Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile/1844/Sesión de la Cámara de Diputados, en 12 de agosto de 1844

Sesiones de los Cuerpos Lejislativos de la República de Chile (1844)
Sesión de la Cámara de Diputados, en 12 de agosto de 1844
CÁMARA DE DIPUTADOS
SESION 26.ª EN 12 DE AGOSTO DE 1844
PRESIDENCIA DE DON FRANCISCO A. PINTO


SUMARIO. —Nómina de los asistentes. —Aprobacion del acta precedente. —Cuenta. —Pension a doña Dolores Noguerol viuda de Beytía. —Presupuestos de 1845. —Acta. —Anexos.

CUENTA editar

Se da cuenta:

De un oficio con que el Senado remite un proyecto de lei que concede una pension a doña Dolores Noguerol viuda de don Pedro Biytía (Anexo núm. 122).

ACUERDOS editar

Se acuerda:

  1. Pedir informe a la Comision de Hacienda sobre el proyecto de lei que concede una pension a doña Dolores Noguerol viuda de Beytía. (V. sesiones del 14 de Octubre de 1844).
  2. Aprobar la partida 23 del Presupuesto del Interior i dejar pendiente una indicacion del señor Palazuelos para aplicar 4,000 pesos a la publicacion del periódico oficial. (V. sesiones del 9 i el 16).

ACTA editar


sesion en 12 de agosto de 1844

Se abrió a las siete i tres cuartos de la noche con asistencia de los señores Arteaga, Bustamante, Cifuentes, Correa don Juan de Dios, Correa don Luis, Covarrúbias, Donoso, Errázuriz don Ramon, Gandarillas, García de la Huerta, García Reyes, Huidobro, Iñiguez, Lazcano, Lastarria, Lastra Léon, López, Montt, Necochea, Palacios, Palazuelos, Palma don Cipriano, Palma don José Gabriel, Pinto, Prieto, Rozas, Seco, Sol, Tagle, Toro don Bernardo, Varas, Velásquez, Vial i Renjifo.

Aprobada el acta de la anterior, se leyó un oficio del Presidente del Senado en que comunica el proyecto de lei sancionado por aquella Cámara en virtud del cual se concede a doña Dolores Noguerol, viuda de don Pedro Beitia, la pension de diez pesos mensuales i se mandó pasar a la Comision de Hacienda.

Despues continuó la discusion particular de la partida 23 correspondiente al presupuesto del Ministerio del Interior, la cual despues de un prolongado debate fué aprobada en la forma siguiente:

23. Para costear la impresion de El Araucano, suscripcion a varios periódicos, la redaccion taquigráfica i publicacion de las sesiones de ám bas Cámaras. Documento números 23 i 34, $ 16,000.

Al concluir la discusion de la espresada partida se hizo indicacion por el señor Palazuelos para que se votase 4,000 pesos mas destinados a costear la publicacion del periódico oficial tres veces por semana, i en este estado se suspendió la sesion a las nueve de la noche, no habiendo podido continuarse a segunda hora por haberse ausentado siete de los señores Diputados. —Pinto. Renjifo.



seion del 12 de agosto [1]

Las últimas discusiones de la Cámara de Diputados sobre la partida del presupuesto del Ministerio del Interior, en que se pide la cantidad de 4,000 pesos mas sobre la del año pasado para concurrir a las suscriciones periódicas, ha despertado en la prensa un gran interes. Fieles siempre a la marcha que nos hemos propuesto seguir, emitiremos nuestras ideas a este respecto, en armonía con los principios que hemos abrazado i de que seremos siempre infatigables sostenedores.

Muí laudable nos parece el celo de los señores Diputados que desean emancipar la prensa periódica de la influencia administrativa; pero creemos que los datos deque parten no son tan exactos i comprobados que no les lleven a sacar consecuencias erradas, arribando a resultados enteramente opuestos a los que se proponen obtener.

Desearíamos que los que disientan de nosotros en esta materia, nos creyesen francos en nuestros asertos, para que ellos tengan el único valor que les cabe; el de un juicio exacto o erróneo, pero sincero i tal como le manifestamos. No abogamos porque se conceda al Gobierno la cantidad que demanda; pues que la suficiencia de ella es cosa puramente administrativa i que no nos es dado apreciar, si no es por los datos que el Ministerio mismo suministra en su apoyo.

Háblase de falta de libertad en los escritores para desaprobar los actos gubernativos conocidamente malos, segun el sentir de algún Diputado; i créese que se obtendria esta libertad, retirando la suscricion del Gobierno. Un diario tiene por base esencial el interes de los propietarios; un accesorio a veces considerable es el espíritu e ideas de la redaccion. La crítica de los actos del Gobierno despues de producidos, no conduce a nada; en otros términos, la prensa no ejerce una influencia directa administrativa. Si hubiese una medida conocidamente mala, la prensa diría de ella lo que quisiese sin haber alterado en lo mas mínimo el hecho existente. Por otra parte, la crítica, porque lo que a la prensa se pide es la crítica, puramente no tiene importancia política alguna, sino cuando se produce en nombre de un partido que hace la oposicion, con sus jefes, sus colaboradores su bandera: todo lo que sale de aquí es una verdadera farsa. Ahora pues, ¿hai en Chile, ni puede haber un partido organizado? ¿Cuál es su jefe? ¿Cuáles sus principios? ¿I qué puede exijirse del instrumento, si no existe la mano que habria de moverlo? ¿Cuál es el ciudadano que puede echar en cara a la prensa el no hacer lo mismo que él no hace; lo mismo que no hacen todos los demás? ¿Por qué exije de ella pues, esa iniciacion de que carecen los mas celosos amigos de la libertad?

Pero hai un error mui acreditado entre cierta parte del público i es el de creer que el Gobierno se entiende con los redactores de los diarios; i que reciben de él sus órdenes o sus indicaciones. Nada es ménos exacto i si alguna vez sucede, léjos de ser para sostener i aprobar los actos del Gobierno, suele tener por objeto sondear las disposiciones de la sociedad, para proponer mejoras que se teme encuentren resistencia en las preocupaciones o en los intereses privados. La accion del Gobierno sobre la prensa no pasa de una mera influencia, que contiene el desborde i la exaltacion de los escritos, sin que vaya jamas un punto mas allá. Esto es al ménos lo que conocemos, i que nos parece que no se limita a la redaccion de El Progreso solamente. Pero quisiéramos nosotros por una época determinada, libre aun de esa saludable influencia que hace mensurada i circunspecta; i entónces se la veria descender a todo lo que ella tiene de chocante i de peligroso; porque es preciso comvenir en que la prensa periódica es a la vez el bien mas envidiable para un pueblo libre, así como tambien puede ser el azote de la libertad, de la fama i del reposo de los individuos.

"Confieso dice Mr. Tocqueville en su admirable obra sobre la democracia, que yo no tengo a la libertad de la prensa ese amor completo e instantáneo que se concede a las cosas soberanamente buenas por su propia naturaleza. La amo por la consideracion de los males que impide mas bien que por los bienes que trae." I en otra parte: "este poder estraordinario, añade, tan estrañamente mezclado de bienes i de males, que sin él la libertad no podria subsistir i que con él apénas puede conservarse el órden.

La libertad de escribir, como todas las otras libertades, es tanto mas terrible, cuanto mas nueva es: un pueblo poco acostumbrado a oir discutir ante él los negocios del Estado, da crédito al primer demagogo que se presenta."

Citamos estas palabras para justificar, si cabe, esa decorosa influencia que atribuimos a la suscricion del Gobierno; porque lo demas de nuestra lei de imprenta, tal romo ella es, ofrece las mas garantías posibles a la libertad de emitir las opiniones que se quieran. Si esta influencia faltase ¿cuál otra se sustituiria en su lugar? ¿La del interés público? Esta es al menos la utopía de los hombres bien intencionados que atribuyen a la naturaleza humana lo único que debiera caracterizarla. Pero el hecho desmiente en todas partes esas quimeras. Si un partido no se apodera de la prensa i la hace servir a sus miras se aprovechará de ella el interes privado, que esplotará en su beneficio la primera preocupacion popular que se le presente, con tal que esto le proporcione espender mayor número de ejemplares; i el escrito mas irritante, mas subversivo, mas inmoral obtendrá mayor número de curiosos que quieran conocerlo.

¿No hemos visto en Chile periódicos que tenian por objeto confesado calumniar del modo mas infame que cabe, zaherir, ridiculizar a personas determinadas obteniendo un despacho tan asombroso, que pudiera servir de estímulo a la perversidad misma para hacerse de la prensa una industria i un negocio? Apuntamos estos estravíos como el estremo opuesto en que podrá caer la prensa, si se le quitase el contrapeso de una moderada influencia que la detenga en sus justos límites; sin que esa influencia estorbe que la esfera de las publicaciones diarias se estienda cada dia mas de un modo que presenta pocos ejemplos en América i que en Chile no tiene antecedentes; porque no es lo mismo que en épocas de exaltacion hayan existido diez o mis periódicos políticos, que el hecho actual de haber cinco diarios i seis periódicos permanentes que se ocupan de todos los asuntos propios del diarismo.

Por el cargo que se insinúa contra la prensa actual, de tender a prestar su apoyo a los abusos de administracion, o no es reflexionado, o es de todo punto injusto. Cualquiera que sea la afeccion o desafeccion a los individos al Gobierno actual, es preciso convenir en que la prensa no les ha servido para iniciar con ella medida alguna que afecte a la libertad o al porvenir del pais. La prensa de Chile es una de las mas morales que presenta hoi el mundo, i creemos que no seria exajerado decir que es la m is liberal de América. Si ella no ataca las medidas inoportunas i abusivas de la administracion tampoco puede tachársele de que se haya favorecido fundándolas en principios contrarios al sentir constante i conocido de los escritores; ni que donde no ha hallado materia de elojio, haya guardado un decoroso silencio. En cambio ¿cuánto principio no ha difundido; cuántas ideas de libertad no ha derramado, entremezclándolas en sus escritos cada vez que se ha presentado coyuntura favorable? Si se prescinde de los hechos que no le cabe remediar, jamas la olvidado los intereses de la libertad de civilizacion i del progreso; i por lo que a nosotros respecta, deseáramos que se nos citase un solo escrito, una palabra sola que haya servido para adular una preocupacion, para consagrar un principio que no tenga en su apoyo el sentir de políticos de nombradía i de acrisolada reputacion en Europa. Cualquiera que haya podido penetrar nuestro plan de campaño con respecto al diarismo habrá comprendido la idea uniforme que domina en todas nuestras publicaciones; a saber: sostener los principios que favorecen la libertad; respecto los hechos consumados, i preparar las ideas para enmendarlos, encaminando poco a poco la opinion a comprender claramente la discordancia que haya entre los unos i los otros. I siempre guardaremos esta conducta, persuadidos de que nada mas es posible hacer con éxito, sino preparar i disponer los ánimos minar los obstáculos i ensanchar para lo sucesivo el camino de la libertad.

Si la actual administracion de Chile marcha hácia el despotismo, i la prensa periódica asalariada, como se dice le presta su apoyo, jamás poder alguno fué mas vilmente traicionado, ni nunca tuvo un Gobierno ecos mas liberales ni mejor intencionados.

Pero es preciso ser justo i no hacerse ilusion, no es la tiranía del Gobierno lo que impone silencio a los escritores de conciencia, la verdadera tiranía está en el público mismo, en las fatales preocupaciones que nos ha legado la España por una parte i en los principios abstractos que el siglo XVIII ha depositado en muchos de nuestros liberales por la otra; tiranía que ejerce su doble i contradictoria influencia, no sólo sobre la prensa, sino sobre el Gobierno mismo i la sociedad entera, i esto no se corrije en un dia, porque esa es la obra lenta i paulatina del tiempo. ¿Cuántas veces no han traido sobre sí los escritores las prevenciones mas injustas, hoi de parte de los liberales, al dia siguiente de los retrógrados, unas veces de la administracion, otras del público, ayer de los jóvenes, mañana de los viejos; cuándo del clero, cuándo de los gramáticos i literatos? I sin embargo, que consulten ahora que ha pasado ya el momento de escitacion para cada una de estas faces de la sociedad; que relean las pájinas que tanto les escitaron; que busquen en ellas lo que pueda justificar sus violentos i pasajeros enconos! Pero, todo esto es necesario i útil i hasta los estravios mismos de la prensa son saludables, por cuanto despiertan a idea de lo justo i lo conveniente. En este sentido hasta La Sociabilidad Chilena ha dejado en la opinion i en los hechos, su parte de bien i si se reimprimiese, apénas llamaria la atencion.

Que no se calumnie pues, a la prensa periódica; que no se la pida que haga lo que nadie hace! El que quiera criticar, el que desde afuera de la administracion se sienta con fuerzas bastantes para dirijir los negocios públicos, en una palabra, el que quiera que los otros sean mas celosos del bien público que lo que el mismo lo es, que cargue su cruz i corra todos los azares; lo demás es pedir peras al olmo, porque se busca el mal donde no está. ¿No principió El Siglo con una caricatura de oposicion i de crítica de la administración? ¿I quién le ha hecho abandonar ese camino? La nulidad de su posicion lo ridículo de la empresa; porque no tenia base, porque no era una verdadera crítica, ni del Gobierno ni de la sociedad, ni era la de un partido ni la de la influencia personal de un hombre notable, ni aun la de la capacidad individual o la del discernimiento que da la experiencia de los negocios i el resultado del estudio de la sociedad i sus intereses.


Núm. 122 editar

Esta Cámara a consecuencia de la solicitud de doña Dolores Noguerol que remito con los demas antecedentes que la acompañan, ha tenido a bien aprobar el siguiente


proyecto de lei:

"Artículo único. El Congreso Nacional concede a doña Dolores Noguerol viuda de don Pedro Beitía, la pension de diez pesos mensuales".

Dios guarde a V. E. —Santiago, Agosto 10 de 1844. —Mariano de Egaña. Francisco Bello, Pro-Secretario. —A S. E. el Presidente de la Cámara de Diputados.


  1. Esta sesion ha sido tomada de El Progreso del 28 de Agosto de 1844, núm. 558. —(Nota del Recopilador.)