suministran por contrata, a aquellos solamente que pueden no encontrarse en venta en la plaza en un momento dado, la carne salada por ejemplo; debiendo ser comprados los demas adonde se hallase de mejor calidad i a un precio mas equitativo.

De este modo, i por medio de la concurencia, creo que los buques serán provistos, respecto de ciertos artículos, con víveres de mejor calidad.

Corresponde tambien hablar en este lugar de la provision de agua que se hace a los buques de la bahía: ramo monopolizado, concedido a un individuo en premio de servicios, sin intervencion alguna por parte de la Comandancia Jeneral. Creo de mi deber informar a V.E. que este ramo es lucrativo, i que tan luego como concluya el término por el que se ha concedido, debe ser rematado públicamente a beneficio de algun establecimiento de la marina, regularizando ademas su servicio, e imponiendo una responsabilidad bien determinada al que lo tomare a su cargo.

Acerca del principal instituto de la Comisaría, que es la contabilidad, tengo que proponer a U.S. una reforma considerable en cuanto a la planta que hoi tiene esta oficina. Inútiles serán todas las fatigas i el esmero de los comisarios a fin de llevar con claridad i órden las cuentas del Departamento, si los contadores de los buques no tienen aptitudes para llenar exactamente sus deberes. Si no hai buena contabilidad a bordo no puede haberla en la contaduría del Departamento.

Se presenta, pues, como un importante problema de este ramo, el de encontrar un sistema por el cual todos los contadores de los buques tengan las condiciones necesarias para desempeñar bien sus funciones. I digo sistema porque si se deja a la eleccion el nombramiento de los contadores, nunca habrá seguridad de hallarlos cuáles se necesitan.

Este cargo supone un arte o profesion; algo mas, requiere una práctica especial, i por esto es que en otras partes del mundo, no se admite un contador a bordo sin previo exámen.

Mas si entre nosotros se establece la misma forma, tampoco habremos adelantado mucho, porque no hallaremos fácilmente en el pais quienes estén prontos a rendir exámenes sobre la contabilidad a bordo. Es necesario, pues, educarlos, o ejercitarlos en su oficio ántes de que acepten su responsabilidad.

Para llenar este objeto, he encontrado felizmente en una idea que pertenece a US. un medio de fácil ejecucion, i que reúne ademas otras muchas ventajas para la marina. Tal es la de dar una nueva planta a la Comisaría, segun la cual pueda ella suministrar a los buques los contadores que necesiten.

Es claro que no podria proporcionarse una escuela mejor a los contadores que la misma oficina con quien tiene que entenderse, i que se ocupa de las mismas cuentas que deben encomendársele. Por otra parte, aquella oficina se hará de este modo responsable solidaria de la contabilidad del Departamento, i no podrá disculparse justamente con la inhabilidad de los contadores de los buques.

Estará tambien mejor servida, pues siempre que un buque se desarme, su contador no quedará sin ocupacion como sucede ahora i con sueldo, sino que pasará a trabajar a la Comisaría.

Otra ventaja notable tambien ofrece este sistema, i es la de dar a los contadores de buques un estímulo que hoi no tienen, poniéndolos en una escala de ascensos i en aptitud de poder ser comisarios, segun fueren sus servicios. En resúmen, por cualquier aspecto que se examine este proyecto, no presenta a mi juicio, sino ventajas; i a fin de que no halle su adopcion dificultad alguna en el ánimo de US. acompaño en un cuadro separado el plan de la nueva planta de la oficina, con el presupuesto de sus gastos.

Por él se demuestra, que estos solos escedena los anteriormente hechos en una cantidad insignificante, sin embargo de que los sueldos son correspondientes al trabajo i a la importancia de la oficina; i que atraerán a ella jóvenes de aptitudes i de ideas, como se necesitan.

BRIGADA DE INFANTERÍA DE MARINA

Este cuerpo es la única fuerza que hai estable i sistemada en el departamento, i si la escuadra hubiera de continuar en su actual estado incertidumbre, la coexistencia de una brigada permanente, i de una marinería eventual formaría una contradiccion notable. No exije este cuerpo sino tiempo para organizarse. El número de sus plazas que es pequeño i perfectamente adecuado al servicio que debe prestar, aun no está completo. Ha sufrido algunas deserciones, pero las mas sin perjuicio del tesoro, i muchos de sus autores han sido juzgados en consejo de guerra i sufrido la pena de la lei.

Secretaría de Marina

Tampoco exije esta oficina otro ausilio que el del tiempo. El arreglo de su archivo i de los libros que deben llevarse ocupan actualmente la atencion del secretario; i dentro de poco espero que serán llenados estos objetos.

El despacho ordinario de la Comisaría Jeneral tomará cada dia mayor amplitud, i mas regularidad tambien.

Marina Mercante

Está ya reconocida como un principio en los paises marítimos que no puede haber marina de guerra donde no hai marina mercante; i fúndase esta doctrina principalmente, en que ningun gobierno es tan rico que pueda educar i formar todos los marineros que necesita para proveer constantemente su escuadra, debiendo ser costeado este primer elemento de la marina de guerra por el desarrollo natural del comercio i de la industria, es decir, por los capitales de toda la nacion.

Voi a comparar ahora el pié en que se halla la marina mercante de Chile con la fuerza naval que a mi juicio necesita.

La configuracion casi insular del territorio de la República, i los ejercicios de pesca i de lanchas a que se entregan los habitantes de las costas, han hecho exajerar talvez el número de marineros que hai en Chile. Los pescadores i lancheros distan mucho por su pericia i sus hábitos de lo que debe ser un marinero, i aun tienen para servir a bordo i alejarse de las costas la misma resistencia que los habitantes del interior.

El mejor modo, pues, de calcular el número de marineros nacionales, es por medio de los roles de los buques mercantes, i haciendo este cálculo con ciertas ampliaciones que creo justas, resulta hai en Chile de 700 a 800 marineros para tripular 120 buques mercantes. Pequeño parecerá este número si se considera cuantos marineros se han educado en nuestra escuadra sólo de diez años a esta parte; pero debe tenerse presente que las Repúblicas del norte nos arrebatan muchos marineros pagándoles mejor sueldo; i es de advertir tambien, que no pocos de ellos abandonan para siempre la vida del mar desde que han sufrido por algun tiempo sus fatigas.

Ahora pues, habiendo 700 marineros nacionales, ¿bastará este número para servir de base a la tripulacion de cinco buques de guerra? Es claro que sí; pues que en estos sólo se emplean 270 incluyendo las clases, segun lo demuestran los cuadros 3 i 4. De este modo práctico se contestan a los que creen que la República no puede fomentar su fuerza naval por carecer de marina mercante.

Debe tenerse presente, ademas, que el principio de que no puede haber marina de guerra donde no hai marina mercante, sufre en la práctica modificaciones considerables. Dígalo si no la Francia cuya actual marina de guerra, segun los cálculos mas acreditados, necesitaría de 60,000 hombres para estar bien tripulada, miéntras que su marina mercante sólo le da 24,000 marinos.

Léjos de ser una aplicacion jeneral ese principio, lo contrario puede observarse en países de una marina naciente, donde la que sostiene el gobierno sirve de fomento a la mercante, i favorece su desarrollo; no sólo por la seguridad i proteccion que le da, sino tambien porque crea elementos, que de otro modo no nacerían en el pais.

Un hecho práctico lo confirma en Chile; i es, que los pilotos hijos del pais que tiene la marina mercante, han sido formados en la escuadra. Si esta se hallase en un pié de órden i estricta disciplina, ¿quién duda que serviría de ejemplo a los buques mercantes, i aun les suministraría brazos útiles, planos de costas, observaciones científicas, i otros elementos, que la marina mercante por falta de medios no puede producir? Este es, pues, un motivo mas para fomentar la marina de guerra.

Voi a considerar ahora la marina mercante bajo otros aspectos.

A mas de ser una base de defensa por sus relaciones con la marina de guerra, ella es un ramo de industria, i un medio de comunicacion. Por estos caractéres que reviste, la protejen decididamente las leyes. Pero conviene averiguar cuáles son los frutos de esta proteccion.

Es preciso partir del principio que hai ciertos ramos de industria, o de servicio personal, que por mas que la lei los proteja para arraigarlos en el pais, se resisten a ello tenazmente, porque la base de toda industria es la ganacia, i cuando esta falta la lei se vuelve impotente. Hai tambien ramos de industria en que la competencia del estranjero debe vencer forzosamente a los nacionales.

Estas dos circunstancias tiene en contra la marina mercante en Chile. La construccion de buques, i su servicio personal, no son los negocios mas productivos en el pais, ni en ellos pueden competir los nacionales i los estranjeros que tienen mejores medios i mas necesidad tambien. Este es el motivo porque la marina mercante de Chile, como la de todas las repúblicas hispano-americanas, atrasadas en las artes i dueñas de un rico i despoblado territorio, se desarrolla lentamente.

Ei número de buques que toman el pabellon nacional desde que se dió la lei de navegacion, es de 12 a 20 por año, sin que se note una progresion fija, pues a veces se observa descenso. Este desarrollo anómalo, i que no obedece todavía a una lei jeneral, demuestra que aun no se ha establecido en el país una corriente mas ó ménos fuerte hácia las especulaciones marítimas. I esta corriente no la formarán las leyes por si solas, a no ser que se quisiese violentar la industria, i sacarla de su quicio, lo que no seria racional. Pero pueden, si, dar fuertes estímulos a la marina mercante, i combatir indirectamente las resistencias que encuentra en su infancia. Bajo este solo aspecto, pues se presenta la cuestion de si la rebaja de derechos i los privilejios que concede la lei a los buques nacionales ¿pueden ser aumentados sin que por ello reciba el comercio i el Fisco un perjuicio mayor que el provecho que sacaria con tal aumento la marina mercante? Siento tener que limitarme por ahora a proponer el problema, pues para su resolucion necesitaría tener datos que no existen en el Departamento. Mas espero que no tardaré mucho en adquirirlos por medio de la oficina especialmente consagrada a los intereses de la marina, i para otra ocasion me reservo cumplir con el deber de esponer a US. mi dictámen en tan importante materia.

Hai, sin embargo, en la lei de navegacion dos disposiciones dirijidas al fomento de la marina mercante, sobre las que puedo desde luego hacer algunas observaciones que creo de interes.

Una de ella es la que contiene el artículo 23, donde se manda que la tripulacion de los buques nacionales se componga cuando ménos de tres cuartas partes de marineros chilenos, para la época presente. Claman altamente contra esta disposicion los capitanes de buques nacionales, pues dicen que no pueden cumplirla por no haber para ello suficiente número de marineros del pais.

Es tambien mui recibida entre los estranjeros la opinion de que esta exijencia de la lei de navegacion es la causa de que no se nacionalice anualmente mayor número de buques. Mas, por mi parte no hallo justicia a tales reclamos, ni exactitud en semejante modo de discurrir.

Si se dijera que el gravámen de tener forzosamente tres cuartas partes de la tripulacion servida por marineros nacionales, es mayor que las ventajas con que la lei lo compensa; ésto mereceria ventilarse, pues es justo que no imponga la lei mayor gravámen que el que puede indemnizar con sus favores.

Pero, pretender relajar las condiciones de la lei de navegacion por decir que no hai suficiente número de marineros hijos del país i con el objeto de que haya mas buques nacionales, aunque no mas marina, esto es sofístico i destituido de razon. Si no hai marineros hijos del pais, que los formen los capitanes de buques. I si no hai inclinacion a la profesion del mar, que la formen tambien ellos mismos hasta donde sea posible, pagando mejor el servicio; pues para este objeto es precisamente que la lei concede favores especiales a los buques que tremolan el pabellon nacional.

¿Ni qué ganaría la República por tener mayor número de buques con el mismo número o menor probablemente, de marineros nacionales?

Si los buques se construyesen en el país, habria al ménos una ventaja; pero no tratándose sino de buques comprados, no quedaría mas ventaja, que la de que sus dueños fuesen ciudadanos chilenos. I esta ventaja no es la que busca la lei, sino la de tener mas marina; esto es, la de tener marineros hijos del país i de arraigar en en él los diferentes ramos de la industria naval.

No sostendré la misma opinion acerca de la escuadra. En los buques de guerra no puede observarse la lei de navegacion, porque no hai todavía medios legales suficientes para atraer a su servicio marineros nacionales. Ya he manifestado a US. el vacío tan negable que hai a este respecto i cuánta falta hace una lei de reclutamiento para la marina.

La Francia tiene su conscripcion; la España la matrícula; la Gran Bretaña un ventajoso enganche en tiempo de paz i la fuerza en tiempo de guerra. Mas, la República nada ha provisto aun para su marina, a pesar de que el ejército i las guardias nacionales tienen sus leyes respectivas. Ninguna gratificacion se ofrece para enrolarse en la escuadra i aun el sueldo que se paga a los marinos es mucho menor que el que ganan en los buques mercantes, a pesar de que en éstos son menores sus fatigas.

Repito, pues, que miéntras dure este estado de cosas, no puede observarse en la escuadra la lei de navegacion. I de hecho no se observa.

No obstante que hai un empeño i celo decidido por enrolar marineros chilenos, nunca se encuentran bastantes para componer la mitad de la tripulacion de la Chile.

La otra disposicion a que me he referido es la del artículo 24 de la lei de navegacion, en que se previene que desde el año 1848, todos los buques nacionales deben ser mandados por capitanes chilenos.

Para que US. vea cuán irrealizable será esta disposicion, bastará poner en su noticia que he pedido informe a la capitanía de puerto sobre el número de pilotos hijos del pais que hai actualmente i se me ha contestado que tres. ¿Podrá haber 150 para el año 1848?

Esto demuestra que se ha cometido una falla lamentable en no haber establecido ántes de ahora una escuela náutica. I sorprenderá talvez que esto se díga cuando data del año 24 el primer decreto mandando fundar una escuela náutica i cuando se halla destinado en su mitad el rendimiento del derecho faro a su sostenimiento; pero el hecho es que nunca ha existido tan importante institucion sobre bases sólidas. Largo seria bosquejar en esta vez la historia efímera de nuestra escuela náutica. Ha existido en ciertas épocas a cargo de un oficial ilustrado de la marina i ha producido algunos bienes que pueden reducirse a los conocimientos que hoi muestran los tenientes i guardias marinas de la escuadra.

En otras épocas i hoi mismo se halla agregada su enseñanza como una axcecion insignificante a una casa particular de educacion i bajo la inspeccion de la municipalidad de Valparaiso. ¿Puede esto llamarse escuela náutica? ¿Qué razon hai, por otra parte, para encargar al ayuntamiento de un pueblo la direccion de un estableciento tan altamente nacional?

Mi predecesor consagró esfuerzos especiales a la organizacion de la escuela náutica i presentó al Gobierno un reglamento que fué aprobado i que hoi rije nominalmente. No haré un exámen prolijo de este reglamento, obra forzada de las circunstancias; pero baste saber que segun él, debe ser confiada la enseñanza náutica a una casa particular de educacion i bajo el impulso de la Municipalidad, para conocer su imperfeccion i la estrechez de sus bases; el hecho es que desde el principio se ha visto que no es capaz esta lei de producir los efectos que se han tenido en vista.

No creo preciso exajerar la importancia i necesidad de la escuela náutica, porque todas las administraciones del pais se han mostrado animadas de una misma conviccion a este respecto. La enseñanza del pilotaje no puede confiarse, como la del marinero, al interes individual de los capitanes de buques mercantes. Ellos no pueden formar pilotos para el año 48; i si la lei de navegacion a ha de cumplirse algun dia sobre este punto, es preciso que la nacion costee una escuela náutica. Permítame US. robustecer esta indicacion con la conducta de un gobierno americano. La escuadra de Venezuela es bien pequeña, i en estremo económica, porque que sólo es calculada para impedir el contrabando. Sólo consta de un vapor i de algunas embarcaciones menores que hacen de guarda-costas un gasto anual en el departamento de Marina sólo asciende a setenta i tantos mil pesos i sin embargo, figura en este gasto la cantidad de $4,000 para sostener una escuela náutica. En Chile con los derechos que hai destinados a este establecimiento i con otros mui pequeños que pueden crearse en el mismo departamento de marina, es posible fundar una escuela náutica tan bien servida como la academia militar.

Tiempo es ya de dar fin a este informe, aunque queden pendientes otros objetos importantes de la marina. Cuando están por resolver sus mas vitales cuestiones, i por echar sus bases no es por cierto la oportunidad de entrar en detalles, ni de abrazar el vasto campo que presenta. Mi propósito ha sido secundar el celo que US. ha manifestado en favor de la marina, esponiéndole algunos datos seguros, e ideas que pueden ser útiles despues de pasar por el maduro exámen del lejislador.

Dios guarde a US. —Joaquin Prieto. —Al señor Ministro de Estado en el Departamento de Marina.
Razon de los gastos causados por la marina nacional de guerra en los cuatro años corridos desde Enero de 1836 a fin de Diciembre de 1839
BUQUES QUE CAUSARON
EL GASTO
Cañones
que montaban
Tripulacion AÑOS Gasto
en sueldos
Gasto en víveres,
artículos navales
i composiciones
Total
Fragata "Monteagudo" 28 208
Corbeta "Libertad" 24 166 En 1836 5,182.4 47,985.3 53,167.7
Corbeta "Valparaiso" 16 125 En 1837 72,657.1 231,971.2 304,628.3
Beigantin "Aquiles" 20 143 En 1838 198,944.5 104,020.1 302,964.6
Barca "Santa Cruz" 12 75 En 1839 126,640.4 94,555.7 221,196.3
Bergantin "Orbegoso" 10 75
Bergantin "Arequipeño" 10 75
Bergantin goleta "Colocolo" 7 50
Bergantin goleta "Janequeo" 7 50
Goleta "Peruvian" 1 29
403,424.6 478,532.5 881,957.3

Nota. —En los gastos de la marina no se han incluido los $ 40,000 en que se compró la corbeta Valparaiso, ni tampoco los $ 11,500 de la Janequeo. Del mismo modo no figuran en el gasto $ 133.405 que se pagaron por los buques trasportes de la segunda Espedicion Restauradora del Perú, ni varios otros gastos de víveres, etc., para el ejército expedicionario.

Comisaría del Ejército i Marina. —Valparaiso, 15 de Mayo de 1844.

DEMOSTRACION
Gasto total causado desde Enero de 1836 a fin de Diciembre de 1839, segun el presente estado $  881,957.3
Gasto total desde Enero de 1840 a fin de Diciembre de 1843, segun el siguiente estado número 2 275,298.7
Total de gastos en los ocho años referidos $  1.157,256.2
Esta suma, distribuida en los ocho años, corresponde a cada uno 144,579
Estado demostrativo del gasto que han causado al Erario los buques de guerra de la marina nacional, en los cuatro años corridos desde el 1.° de Enero de 1840 a fines de Diciembre de 1843, con espresion de las cantidades invertidas en sueldos, etc.

AÑOS

Fragata "Chile". —Desde el 12 de Mayo
de 1840 que llegó de Burdeos hasta fines
de Diciembre de 1843.

AÑOS

Corbeta "Libertad". —Desde el 1.°de
Enero de 1640 hasta fines de Abril del
mismo año que fué desarmada.
Sueldos
Viveres
Articulos
navales, etc.

Total Sueldos
Viveres
Artículos
navales, etc.

Total
1840 19,795.3 4,869.6 5,574.2 30,239.3 1840 6,414.4 1,929.1 3,215.4 11,559.1
1841 21,204.6 13,589.1 11,498.4 46,292.3 1841 ...
...
...
...
1842 39,667.4 14.744.0 12,336.0 66,747.4 1842 ...
...
...
...
1843 12,689.1 8,298.6 9,367.7 30,355.6 1843 ...
...
...
...
Totales 93,356.6 41,501.5 38,776.5 173,635.0 Totales 6,414.4 1,929.1 3,215.4 11,559.1
AÑOS
Bergantín goleta "Colocolon. —Desde Enero
de 1840 a fines de Julio 1842 que fué vendida
en remate público.
AÑOS
Bergantin goleta "Janequeo". —Desde
Enero de 1840 a fines de Diciembre
de 1843.
Sueldos
Viveres
Articulos
navales, etc.

Total Sueldos
Viveres
Artículos
navales, etc.

Total
1840 8,224.0 2,286.1 3,084.4 14,394.5 1840 8,544.3 2,067.5 1,980.3 12,592.3
1841 9,085.7 2,320.7 4,513.7 15,920.5 1841 7,558.3 2,169.4 2,472.1 12,200.0
1842 341.2 218.3 ...
559.5 1842 10,533.6 4,236.7 3,125.5 17,896.2
1843 ...
...
...
...
1843 9,448.2 3,029.5 114,063.3 16,541.2
Totales 17,651.1 4,825.3 8,398.3 30,874.7 Totales 36,084.6 11,503.5 11,641.4 59,229.7

RESÚMEN

Gasto total de la fragata "Chile" $ 173,635.0
Gasto total de la corbeta "Libertad" 11,559.1
Gasto total del bergantín "Colocolo" 30,874.7
Gasto total del bergantín "Janequeo" 59,229.7
GASTO Total $ 275,298.7

Causado desde el 12 de Mayo de 1840 a fines de Diciembre de 1843.

Causado desde el 12 de Enero de 1840 a fines de Abril del mismo año.

Causado desde el 12 de Enero de 1848 a fines de Julio de 1842.

Causado desde el 12 de Enero de 1840 a fines de Diciembre de 1843.

En los cuatro años.

Comisaría del Ejército i Marina. —Valparaiso, 15 de Mayo de 1844.
Presupuesto del gasto que causa un bergantín goleta armado en guerra de 200 a 240 toneladas i tripulado con hombres de comandante a paje

N
ú
m
e
r
o

CLASES. —CONSIDERANDO EL BUQUE DE I A 14 CAÑONES

Sueldos i gratificacion
mensual designada
por reglamento

Total
del sueldo i
gratificacion
mensual

Total
del sueldo
i
gratificacion
anual

Sueldo
Gratificacion
1 Teniente primero (comandante) $ 48 $ 30 $ 78 $ 936
2 Tenientes segundos 35 20 110 1,320
1 Guardia marina examinado 24 10 34 408
3 Guardias-marinas sin exámen 15 10 75 900
1 Contador de segunda clase 35 20 55 660
1 Cirujano primero 48 15 63 756
1 Condestable primero

30 360
1 Contramaestre segundo

25 300
1 Carpintero primero

30 360
1 Carpintero segundo

20 240
1 Guardian primero

20 240
1 Guardian segundo

18 216
1 Bodeguero pañolero

15 180
2 Bodeguero

15 180
2 Capitanes de alto 15
30 360
2 Capitanes de castillo 15
30 360
1 Cabo de luces

15 180
3 Timoneles 16
48 576
2 Capitanes de alcázar 15
30 360
1 Mayordomo del comandante

15 180
1 Mayordomo de oficiales

15 180
1 Mayordomo de guardias-marinas en clase de marinero primero

10 120
1 Cocinero del comandante

15 180
1 Cocinero de oficiales i guardias marinas

15 180
1 Cocinero de equipaje

15 180
2 Ayudantes del condestable 10
32 384
1 Calafate segundo

15 180
1 Patron de lancha

16 192
1 Patron de bote

14 168
1 Despensero

20 240
6 Marineros primeros 10
60 720
6 Marineros segundos 8
48 576
6 Grumetes 6
36 432
3 Pajes 4
14 144

TROPA DE GUARNICION



1 Subteniente Los sueldos de la tropa no se consideran, en este presupuesto en razon de que deben fotmar parte de la brigada de la infantería de marina, cuyo gasto se presupuestó por separado.





1 Sarjento segundo



2 Cabos



10 Soldados



1 Corneta



75 Son setenta i cinco hombres. Sueldos
 1,097
$ 12,948
Número


CLASES. —CONSIDERANDO EL BUQUE
DE 1 A 14 CAÑONES


Sueldo i gratificacion mensual designada por reglamento.

Total de sueldo gratificacion mensual
Total del sueldo i gratificación anual

Sueldo

Gratificacion


En víveres. —El valor de la racion de armada que goza un individuo embarcado, es de 4 pesos 6 reales al mes, segun la contrata relebrada e presente año. De suerte que los 75 individuos de la dotacion consumen en víveres ...
...
356.2  
4,275


En articulas navales. —Se calcula aproximadamente por el que hacen otros buques de guerra de igual porte ... ... 166.5¼ 2,000

Suma Total DEL GASTO

$ 1,601.7¼ $ 19,223

DEMOSTRACION Gasto mensual
Gasto anual


Sueldo de la dotacion de comandante a paje $

1,079     $

12,948


Gasto en víveres para 75 individuos

356.2  

4,275


Gasto en artículos navales i composiciones

166.5¼


2,000


Total $

1,601.7¼
$

19,223


Gasto de tres buques mas iguales al demostrado

4,805.5¾


57,669

Gasto total de los cuatro buques $

6,407.5   $

76,829


Comisaría del Ejército i Marina. —Valparaiso, 15 de Mayo de 1844.
Presupuesto del gasto que causa un vapor de guerra de 900 toneladas con la fuerza de 300 caballos i tripulado con 96 hombres de capitan a paje, inclusos los operarios de la máquina:
N
ú
m
e
r
o
Sueldo i
gratificacion
mensual
Total del
sueldo i
gratificacion
mensual
Total del
sueldo i
gratificacion
anual
  Sueldo   Gratificacion
1 Capitan de fragata $ 127
$ 35
$ 162
$ 1,944
1 Teniente primero 48
20
68
816
2 Tenientes segundos 35
20
110
1,320
2 Guardia marinas examinados 24
10
68
816
4 Guardia marinas sin exámen 15
10
100
1,200
1 Contador de primera clase 48
35
73
876
1 Cirujano primero 48
15
63
756
1 Condestable primero

30
360
1 Contramaestre primero

30
360
1 Carpintero primero

30
360
1 Carpintero segundo

20
240
1 Guardian primero

20
240
1 Guardian segundo

18
216
2 Bodegueros 15

30
360
2 Capitanes de alto 15

30
360
2 Capitanes del castillo 15

30
360
1 Cabo de luces

15
180
3 Timoneles 16

48
576
2 Capitanes de alcázar 15

30
360
1 Mayordomo del comandante 

15
180
1 Mayordomo de oficiales

15
180
1 Mayordomo de guardias-marinas en clase de marinero primero

10
120
1 Cocinero del comandante

15
180
1 Cocinero oficiales i guardias marinas

15
180
1 Cocinero de equipaje

15
180
2 Ayudantes del condestable 16

32
384
1 Calafate primero

15
180
1 Patron de lancha n de botes

16
192
2
Patron de de botes
14

28
336
6 Marineros primetos (diez de ellos para el trabajo de las hornillas) 10

160
1,920
6 Marineros segundos 8

48
576
6
Grumetes 6

36
432
3
Pajes 4

12
144
1 Maestro de víveres

30
360
1
Despensero

20
240

TROPA DE GUARNICION



1 Teniente Los sueldos de la tropa no
se consideran en este presupuesto
en razon de que deben formar
parte de la brigada de infantería
de marina, cuyo gasto se
presupuestó por separado




1 Sarjento primero



2 Cabos



10 Soldados



1 Corneta



N
ú
m
e
r
o



Sueldo i
gratificacion
mensual

Total del
sueldo i
gratificacion
mensual

Total del
sueldo i
gratificacion
anual
Sueldo
Gratificacion

OPERARIOS DE LAS MAQUINAS



1 Injeniero primero

100
1,200
1 Injeniero segundo

75
900
2 Operarios para las máquinas 25

50
600
2 Bombarderos 20

40
480
96 individuos

$ 1,722
$ 20,664

GASTOS




En víveres. —El valor de la ración de armada de que goza el individuo embarcado es de 4 pesos 6 reales mensuales. De suerte que los 96 individuos de la dotacion consumen en víveres

556
5,472

En carbon. —Bajo el supuesto que en cada año haga los viajes siguientes:




2 al norte hasta Copiapó, 6 dias de ida i vuelta en cada uno son 12 dias




2 al sur hasta Chiloé, 7 id., id 14 dias





26 dias




Son veintiséis dias i en cada uno consume 30 toneladas, suponiendo que las máquinas obren siempre con toda su fuerza i que el buque no haga uso absolutamente de sus velas.




El gasto del carbon en los veintiseis dias será de 780 toneladas que a 10 pesos precio medio del carbón ingles, importa
$ 7,800



En pintura, artículos navales, etc
2,200

10,000



Total
$ 36,136

Nota. —Este precio puede rebajarse a la mitad, comprando el carbon del pais a 6 pesos i ha ciendo el buque uso de sus velas en algunas ocasiones.




DEMOSTRACION




Gasto total que causa el vapor en un año $ 36,136




Gasto total que causan los 4 bergantines goletas, segun el estado anterior 76,802




Total del gasto que causa al Erario el sosten de cinco buques ...
$ 113,028



COMPARACION




Gasto medio anual de la marina nacional en ocho años ...

$ 144,657


Gasto anual segun el nuevo plan

113,028


        Diferencia

$ 31,629

N
ú
m
e
r
o




Sueldo i
gratificacion
mensual

Total del
sueldo i
gratificacion
mensual

Total del
sueldo i
gratificacion
anual
Sueldo

Gratificacion

Al hacer esta comparacion debe hacerse tambien la de la fuerza i calidad de los buques.

OTRA COMPARACION






Gasto anual del vapor i los cuatro bergantines goletas ...
...
...
$ 113,028


Suma concedida por el Congreso para el sosten de la "Chile" i dos buques ineni res en el año de 1843 ...
...
...
99,905
¼

Mayor gasto anual segun el nuevo plan. ...
...
...
13,122

Comisaría de Ejército i Marina. —Valparaiso, Mayo 15 de 1844.


Costo aproximativo que pueden tener en Inglaterra un vapor de hierro de 900 toneladas, con la fuerza de 300 caballos, i cuatro bergantines goletas de primera clase, en fuerza i construccion i de 240 toneladas cada uno.
COSTO DEL VAPOR

Armado con dos cañones a la Phaixans de 68 i cuatro mas de a 32

Suma particular
Suma total
900 toneladas a £16 cada una, son
$ 72,000
300 caballos a £25 cada uno, son
37,000
Repuesto completo de maquinaria para 300 caballos a £14 cada uno
21,000
Acomodamiento de camarotes i repuesto de pertrechos
7,500
Cañones, armamento i artículos de guerra
12,000 $ 150,000
Costo de cuatro bergantines goletas armados cada uno con un cañón a la Phaixans de 68 i dos mas de inferior calibre:


240 toneladas a £ 25 cada una son $ 30,000

Pertrechos i artículos de reemplazo 10,000 $ 40,000
Corresponde a las cuatro

160,000
Costo de los cinco buques.

$ 310,000
Son $ 310,000


RESÚMEN DE LA DOTACION QUE CORRESPONDE A LOS CINCO BUQUES
T
O
T
A
L

B
e
r
g
a
n
t
.
g
o
l
e
t
a

V
a
p
o
r




1


1 Capitan de fragata Coman
dantes

O
f
i
c
i
a
l
e
s
5 4
1 Tenientes primeros
10 8
2 Tenientes segundos
6 4
2 Guardias-marinas examinados
16 12
4 Guardias-marina; sin exámen
1

1 Contadores de primera clase
4 4

Contadores de segunda clase
5 4
1 Cirujanos primeros
5 4
1 Condestables primeros
1 1
1 Contramaestres primeros
4 4

Contramaestres segundos
5 4
1 Carpinteros primeros
5 4
1 Carpinteros segundos
5 4
1 Guardianes primeros
5 4
1 Guardianes segundos
10 8
2 Bodegueros
10 8
2 Capitanes de altos
10 8
2 Capitanes de castillo
5 4
1 Cabos de luces
15 12
3 Timoneles
10 8
2 Capitanes de alcázar
5 4
1 Mayordomos de comandantes
5 4
1 Mayordomos de oficiales

5 4
1 Mayordomos de guardias-marinas

5 4
1 Cocineros de comandantes

5 4
1 Cocineros de oficiales i guardias marinas
5 4
1 Cocineros de equipaje

10 8
2 Ayudantes de condestables

1

1 Calafates primeros

4 4

Calafates segundos
5 4
1 Patrones de lanchas
6 4
2 Patrones de botes
1

1 Maestre de víveres
5 4
1 Despenseros
40 24
16 Marineros primeros
30 24
6 Marineros segundos
30 24
6 Grumetes
15 12
3 Pajes
6

6 Operarios de las máquinas
5 4
1 Tenientes i subtenientes
T
r
o
p
a
5 4
1 Sarjentos
10 8
2 Cabos
50 40
10 Soldados
5 4
1 Cornetas
396 300
96 TOTAL

Comisaría de Ejército i Marina. —Valparaiso, 15 de Mayo de 1844. ====Núm. 17====

Estado jeneral que demuestra la entrada, salida i existencia de especies estancadas, i demás ramos agregados a la factoría jeneral en el año de 1843.


Naipes
Cigarros
Tabaco por libras
Tabaco por mazos
Licor-Galones
Licores botellas
Utiles
Papel sellado
Patentes
Catastro
Verde
Negro
Superfinos
Finos
Ordinarios
hojas
atadas
3 por 1 rs.
hojas
papel
puros
habanos,
pesos
Guayaquil 12 por 1 rs.
Rapé
Rapé
Polvillos 6 pesos
Saña
Pais
Tarifa
Breva
Comentino 6 rs.
Picado
Virjinio
Guayaquil 6 rs.
Esmeralda 6 rs.
Paraguai
Habano
Varias clases 6 rs.
Saña
Tarifa
Pais
Virjinio
Tarifa 2 rs.
Bracamoro
Ron 14 rs.

Aguardiente 6 rs.
Pisco 4 rs.
Madera 2 $
Ron 4 rs.
Ron 5½ rs. Coñac 7 rs.
Jinebra 7 rs.
Madera 7 rs.
Burdeos 6 rs.
Jinebra 6 rs.
Lonas
Barriles 3 $
Vals. de útiles
1.a 2.a 3.a 4.a 5.a 6.a 7.a 1.a 2.a 3.a 4.a 5.a 6.a 7.a Pesos
Ss.

20 rs. 4 rs.
3 rs.
22 rs.
2 rs.
1½ rs.
pesos
pesos
pesos
3¾ rs.
12 rs.
5 rs.
3 rs.
6 rs.
6 rs.
6 rs.
6 rs.
6 rs.
8 rs.
5 rs.
4 rs.
2½ rs.

2½ rs.
9 rs.
8 rs.
6 rs.
4 rs.
2 rs.

Pesos
Reales
1 rs.
2 rs.
8 rs.
2 $
4 $
8 $
16
200 $
 100 $
50 $
25 $
12 $
6 $
4 $
1843 Existencias del año próximo pasado Enero 2 272½ 11½ 13,952 78,970 93,272 57,103 2 27,957 190⅞ 200½ 100 ½ 1,554 47,450
1,083½
337¾
1,061
4,168
301⅝
1,907½
63¾
30,050⅞
153,018⅞
27,660¾
7,813½

94,104½
174,434
1.279,885¼
6,512
143,592
34,747
142,594
12
1,456
1,300
17

37½
309
261½
3,103
210½
761
112
270
36½
159
51
143
1
729
6
67,374
119,341
15,016
8,193
4,061
2,182
1,338
13
132
66
475
893
1,186
745
62,170

$ 1.629,240
5⅝

Comprado en el corriente año Diciembre 31 

2,592 4,320 1,728


















6,207½

54,508½

902,219
3,600







































628,307
0

Comisado en el corriente año Diciembre 31



47 132










1,195
8
20
13
438
259

513
12⅝
35

12,775

27,833½






































18,160
7

Recibido de la Fábrica Diciembre 31












4,660







53,650















































40,674
3

Cedido al estanco Diciembre 31





















4,954½
4,636










617


































7,887
0

Recibido del tesoro nacional Diciembre 31




















































70,100
130,100
5,000



1
60
100
130
450
900
600
1,104
71,673
6
176,543
2

Cargo total Diciembre 31 272½ 11½ 16,544 83,290 95,047 57,235 2 27,957 190⅞ 200⅝ 100 ½ 1,554 52,110
1,083½
337¾
1,061
5,363
309⅝
1,997½
76¾
84,138⅞
158,232⅜
32,296¾
14,531¼
12⅝
148,648¼
174,434
2.194,879¼
10,112
171,425½
34,747
142,594
12
2,073
1,300
17

37½
309
261½
3,103
210½
761
112
270
36½
159
51
143
1
729
6
137,474
249,441
20,016
8,193
4,061
2,182
1,339
73
232
196
925
1,793
1,786
1,849
133,844

$ 2.500,813
1⅝

Devuelto a la Tesorería Jeneral Diciembre 31




















































8,116
6,238
5,248
4,974
1,868
1,304
819

63
45
251
504
643
297


74,708
2

Entregados a varios establecimientos de caridad. Diciembre 31



























1,000








































925
0

Especies escluidas i destruidas en Santiago Diciembre 31






27,957






254

4,000




97½




154,434
374,001


34,290





































360,283


Especies escluidas i destruidas en Vallenar Diciembre 31 45


252


30½ 137½

1,554














8,220

6,498

2,436











82
























8,735


Subastado en junta de almoneda Diciembre 31



































17


273


206½
760
30
























1,450


Abonado por sentencia judicial Diciembre 31





















70
61½
43¼

82¼

























4,495
568
118
179
171
57
21









2,869


Entregado a la Fábrica Diciembre 31




















12,310
26,000




20,000








































43,732
4

Mermas reconocidas Diciembre 31





















377½
679½
232

313











36





























1,351
6

Venta hecha Diciembre 31 27½
4,712 6,722 11,606 13,004





205





70⅞
32
16,819¼
27,449⅝
15,608¼
12,967

103,184
681,655½
3,087
59,518½
226
34,32

43½
95












51
62


4
52,692
125,618
5,511
584
964
102
149
42
30
127
215
571
235
906
71,505

785,322
7⅝

Salida total
72½
4,712 6,722 11,858 13,004
27,957 30½ 137½
1,554 205

256½

4,000

70⅞
32
29,129¼
53,994⅝

13,242¼
12⅝
103,579¼
174,434
1.065,476½
3,087
66,016½
34,516
37,368

43½
95
17


309


206½
76
112



51
62


4
65,303
132,469
10,877
5,737
3,003
1,463
989
42
93
172
466
1,075
878
1,203
71,505

$ 1.279,079
0⅜

Existencia para el año de 1834
200 11½ 11,832 76,568 83,189 44,231 2
160⅜ 63⅛ 99⅞ ½
51,905
1,083½
81¼
1,061
1,363
301⅝
1,856⅝
44¾
55,009⅝
104,237¾

1,292

45,608⅞

1.129,402¾
7,025
105,409
231
105,226
12
2,029½
1,205


37½

261½
3,103
4
1

270
36½
159

81
1
729
2
72,171
116,972
9,139
2,456
1,058
719
350
31
139
24
459
718
908
643
62,338
3
1.221,734
1

La factoría jeneral en cuenta corriente por los fondos que ha administrado en el año de 1843.

DEBE HABER
Al importe de las especies estancadas que existían en 31 de Diciembre de 1842, apreciadas segun el valor de compra, estado en que se hallaban i con descuento de las que se han destruido en el corriente año

$ 168,266.2   


Por el valor de la venta de especies estancada $ 627,80.2⅛



Al importe de las especies compradas i comisadas en el corriente año
128,785.3¾

Por el valor de la entrada estraordinaria
     1,091.2 $ 628,171.4⅛

Al importe de los gastos hechos en flete, arrendamiento de almacenes, etc
19,711.6¾

Por el valor de la venta de papel sellado
51,726.0

Al importe de los gastos hechos en sueldos de empleados
12,995.6¼

Por el valor de la venta de patentes
35,011.0

Al importe de los gastos hechos en sueldos de empleados en Resguardos
12,589.0   

Por el valor de la recaudación de alcabala e imposiciones
104,723.7⅞

Al importe de la comision pagada por la venta de especies estancadas
62,680.1¾

Por el valor de la recaudación del almacenaje de pólvora
168.3

Al importe de la comision abonada al Factor Jeneral
6,281.5¾
$ 410,310.2¼
Por el valor de la recaudación del impuesto del catastro
71,505.5½
$ 891,306.4½







Al importe de la comision abonada por la venta de papel sellado
2,069.0¼

Por el valor de las especies estancadas existentes en 31 de Diciembre de 1843, apreciada segun el valor de compra i estado en que se hallan
$ 166,046.6½
Al importe de la comision abonada por la venta de patentes
1,400.3½

Por el valor existente en listas por cobrar del impuesto de catastro
62,338.3   
228,385.1½
Al importe de la comision abonada por la recaudación de alcabala e imposiciones
1,677.5⅜


SUMA $ 1.119,691.6  
Al importe de la comision abonada por la recaudación del catastro
3,575.2¼
8,722.3⅜



Saldo o producto liquido De especies estancadas 383,908.0⅜

Por la cantidad enterada en el corriente año en la Tesorería de Copiapó
$ 12,400.3¾

De papel sellado 49,656.7¾

Por la cantidad enterada en el corriente año en la Tesorería de la Serena
3,448.0½

De patentes 33,610.4½

Por la cantidad enterada en el corriente año en la Aduana de los Andes
7,639.2   


De alcabala e imposiciones 103,046.2½

Por la cantidad enterada en el corriente año en la Comisaría de Valparaíso
150.0   


De almacenaje de pólvora 168.3   

Por la cantidad enterada en el corriente año en la Tesorería Jeneral
397,738.3¾


De catastro 130,268.6¼
700,659.0⅜
Por la cantidad enterada en el corriente año en la Tesorería de Concepción
179,380.1⅞



SUMA 1.119,691.6 Por la cantidad enterada en el corriente año en la Tesorería de Chiloé
4,949.6   





Por la cantidad enterada en el corriente año en la Tesorería de Valdivia
26,338.5⅛
612,079.7  




Saldo o existencia para 1844 En el valor de especies estancadas
166,400.6½

Al importe del producto líquido

$ 700,659.0⅜

En el valor del catastro por cobrar
62,338.3   

Al importe de la existencia que formó el capital del estanco en I.° de Enero de 1843

479,843.7⅝
En el valor de las cantidades cuyo abono está por resolverse en el Ministerio 214,811.7¼






En el dinero efectivo i cuentas pendientes
125,226.0¼
568,423.1  


SUMA $ 1.180,503.0
SUMA
$ 1.800,503.0  

          

 V.° B.°—JOSÉ IGNACIO DE Eyzaguirre.

Factoría Jeneral, Diciembre 31 de 1843, JOSÉ MANU ==== Núm. 214 ====

La mocion que presenté a la Cámara de Diputados en 14 de Junio último i ésta tuvo a bien aprobar, fué desechada en la de Senadores porque se consideró excesiva la pension de $30 mensuales con que por ella se agraciaba a la viuda del juez de letras de Aconcagua don José Posidio Rojo. Vuelta a la Cámara de su oríjen, se consideró de nuevo; i como la mayoría de los Diputados presentes era tambien de sentir que se disminuyese dicha asignacion; votaron contra el proyecto orijinal para dar así lugar a que el acuerdo que se celebrase fuese conforme a sus intenciones. No habiendo sido, pues, la mente de la Cámara que se desechase absolutamente mi mocion, sino sólo que se modificase obrando conforme al sentir de una inmensa mayoría de sus miembros, hago la siguiente indicacion:

Se corcede a la viuda del juez de letras de la provincia de Aconcagua, don José Posidio Rojo, una pension mensual de $15 durante su viudedad i miéntras permanezca en el territorio de la República.

Santiago, Setiembre 30 de 1814. Miguel Dávila.


Núm. 215 editar

A consecuencia de haber V.E. prorrogado nuevamente las sesiones del Congreso por veinte días mas, contados desde el 1.° del corriente Octubre, esta Cámara continúa ocupándose de los negocios que están sometidos a su deliberacion.

Lo que pongo en su conocimiento, en contestación a su nota de 28 del mes próximo pasado.

Dios guarde a V.E. —Santiago, Octubre 4 de 1844. —Francisco Antonio Pinto., Presidente. Ramon Renjifo, DiputadoSecretario. —A S.E. el Presidente de la República.


Núm. 216[1] editar

El buen estado de nuestro Ejército de línea es lo primero que se nota en la Memoria que examinamos; pero no un buen estado nacido únicaamente de la disciplina i pericia de las tropas, sino tambien de la moralidad i educacion de los individuos que las remponen. De esta buena disposicion, de este estado de moralidad, emanan sus naturales consecuencias, subordinacion, buen órden i una pura administracion de los fondos militares.

Mas a pesar de este estado de progreso, como todo entre nosotros, mucho falta todavía para llegar al grado de perfeccion anhelado. El Ministro pide leyes para el Ejército mas en armonía con los adelantos del pais, con los adelantos mismos que se notan en la condicion del soldado, mas en armonía con la naturaleza del servicio, que en una república como la nuestra está destinado a desempeñar el Ejército. Con este fin en vista, se han propuesta al Congreso algunas medidas preliminares que penden de sus deliberaciones, i se han dictado otras del resorte del Ejecutivo.

Entre las primeras la que mas llama la atencion i nuestro elojio es la que tiene por objeto la observancia estricta del órden de escala en los ascensos militares, alejando del Gobierno hasta el poder de dejarse arrastrar alguna vez por el perniciosísimo influjo del favoritismo i del interes e influencias particulares.

Entre las disposiciones dictadas directamente por el Ejecutivo, se mencionan las que tienden a la comodidad, al aseo, i a la instruccion del soldado.

La existencia de un Ejército permanente es una necesidad de que únicamente podían dispensarse paises mui escepcionalmente situados.

Para Chile, ella es indispensable, limitada al número que determinan nuestras instituciones. Sin embargo, es ya urjente que el soldado reuna un grado de instruccion que no pueda traer a las filas considerado el estado de ignorancia de nuestras masas; es preciso darle a la par que la instruccion mecánica; cierto grado de instruccion moral, i unir esta instruccion a las buenas habitudes hijiénicas del cuartel i del campamento.

En cuanto al número de estas fuerzas ella dependerá siempre de circunstancias peculiares i del sistema de defensa tras del que deben ellas operar en proteccion de nuestra nacionalidad; pero siempre deberán evitarse soldados improvisados; que por mas espíritu guerrero que se les suponga, por mas entusiasmo que los anime, nunca llegarán a ser, aun en número doble, lo que soldados hechos disciplinados i educados. Esta tendencia a conservar soldados que cuesta tanto tiempo i fatigas formar, es la que vemos marcada en el anhelo del Gobierno por mejorar i elevar la condicion de aquellos.

Detras del Ejército permanente hai un cuerpo de reserva, un cuerpo encargado de alimentarlo llenando sus bajas e imprimiéndole su espíritu i sus sentimientos: ese cuerpo es la Guardia Cívica.

La idea filantrópica i altamente moral de destinar a la caja de ahorros una parte del aumento de sueldo, designado por la nueva lei, al soldado, fué desechada por la Cámara de Diputados por razones frivolas e inconcebibles, cuando se con trapesaban a las nobles i benéficas miras que aquella propuesta encerraba. Parece increíble que ella hubiese encontrado, no decimos oposicion, pero ni aun motivo de discusion. Así fué sin embargo, mas el Gobierno no ha desmayado i se propone, segun lo manifiesta el señor Ministro, insistir en aquella medida, que no dudamos ennoutrará esta vez la acojida que merece.

El estado indefenso en que se halla la República, principalmente en sus puertos, ha llamado la atencion del Gobierno. En el dia, nuestros puertos no están al abrigo de los ultrajes i la autoridad pública no cuenta, en los mas de ellos, con medio alguno para hacerse respetar i obedecer a dos varas de la orilla del mar. Este es un mal grave i el Ministro, con razon, ha creido llegada la oportunidad de remediarlo. Gozando de los beneficios de una paz con todos visos de duradera, con recursos a la mano, debemos preparar nuestros medios de defensa, no para que nos tengan miedo, pues no lo pretendemos, sino para que se nos respete en nuestro mismo pais, en nuestras mismas aguas, en nuestros mismos puertos.

La fortificacion de nuestras costas i de nuestras fronteras no es pues una medida de guerra, es una demanda por la dignidad nacional, por la inmunidad del territorio no es medida ofensiva ni hostil, es meramente defensiva i de buena policía.

El plan de fortificaciones desenvuelto en una memoria que acompaña a la del señor Ministro, i que este recomienda, se reduce a la construccion en los puertos i en la línea de frontera, de unas "torres de bóveda de mediana altura divididas interiormente en tres cuerpos que sirven cada uno a un objeto distinto" i que la memoria especifica.

Los puertos indicados como en los que es necesaria la construccion inmediata de obras de defensa, son: Copiapó, Huasco, Coquimbo i Maule; Talcahuano, Valparaiso, Valdivia i Chiloé las tienen, ya susceptibles de refaccion i mejora. Para la frontera del Sud se consideran suficientes diez fuertes de la clase mencionada arriba.

La guardia cívica presenta este año un cuerpo de 48,238 hombres de las tres armas, regularmente disciplinados, formando el plantel jeneral de un ejército respetable. Sin embargo, este cuerpo poderoso i salvaguardia de las instituciones, puede nuestro pais por su desorganizacion, convertirse en un azote terrible contra los mismos pueblos. El señor Ministro nota los grandes vacíos que se encuentran en esta institucion; la falta de plan jeneral en su organizacion, la falta de ordenanzas peculiares i mil otras que enumera, i se propone llenarlas elevando la guardia cívica al lugar que le señalan en el dia los pueblos libres. El no quiere soldados, ni a nosotros nos convienen; queremos ciudadanos armados, ciudadanos pacíficos i laboriosos que a la primera señal se conviertan en soldados, en defensa de la patria i de sus instituciones; Chile no quiere un número de máquinas que hagan mover a su antojo el aliento de un jefe; qiuere una guardia en que el soldado no absorba al ciudadano, una guardia en que la voz del jefe i la disciplina del cuartel no alcancen al ciudadano sino en su calidad de soldado, en el mismo cuartel i en cuanto viste las insignias de un hombre miliciano; pero jamas en su casa i en las transacciones de su vida civil i social. El señor Ministro ofrece organizar debidamente la guardia cívica; al efectuarlo, va a tener que luchar con obstáculos poderosos que de todas partes se levantarán contra él i contra sus ideas; pero si la tarea es ardua i difícil, mayor será la gloria i la inmensidad del servicio que reparte el pais de las medidas que tiendan a colocar sobre bases republicanas i duraderas una institucion que, bien organizada, es productora de grandes bienes; en desórden pueden traer grandes miles. Nos ocuparemos de la marina en otra ocasion.


  1. Este artículo ha sido tomado de El Mercurio de Valparaíso del 4 de Octubre de 1844, núm. 49,931. —(Nota del Recopilador).